En su Informe de Desempeño Social, recién presentado, la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) hace un repaso de su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que reconocen la importancia de la inclusión financiera a través de microcréditos y microfinanzas para acabar con la pobreza. La FMBBVA trabaja en América Latina, donde ha ayudado a más de 2 millones de personas, la mayoría mujeres, en Colombia, Perú, República Dominicana, Chile y Panamá. Según el Banco Mundial, casi una de cada dos mujeres de la región no tiene una cuenta bancaria.
Como dice Angélica Albornoz, asesora de la FMBBVA, “nuestras emprendedoras son personas vulnerables, a menudo madres solteras que tienen un negocio y que necesitan una oportunidad”. Las mujeres que acuden a la fundación son más vulnerables económicamente que los hombres. De media, tienen menos activos que ellos (6.131 dólares frente a 8.330) y piden créditos más pequeños (696 dólares frente a 1.096), pero sus niveles de ventas son casi iguales (1.174 dólares al mes frente a 1.446). De hecho, desde 2015, 8 de cada 10 emprendedores que han salido de la pobreza son mujeres.
“Atendemos a más de un millón de mujeres con servicios financieros, como productos para apoyar el ahorro de sus hijos, microseguros con coberturas específicas o modelos de crédito grupal como el que tenemos en Perú para las que viven en el entorno rural”, dice Laura Fernández Lord, responsable de Empoderamiento de la Mujer de la Fundación.
En Perú, donde hay una tasa de inclusión financiera en zonas rurales inferior al 40%, la FMBBVA utiliza la tecnología para llegar a ellos. La Fundación ofrece una app para emprendedores, donde pueden consultar desde el móvil su historia, su progreso y tramitar peticiones. “Las solicitudes de crédito se hacen directamente desde la app, por lo que es muy útil para hacer los trámites con rapidez y ajustar los pagos a las circunstancias del cliente al momento”, afirma Charly Mendoza, unos de los asesores de Perú.
Es una herramienta especialmente útil para los pequeños agricultores, que representan un 40% de los clientes rurales de la Fundación y cuyos ingresos dependen de la calidad de las cosechas, los ciclos productivos, y el clima, a menudo consecuencia del cambio climático.
En Colombia, donde la Fundación también ayuda a miles de agricultores, la FMBBVA les ofrece Crediverde, un tipo de crédito que les brinda asesoramiento técnico para implementar prácticas de cultivo más ecológicas. Este tipo de ayuda forma parte del proyecto Microfinanzas para la Adaptación basada en Ecosistemas (MEbA), impulsado por ONU Medio Ambiente y el ministerio alemán de Medio Ambiente (ODS 2 “Hambre cero y agricultura sostenible”).
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