El viaje que sugiere este número no pretende llegar a una verdad. Busca, por un lado, poner en primer plano la lucha estudiantil contra el
autoritarismo del régimen: contrasta la voz de algunos de los protagonistas con la de Luis Echeverría, cuya versión evasiva de los hechos acaso retrate con precisión el sistema anquilosado del que era parte. Por otro, busca detenerse en otras capas del viaje, integrar diversas voces, experiencias y modos de mirar el pasado. A cincuenta años de distancia, quiere abrir la toma de lo que representó para el país aquel “año axial”