Mรฉxico y sus misterios, debidamente decorados por la imaginaciรณn โentre turรญstica y simpรกticamente antropolรณgicaโ suscitaron curiosidades literarias en la Europa del Renacimiento y la sucesiva. Es un tema vasto que puede verse en The Aztec image in Western thought (Rutgers, 1990), libro (mediocre) de Benjamin Keen, pero solo me referirรฉ (y sin mayor รกnimo crรญtico ni filolรณgico) a dos obras de temรกtica azteca, una barroca y una romรกntica, ambas inspiradas por la Historia de la conquista de Mรฉxico (1704) de Antonio Solรญs y Rivadeneyra, que era la que mรกs circulaba en traducciรณn. (Ya alguna vez en estas pรกginas me referรญ a otra obra โaztecaโ muy posterior, La hija de Moctezuma, del genial novelista inglรฉs H. Rider Haggard).
La barroca: Motezuma de Antonio Vivaldi
Como es sabido, gracias sobre todo al precioso Concierto barroco (1974) de Alejo Carpentier, Vivaldi escribiรณ un drama per musica titulado Motezuma en 1733 con un libreto de Alvise Giusti. La bibliografรญa es infinita. Se ha puesto en escena varias veces desde 2002, cuando se encontrรณ el manuscrito, y hay al menos tres grabaciones formales. Puede verse y escucharse en Youtube con prudentes subtรญtulos en inglรฉs en una puesta equilibrada que hubo en Los รngeles (no esta que muestra la foto, con una producciรณn notoriamente mala, que se hizo en Texas):
El primer recitativo lo canta el derrotado Motezuma con barรญtona elocuencia (pues, cosa rara, Vivaldi no pidiรณ al habitual castrato que, en su tiempo, estaba a cargo de los roles heroicos):
ยกOh dioses, estoy vencido!
ยกY la gloria del pueblo messicano
y su valor famoso
han caรญdo bajo la espada de Espaรฑa!
El hรฉroe, desde luego, es โFernando Cortรฉsโ, cuya valentรญa y aplomo satura el drama, si bien hay ademรกs algunos giros propios de todo drama operรกtico, los necesarios para rellenar con relativa acciรณn al prolongado chorro de mรบsica:
โFernando toma como rehรฉn a la hija de Motezuma, de nombre Teutile.
โMotezuma hiere de certero flechazo a Fernando y lo toma prisionero.
โTeutile se enamora de un tal Ramiro, que resulta ser hermano de Fernando. Teutile sufre: duda de la sinceridad de su novio pues, siendo ella azteca, รฉl es irremediablemente espaรฑol.
โRamiro tambiรฉn sufre, dividido entre su amor a Teutile โy, por ende, a su grupo รฉtnicoโ y las sanguinarias obligaciones de conquistador espaรฑol que le corresponden.
โMotezuma ordena que Cortรฉs sea sacrificado para apaciguar al asรญ llamado Uitsilopochi, que al parecer se encuentra muy molesto con todo esto de la conquista.
โCortรฉs logra escapar y, tambiรฉn muy molesto con la conquista y la matadera de gente, encuentra una soluciรณn perfecta: ยกque il Messico sea gobernado por Motezuma y su esposa como sรบper delegados en Mรฉxico del rey de Espaรฑa!
Gracias a esa conciliadora idea el final es muy feliz, a pesar de que el escenario estรก literalmente tapizado de cadรกveres aztecas y espaรฑoles. Y es asรญ que Motezuma toma posesiรณn como presidente, su esposa queda de primera dama y ambos cantan emocionados:
ยกIl Messico ha caรญdo,
pero se volverรก a levantar!
Y claro, Ramiro y Teutile tambiรฉn son muy felices para siempre con su amor interracial, plural, igualitario y apenas heteronormativo. Y asรญ, rodeados de intensos trompetazos venecianos que encienden el lecho conyugal, se dan a la tarea de engendrar mexicanos.
La romรกntica: Vitzliputzli de Heinrich Heine
La otra es el โRomanzoโ de Heinrich Heine que se titula Vitzlipuztli (1845) al que fui a dar porque Enrique Krauze lo menciona en su reciente ensayo โLa imagen de Hernรกn Cortรฉs a travรฉs de los siglosโ.
Desde el siglo XVII circulaba el nombre de Vitzliputzli en Alemania, pues desde la llegada de los relatos de la conquista de Mรฉxico, ese dios exiliado entrรณ al gremio de los diablos asiรกtico-europeos con Astarot, Megara, Haribax, Polumor, Asmodeo, Jerjes y Mefistรณfeles que, al parecer, lo aceptaron como aprendiz. El erudito C.H. Ibershoff
{{C.H. Ibershoff โVitzlipuztliโ, en Modern languages notes, XXVIII, Baltimore, 1913, p. 211. En lรญnea.}}
cuenta que un tal Christian Weise publicรณ en 1672 una obra titulada Die drei รคrgsten Erznarren (โLos tres perfectos idiotasโ) en la que Vitzlipuzli aparece ya como un perfecto diablo idiota. El holandรฉs Daniel Heinsius registra en 1840 que un tal Vizli Buzli, โdios del infierno mexicanoโ, protagoniza una canciรณn de cuna, lo que le parece terrible, pues se trata de un โdemonioโ que no tenรญa por quรฉ andar asustando a los niรฑitos europeos. El resumen es que con sus muchas variantes, Vitzliputzli aparece en la literatura alemana como un dios de la guerra, o del submundo, o del fuego, o del sol o de las nubes, etc. Se hizo tan popular el Vitzliputzli que hasta logrรณ papel secundario en los primeros escritos sobre don Fausto. Goethe no lo menciona en el suyo, pero sรญ en el โLibro de Zuleikaโ de su precioso Divรกn de oriente (1815) en el que canta a la divina Zuleika, amante tan hermosa y sabia que hasta
Denn ein Vitzliputzli wรผrde
talisman an Deinem herzen[Vitzliputzli se convertirรญa
en un talismรกn sobre tu corazรณn]
Se trata, pues, de una apariciรณn que, con su bizarra fonรฉtica, se agregรณ al tedesco para representar una potencia โsalvajeโ, diabรณlica y, sobre todo, extranjera. Por cierto, otro ejemplo de incorporaciรณn โmexicanaโ al vocabulario popular alemรกn fue Popocatรฉpetl, nombre que analiza genialmente Carl Jung para explicar cรณmo el nombre de ese volcรกn ingresรณ al campo semรกntico de la caca y el retrete de la imaginaciรณn alemana, algo sobre lo que escribรญ ya en otra parte.
La cosa es que el tal Vitzliputzli llegรณ a Alemania con toda su repugnancia, como se aprecia en este grabado del XVIII, en el que ademรกs de varios rasgos de la iconografรญa satรกnica tradicional, tiene un elocuente rostro como de diputado, con todo y su bigotito:
Su apoteosis llegรณ en 1846, cuando Heinrich Heine escribiรณ su Vitzliputzli, poema en el que lleva el papel principal y que, como todo lo del genial Heine, fue muy leรญdo:
Dort auf seinem Thronaltar
Sitzt der groรe Vitzliputzli,
Mexikos blutdรผrstโger Kriegsgottโฆ[Sentado en su trono-altar
estรก el Gran Vitzliputzli,
de Mรฉxico dios de la guerra, sediento de sangreโฆ]
En la revista El Domingo (Semanario de Literatura, Ciencias y Mejoras Materiales) de la Ciudad de Mรฉxico, en tres entregas que inician en agosto de 1873, hay una traducciรณn prosificada al espaรฑol debida a los seรฑores Jorge Hammeken y Manuel de Olaguรญbel, poeta a sus horas. Tambiรฉn se puede leer en lรญnea, en alemรกn o en su defecto en inglรฉs, gracias al Project Gutenberg.
Luego de un famoso โPrรคludiumโ en el que Heine celebra el carรกcter paradisiaco de Amerika (es decir, sin โcivilizaciรณnโ), comienza una elemental narrativa, que va de la salida de Cuba de โFernando Cortezโ (sic), hรฉroe ambiguo que tiene โlaureles en la cabeza y espuelas de oro en las botasโ, y culminarรก en la โNoche tristeโ. Fernando es descrito, sumariamente, como un vulgar ladrรณn y un โvil sinvergรผenzaโ, a diferencia de Cristรณbal Colรณn que, para Heine, es un hรฉroe tan enorme que apenas estรก un escalรณn por debajo de Moisรฉs, que es el hรฉroe absoluto.
Fernando va a cenar con sus capitanes al palacio de Motezuma, que los cubre de oro y joyas, pues el emperador, al igual que todos los โincivilizados, ignorantes, supersticiosos paganosโ (Heine estรก siendo sarcรกstico) aรบn creรญa en cosas como el honor y la hospitalidad. Fernando retribuye invitando a Motezuma a โsu castilloโ donde toma prisionero al โinofensivo monarcaโ al que luego manda asesinar. Se desatan, obviamente, las hostilidades: los aztecas cercan al castillo espaรฑol y los baรฑan de flechazos. Esto lleva a los espaรฑoles a echar de menos su tierra, donde estarรญan muy contentos comiendo โeine ollea potridaโ (que es como se dice โolla podridaโ en alemรกn). Fernando y sus hombres rompen por fin el cerco y comienza la espantosa batalla. No pocos espaรฑoles se hunden en el lago por ser tan tontos como para no calcular que los hundirรญa el peso de todo el oro que traen en las bolsas. En una escena conmovedora, un soldado que lleva un estandarte con la imagen de la Virgen Marรญa mira cรณmo se llena de flechas y se convierte en la imagen de La Dolorosa. Los aztecas matan a ciento sesenta espaรฑoles y toman presos a ochenta, lo que no impide a Fernando llegar con los sobrevivientes a la ribera del lago donde, rodeado de sauces llorones, llora en su Noche Triste.
En el segundo canto, los aztecas celebran su victoria y prenden โmil lรกmparas de alegrรญaโ para iluminar el templo de Vitziputzli, โconstruido de ladrillos rojos/ extraรฑamente parecido a los egipcios, asirios y babilรณnicosโ, una similitud que le habrรกn inspirado a Heine grabados como este:
Una arquitectura imaginada que a Heine le parece tan absurda que โa pesar del horror llama a la risaโ.
Los sacerdotes aztecas organizan un โte deumโ que suena a un coro de โgatos maullandoโ, pero del tipo de gatos โque comen gente, no ratonesโ. Heine se deja llevar por su horror de ilustrado a la antropofagia en su descripciรณn del altar, lleno de sangre y carne humana, donde sacrifican a los ochenta prisioneros espaรฑoles. Fernando escucha desde lejos sus gritos y rezos desesperados y sufre mucho, sobre todo porque entre los prisioneros estรก Raymundo de Mendoza, hijo de una โhermosa abadesaโ que habรญa sido su amor juvenil. Sin poder hacer nada para impedirlo, Fernando Cortez ordena entonar un miserere y llora amargamente. Su crueldad y la de los espaรฑoles y aztecas, y sus dos respectivas formas de canibalismo, han arrasado el paraรญso americanoโฆ
En el tercer acto se mira amanecer la ciudad: el templo y sus alrededores estรกn empapados de sangre y entre ella roncan los sacerdotes, ebrios de sacrificio humano. El sumo sacerdote, Rotjack (que significa algo asรญ como โCasaca Rojaโ), canta a gritos:
ยกVitzliputzli, Putzliviztli
Dios amado, Vitzliputzli!
ยกHoy sรญ que te divertiste
y oliste el olor fragante!
Es el olor de la sangre que โhabrรก llenado de gozo tus narices gloriosasโ. Casaca le dice al dios que ahora sacrificarรก a los caballos y que tambiรฉn sacrificarรก de pasada โa mis dos nietecitos, tan lindos y de sangre tan dulceโ. Todo esto a cambio de que Vitzliputzli permita que haya mรกs victorias sobre estos invasores รกvidos de oro y a la vez convencidos de que al morir se irรกn al cielo. En realidad, le explica Casaca a Vitzliputzli, los espaรฑoles son tan mortales como los aztecas, pero en feo, con sus caras llenas de pelo, como los changos, y moralmente mรกs feos aรบn, pues desconocen la piedad y se comen a su propio dios.
Vitzliputzli acepta seguir apoyando, pero siempre y cuando Casaca se autoinmole primero con el mismo cuchillo ceremonial, para que de su cadรกver salga su espรญritu y vaya a buscar a โmi tรญa, la Reina Rataโ (es extraรฑo que entre estas terribles escenas se aparezca de pronto un elemento como de los hermanos Grimm, pero en fin: son pecados tรญpicos del romanticismo).
Vitzliputzli acusa a la Reina Rata de haber causado el desastre, pues fue ella quien inspirรณ el deseo de hacerle guerra a los invasores y es por eso, por esa culpa, que se cumplirรก la profecรญa
que anuncia la destrucciรณn de todo
a manos de unos barbones
que un dรญa llegarรญan volando
desde el Este en sus naves de madera,
para arrasar mi templo
y dejarme tirado en sus cenizas,
convertido en humo y ruinas,
donde ya nadie podrรก verme…
Si los invasores procederรกn a la destrucciรณn de la ciudad y el sometimiento de los aztecas, la Rata tambiรฉn pagarรก el error: con los invasores ha llegado una nueva diosa, madre del dios invasor, una virgen sin mancha y una โmagaโ muy eficiente que conquistarรก con su amor a todo Mรฉxicoโฆ
Lo bueno, dice Vitzliputzli, es que a pesar del desastre รฉl no habrรก de morir, pues โnosotros los dioses cambiamos de plumaje y aparienciaโ. Asรญ pues, ha decidido emigrar a Europa para iniciar una nueva etapa de su carrera: asumirรก su carรกcter demoniaco y pondrรก una franquicia del Mal con sus socios Satanรกs, Belial, Astaroth, Belzebรบ y la serpiente Lilith, y se dedicarรก a seducir europeos para que se vayan al infierno, cuya peste de azufre Vitzliputzli piensa anticiparles. Y se despide diciendo:
ยกMein geliebtes Mexiko,
Nimmermehr kann ich es retten,
aber rรคchen will ich furchbar
mein geliebtes Mexiko![ยกMi muy amado Mรฉxico
no puedo ya preservarte,
pero si podrรฉ vengarte,
mi Mรฉxico muy amado!]
Un final extraรฑo, pues convierte a Vitzliputzli en el dios a cargo de la venganza mexicana contra โla razรณnโ europea. Los estudiosos de Heine han propuesto varias explicaciones sobre esta conducta final: los mรกs veteranos se inclinan a entender que la venganza consiste en llevar a Europa la sรญfilis americana (Heine padecรญa la enfermedad). Los mรกs jรณvenes se inclinan en favor del โdios que se autodemonizaโ, pues miran en Vitzliputzli a un vengador de las culturas colonizadas contra el capitalismo avasallante que deberรญa ofrecer disculpas por ser tan canalla o, incluso, como una figura contestataria que aporta un modelo a los mexicanos que anden urgidos de recuperar su identidad luchando contra Europa y Estados Unidos, etcรฉteraโฆ
Por รบltimo, leo en un artรญculo de Liliana Ruth Feierstein
{{โIn the Land of Vitzliputzli: German Speaking Jews in Latin Americaโ, en The New Ethnic Studies in Latin America . Raanan Rein, Stefan Rinke y Nadia Zysman, editores. Series Jewish Latin America, volumen 9, 2017.}}
algo sobre el Club Heinrich Heine que fundaron en Mรฉxico, en 1941, Anna Seghers y Egor Erwin Kisch como un โrefugioโ para la cultura alemana exiliada en Amรฉrica. Muchos de esos judรญos alemanes que llegaron a Mรฉxico, dice Feierstein, lo hicieron โcon un ejemplar de Vitzliputzli en sus maletasโ. Es comprensible si se considera, creo yo, que el poema aportรณ una idea popular del pasado mexicano en Alemania, con todas sus contradicciones, victimado por la doble tiranรญa de aztecas y espaรฑoles. El Club Heine fue la secciรณn mexicana del Comitรฉ Nacional por una Alemania Libre, como ha explicado Ricardo Pรฉrez Monfort.
{{โApuntes sobre el exilio alemรกn en Mรฉxicoโ en Mรฉxico, paรญs refugio libro editado por Pablo Yankelevich (INAH, 2002).}}
Creรณ una editorial, El Libro Libre, dedicada a la defensa de la palabra escrita ante las tiranรญas, lo que a Feierstein le parece โun gesto muy judรญoโ. Publicaron 20 libros en alemรกn y 6 en espaรฑol. Y cuando se despidiรณ del Club, Seghers agradeciรณ la tutela de Heinrich Heine, ese otro exiliado, ese โsanto patrรณn de nuestra comunidad en esta extraรฑa tierra, a la que venimos a dar en nuestras peregrinacionesโ. Vitzliputli, debidamente amaestrado por la poesรญa, y en las mejores manos alemanas, habรญa regresado a Mรฉxico.
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.