Foto: Secretarรญa de Cultura - Argentina / CC BY-SA 2.0

Edgardo Cozarinsky en la hora a la que la luz se estira

Edgardo Cozarinsky (1939-2024) construyรณ una obra que abarcรณ el ensayo y la ficciรณn, de estilo complejo pero cristalino, con tiempos superpuestos y un gusto por retratar lo efรญmero.
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La noche es quizรกs el escenario mรกs fรกcilmente reconocible de los libros de Edgardo Cozarinsky, poblados de adultos y niรฑos insomnes (los segundos no menos aventureros que los primeros). Pero hay en ellos una obsesiรณn igual de constante, aunque mรกs sutil, por una hora indefinida y pasajera que Cozarinsky registra una y otra vez. Cito del comienzo de su novela Maniobras nocturnas (2007): โ€œAllรก en Europa a fines de abril, aquรญ a mitad de septiembre, hay una tarde, siempre, en que me encuentro en la calle a una hora que se me ocurre mรกs temprana, y me dejo sorprender por el dรญa que se ha prolongadoโ€ฆโ€. Y de su libro mรกs famoso, Vudรบ urbano (1985): โ€œEn Buenos Aires los dรญas se hacen mรกs largos cuando llega septiembre. Nunca lo pensaste, ยฟverdad? No importa: de pronto, una tarde, estรกs en la calle a eso de las siete y adviertes que aรบn hay un poco de luz en el cielo…โ€.

Cozarinsky muriรณ en Buenos Aires el pasado 2 de junio, lejos de la temporada porteรฑa de milagros lumรญnicos que estos pasajes celebran y que quedarรกn, asรญ, resguardados, asociados a su vida y a su obra, y no a un accidente tan absurdo como su desapariciรณn fรญsica. En esos momentos en que los dรญas demoran y a la vez prometen la llegada de la noche, estรกn los rasgos mรกs salientes del estilo de Cozarinsky: una sintaxis compleja que nunca llega a ser barroca, el escenario urbano, la vida simultรกnea en varios lugares, la oscilaciรณn entre varias personas gramaticales, la superposiciรณn del tiempo que es de todos (la Historia) y el de cada uno (la literatura), el gusto por registrar lo efรญmero y la melancolรญa que proviene de ese intento.

Habรญa nacido en Buenos Aires hace 85 aรฑos, de los cuales pasรณ muchos en Parรญs. Llegรณ allรญ en 1974, asediado por los horrores polรญticos de derecha e izquierda en la Argentina, y se convirtiรณ en un cineasta clave de su generaciรณn con films como La guerra de un solo hombre (1982), sobre Ernst Jรผnger,y Autorretrato de un desconocido (1985), sobre Jean Cocteau. Tambiรฉn en Parรญs escribiรณ Vudรบ urbano (1985), un โ€œรกlbum de tarjetas postalesโ€, como las titula su autor, precedidas por la mejor nouvelle de la literatura argentina: โ€œEl viaje sentimentalโ€. En ella, durante una noche de verano parisina, la ciudad se transforma para dar paso a una Buenos Aires alucinada donde el narrador se reencuentra con los amigos que dejรณ atrรกs, reflexiona sobre la vida del artista en el extranjero y ofrece una mirada de la historia polรญtica argentina que hoy, cuatro dรฉcadas mรกs tarde, no es actual sino novedosa.

A Vudรบ urbano le siguiรณ un silencio de dรฉcadas, hasta que un cรกncer lo llevรณ a publicar, con una urgencia que nunca se traduce en descuido, mรกs de veinte libros, y a volver cada vez mรกs seguido a Buenos Aires hasta regresar del todo. Sus ensayos son los mรกs celebrados, desde El pase del testigo (2001)y Blues (2010) hasta los mรกs tardรญos Los libros y la calle (2019) y Variaciones Joseph Roth (2022). En todos ellos combina la anรฉcdota personal con agudas lecturas de sus obsesiones literarias (Roth, la mayor de ellas), de la polรญtica y la cultura de su รฉpoca, y las ciudades por las que pasรณ. En Museo del chisme (2005), un ensayo sobre la funciรณn del chisme como motor literario en las obras de Henry James y Proust se combina con una colecciรณn de โ€“justamenteโ€“ chismes tomados de fuentes orales y literarias que componen uno de los retratos mรกs cรณmicos de la vida de los intelectuales de los que tengamos noticia. El chisme saca lo mejor de la prosa de Cozarinsky: la anรฉcdota puede ser fรกcil o difรญcil de seguir, pero su sintaxis siempre es clara y anticipatoria, sin abusar del clรญmax del remate. La uniformidad del estilo permite que una pelea entre dos escritores espaรฑoles, de los que el autor se entera por un amigo, tenga el mismo tono que una anรฉcdota sobre la monarquรญa francesa registrada en un volumen del siglo XVIII. El chisme se vuelve leyenda gracias a este truco literario, que persiste hasta Variaciones Joseph Roth

De estos libros de Cozarinsky se dice, en general, que son โ€œhรญbridosโ€ o โ€œinclasificablesโ€. El mismo Cozarinsky dice de Vudรบ urbano que โ€œno pertenecรญa a una categorรญa literaria reconocibleโ€. Lo hace en un ensayo titulado โ€œTarjeta postalโ€ (2006), especie de ars poetica que empieza: โ€œSoy un escritor y soy argentino. No sรฉ si soy un escritor argentinoโ€. Me atreverรญa ahora a contradecirlo en algo. Creo que, al margen de Vudรบ urbano, la tentaciรณn por llamar a su obra en general inclasificable se debe, primero, al dominio de Cozarinsky de un gรฉnero por naturaleza difรญcil de definir (el ensayo) y, segundo, al hecho de que haya manejado con igual destreza la ficciรณn.

Si sus libros de ensayo han sido celebrados por la crรญtica, sus cuentos y novelas han pasado un poco mรกs desapercibidos. Pero en libros como Maniobras nocturnas (2007), Cozarinsky demuestra que es, ademรกs de un ensayista increรญblemente agudo y sensible, un gran narrador. Sus novelas no son las narraciones mรกs experimentales de otros ensayistas argentinos notables de su generaciรณn (Ricardo Piglia o Sylvia Molloy), sino relatos clรกsicos, llenos de peripecias y suspenso, donde no faltan plot twists eficaces (incluido el asesinato). Lo mismo puede decirse de sus รบltimas ficciones, en las que ademรกs se interesรณ por paisajes y personajes ajenos a su patria declarada โ€“Buenos Airesโ€“, especialmente el norte de la Argentina en Turno noche (2020) y Cielo sucio (2022).  

Algunos de los rasgos de estilo que seรฑalรฉ mรกs arriba llevaron a Alan Pauls, en la introducciรณn de los Cuentos reunidos (2019) de Cozarinsky, a emparentarlo con Walter Benjamin. Otros llevan a Mariano Siskind, en un ensayo de prรณxima apariciรณn en A history of Argentine literature (Cambridge University Press, 2024), a ubicar a Cozarinsky en una serie de herederos de Borges que incluye a Sylvia Molloy y Juan Rodolfo Wilcock, entre otros escritores que abjuraron de ser escritores argentinos.

Las dos son observaciones certeras a las que me gustarรญa agregar un matiz. Es verdad que, como Benjamin, Cozarinsky construye sus libros a partir de citas heterogรฉnas que a menudo reutiliza (del tango a Joseph Roth y de Proust a sรญ mismo); tambiรฉn que la Europa de entreguerras, con sus sueรฑos cosmopolitas destruidos y judรญos errantes, vuelve a menudo en su obra. Pero la prosa de Cozarinsky, a diferencia de la de Benjamin, siempre es cristalina y no participa del aforismo, contra el que incluso se rebela. De la frase de Adorno sobre que no se puede escribir poesรญa despuรฉs de Auschwitz dice, por ejemplo, que es โ€œun arrebato tan banalโ€ que, por la inteligencia de quien viene, โ€œdeberรญa llamar a prudencia a todo intelectualโ€ (Niรฑo enterrado, 2016).

Y si bien es cierto que, como la de Molloy o Wilcock, la literatura de Cozarinsky no se explica sin el contacto del castellano con otras lenguas y culturas โ€“en el epรญlogo de Vudรบ urbano dice haber escrito el libro primero en un inglรฉs imperfecto, para luego traducirseโ€“, a diferencia de ellos, Cozarinsky sรญ volviรณ a Buenos Aires, y esto no es solo una anรฉcdota biogrรกfica, creo, sino un rasgo clave de su literatura: hay en ella una sensaciรณn definitiva de hogar. Por mรกs pasajeros que sean sus cielos de primavera y por mรกs cosmopolita que sea su imaginaciรณn, Buenos Aires es la patria ineludible de la obra de Cozarinsky, y cada vez mรกs a medida que se suceden sus libros. Su pertenencia a la ciudad no es ajena a la melancolรญa, pero jamรกs la pone en duda; mรกs bien la confirma: ยฟcรณmo no querer que permanezca siempre idรฉntico el lugar que mรกs amamos? ยฟCรณmo no querer que dure un poco mรกs un incipiente dรญa de primavera, aun si la noche encierra mil promesas?

A esas preguntas universales que nos hace la obra de Cozarinsky se enfrentan, ahora que su mundo no serรก el mismo, quienes lo frecuentaron en los bares de Buenos Aires a esa hora mรกgica en que la luz se estira. ~

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es director del Humanities Institute en el New York Botanical Garden, donde investiga y promueve conversaciones sobre el cruce de plantas y cultura. Recibiรณ su doctorado en Lenguas y Literaturas Romances de Harvard University y completรณ su postdoctorado en Dumbarton Oaks Research Library.


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