Preservar al FCE

Hasta ahora, el FCE ha sido esencialmente lo que fue: "rica, abierta, profunda, crรญtica, variada, pedagรณgica, elรกstica, inclusiva". Ha evitado ser lo que no debรญa ser: "provinciana, exclusiva, polรญtica, fanรกtica, rรญgida, dogmรกtica, concientizadora". Con la nueva administraciรณn, los tรฉrminos se invertirรกn.
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“Lo que mรกs me enorgullece es haber creado instituciones que me sobrevivirรกn”, me dijo don Daniel Cosรญo Villegas poco antes de morir, una tarde de 1976. El Fondo de Cultura Econรณmica lo ha sobrevivido casi medio siglo. Si su director es Paco Ignacio Taibo II, el orgullo de don Daniel se habrรก desvanecido. El Fondo no sobrevivirรก.

Nada personal tengo contra Taibo II, fuera de su fea costumbre de no saludar. A travรฉs de un mutuo amigo, el anarquista catalรกn Ricardo Mestre, conocรญ a su padre, Paco Ignacio Taibo I, a quien leรญ con gusto y provecho. En plena campaรฑa electoral, cuando Taibo II hizo alguna declaraciรณn destemplada, lo defendรญ en Twitter diciendo que ninguno de sus detractores tenรญa, ni remotamente, una obra semejante a la suya. En mi libro Redentores ponderรฉ las cualidades de su biografรญa del Che. Creo que es un historiador apasionado, sesgado ideolรณgicamente, pero informado, serio y sรณlido. Y ha contribuido mucho a la difusiรณn de la lectura. Coincido con Gabriel Zaid en que la fusiรณn anunciada del FCE con Educal y la Direcciรณn de Publicaciones de la Secretarรญa de Cultura es inconveniente (Letras Libres, diciembre de 2018). Pero mi objeciรณn especรญfica tiene que ver con la identidad intelectual de Taibo II: no solo es ajeno a la tradiciรณn humanista, plural y abierta que creรณ el Fondo. Es lo opuesto a ella.

En mi libro Daniel Cosรญo Villegas: una biografรญa intelectual (publicado en 1980, hay una ediciรณn reciente en Tusquets Planeta), dediquรฉ un capรญtulo a la concepciรณn, puesta en marcha y desempeรฑo del Fondo de Cultura Econรณmica en la era de don Daniel (de 1934 a 1948). El lector podrรก encontrar ahรญ un anรกlisis del catรกlogo por รกreas. Trescientos trece tรญtulos hasta ese momento. Allรญ sostengo que la cualidad mayor de aquella polรญtica editorial era su equilibrio: “se trataba de publicar libros provenientes de las principales ciencias sociales y humanas, escritos por autores de distintas nacionalidades y tendencias, con mรฉtodos, enfoques y propรณsitos diversos”.

En economรญa, por ejemplo, se publicรณ al socialista Sombart, al clรกsico Malthus, al liberal Stuart Mill, al revolucionario Marx (en la maravillosa traducciรณn de Wenceslao Roces), al neoclรกsico Marshall, al innovador Keynes, ademรกs de a autores mรกs antiguos como Ricardo, Say, Cantillon. Eminentes humanistas espaรฑoles dirigรญan las colecciones y a menudo traducรญan las obras: Josรฉ Gaos a Heidegger; Eugenio รmaz a Dilthey; Joaquรญn Xirau, la Paideia de Werner Jaeger. En sociologรญa, gracias a la direcciรณn de Josรฉ Medina Echavarrรญa, la oferta no solo fue riquรญsima (Mannheim, Durkheim, Pareto, Veblen) sino innovadora: Economรญa y sociedad de Max Weber se publicรณ en espaรฑol antes que Talcott Parsons lo hiciera en inglรฉs. En el libro me detengo en el notable catรกlogo de historia e historiografรญa y las obras escritas originalmente en espaรฑol reunidas en las colecciones Tezontle, Tierra Firme y en Biblioteca Americana (ideada por Pedro Henrรญquez Ureรฑa). Gracias a ese catรกlogo, el FCE educรณ a varias generaciones de lectores en todo el orbe de habla hispana.

Don Daniel carecรญa de interรฉs por la literatura de ficciรณn o la poesรญa, pero ese fue el aporte extraordinario de Arnaldo Orfila Reynal (director de 1948 a 1965). Octavio Paz, Juan Rulfo, Juan Josรฉ Arreola, Carlos Fuentes publicaron sus obras maestras en el Fondo. A partir de 1965, cuando Dรญaz Ordaz despidiรณ a Orfila, el FCE tuvo รฉpocas buenas y malas. Hubo oficialismo en tiempos de Dรญaz Ordaz y desmesura en los de Echeverrรญa, pero Josรฉ Luis Martรญnez retomรณ el buen camino con la ediciรณn de las revistas literarias del siglo XIX y XX que atesoraba en su biblioteca. Jaime Garcรญa Terrรฉs ahondรณ la vocaciรณn universal del Fondo sin abandonar las raรญces mexicanas e iberoamericanas. Poco sabรญa Miguel de la Madrid del mundo editorial, pero tuvo a su lado a Adolfo Castaรฑรณn, humanista y escritor de la estirpe de Alfonso Reyes. Consuelo Sรกizar proyectรณ con fuerza al FCE en el extranjero, Josรฉ Carreรฑo Carlรณn lo cuidรณ y mantuvo. Gracias a los consejos acadรฉmicos plurales, se siguieron publicando obras de interรฉs y trascendencia.

La polรญtica editorial del FCE โ€“concluรญa en aquella biografรญaโ€“ era “rica, abierta, profunda, crรญtica, variada, pedagรณgica, elรกstica, inclusiva”. Y no era “provinciana, exclusiva, polรญtica, fanรกtica, rรญgida, dogmรกtica, concientizadora”. Hasta ahora, el FCE ha seguido siendo esencialmente lo que fue, y ha evitado ser lo que no debรญa ser. Los tรฉrminos se invertirรกn con Paco Ignacio Taibo II.

(Publicado previamente en el periรณdico Reforma)

 

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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