Si todos los autos fueran elĆ©ctricos, no desaparecerĆa la congestiĆ³n vial, aunque dejarĆa de ser contaminante (excepto donde estĆ©n las plantas termoelĆ©ctricas). La congestiĆ³n y la contaminaciĆ³n son problemas distintos. Ninguno de los cuales fue resuelto por el programa Hoy no circula, impuesto en la Ciudad de MĆ©xico hace un tercio de siglo (el 20 de noviembre de 1989). Tiempo mĆ”s que suficiente para reconocer el error.
El programa prohĆbe la circulaciĆ³n de autos, uno de los cinco dĆas de la semana, segĆŗn el nĆŗmero de la placa. Pero posponer viajes no reduce el total de viajes: traslada al dĆa siguiente la congestiĆ³n y contaminaciĆ³n. Y basta con que la quinta parte de los automovilistas compre un auto adicional, para anular el supuesto beneficio. Sin contar con los taxis, Uber y autos rentados o prestados que entran a circular como suplentes. El total de viajes no cambia: se reparte entre mĆ”s vehĆculos, con una inversiĆ³n mayor para hacer lo mismo.
El programa favoreciĆ³ la multiplicaciĆ³n de autos en la Ciudad de MĆ©xico. SegĆŗn el INEGI (“VehĆculos de motor registrados en circulaciĆ³n”), en 1989 habĆa 1.7 millones (para una poblaciĆ³n de 8.3 millones). Que en 2021 subieron a 6.2 (para una poblaciĆ³n de 9.2 millones). Los autos se triplicaron para casi la misma poblaciĆ³n.
SegĆŗn la Wikipedia (“Taxis en la Ciudad de MĆ©xico”), en 2014 habĆa unos 140,000. Paralelamente (“Taxis of New York City”), en Nueva York habĆa 13,605: la dĆ©cima parte. Nueva York no cometiĆ³ el error de imponer un programa Hoy no circula. Tiene mĆ”s y mejor “Metro” (etc.) y mĆ”s elevadores. Ha hecho un uso mĆ”s intenso del suelo (la misma poblaciĆ³n que la Ciudad de MĆ©xico en la mitad de kilĆ³metros cuadrados). Buena parte de su transporte es vertical: en elevadores. De los cuales habĆa 76,000 en 2015, segĆŗn el NYC Department of Buildings; casi los 80,000 que estima la AsociaciĆ³n Mexicana de Elevadores y Escaleras ElĆ©ctricas para todo el paĆs.
Hoy no circula no le cuesta al gobierno, pero tiene un costo inmenso para los mexicanos. Si en la ciudad hay 5 millones de autos obligados a cumplirlo, con un valor promedio de $200,000, arrumbar la quinta parte deja sin uso un capital de $200 mil millones. Sin contar la inversiĆ³n (que puede ser mayor) en cajones de estacionamiento: en casa, en la calle y en los lugares de destino. Para dar idea del monto: $200 mil millones costĆ³ el gobierno de la Ciudad de MĆ©xico, con todo su personal, gastos, programas y proyectos, en 2021.
Hay que cancelar el programa Hoy no circula. Es un impuesto en especie desmesurado que no sirve mĆ”s que a las armadoras de automĆ³viles, para vender mĆ”s. Deja sin uso un capital mayĆŗsculo, acumulado con las ilusiones, afanes y mensualidades de millones de mexicanos. Es tan absurdo como construir casas, pero no ocupar una de cada cinco para ahorrar electricidad.
La congestiĆ³n vial y la contaminaciĆ³n tienen soluciones conocidas y probadas: desarrollar el Metro, el TrolebĆŗs, el CablebĆŗs, la RTP (Red de Transporte de Pasajeros), el transporte escolar y de personal. Fomentar el uso de bicicletas. Mejorar la calidad de la gasolina. Imponer el uso de convertidores catalĆticos. Usar semĆ”foros inteligentes que reduzcan la espera innecesaria. Multiplicar los parquĆmetros. Aumentar los impuestos a la tenencia, los autos nuevos y la gasolina.
La principal fuente de contaminaciĆ³n del aire son los gases residuales de la combustiĆ³n automotriz. Que dejan de ser tĆ³xicos si se convierten en diĆ³xido de carbono, nitrĆ³geno y vapor de agua con un convertidor catalĆtico, antes de que salgan por el escape. Instalarlos cuesta unos cuantos miles de pesos, pero vienen instalados en los autos nuevos. En los otros, la instalaciĆ³n es obligatoria en los Estados Unidos, pero no en MĆ©xico.
Hay muchos costos innecesarios en el programa Hoy no circula. El mayor de todos es la oportunidad perdida, el costo de no tener en quĆ© moverse cuando hace mucha falta. La frase: “Un caballo, un caballo, Ā”mi reino por un caballo!” (que Shakespeare pone en boca de Ricardo III, acto 5, escena 4) muestra que disponer oportunamente de un medio de transporte puede valer infinitamente mĆ”s que el medio mismo. Por eso tantas familias y empresas acaban comprando vehĆculos adicionales: no pueden darse el lujo de quedarse varados frente a oportunidades que valen mĆ”s de lo que cuesta un vehĆculo adicional. ~
Publicado en Reforma el 26/III/23.
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.