Cuentos de miedo para Navidad

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La Navidad está asociada a la infancia, a la familia, al recuerdo. En ocasiones, con el cambio de año, tiene algo de reflexión sobre uno mismo, de examen de una vida. Pero ese espíritu sentimental y acogedor puede adquirir un aire siniestro y a veces fantasmagórico. “Nada nos satisface en la víspera de Navidad, salvo contar anécdotas auténticas sobre espectros”, admite Jerome K. Jerome, en relación a una curiosa tradición británica. La relación entre el miedo y la Navidad es paradójica, irónica y literaria, pero no inusual. El relato canónico de Charles Dickens es una historia de fantasmas; John Updike escribió con humor sobre los terrores de esas fechas; ¡Qué bello es vivir! –la película de Capra– exploraba la frustración y la desesperanza en fechas luminosas; Arnaud Desplechin mostró cenas familiares que eran guerras apenas disimuladas; Christopher Hitchens habló de la pesadilla moral
y estética de la Navidad, donde, según él, los habitantes de las democracias occidentales pasaban unas semanas viviendo en Corea del Norte. En este número hemos invitado a varios narradores a escribir sobre esas fechas: sus piezas van de lo cotidiano a lo fantástico, de lo vergonzoso a lo inexplicable; combinan el encuentro y el espanto, la idea del regreso al refugio de la memoria con la insinuación de un miedo profundo.

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La Navidad está asociada a la infancia, a la familia, al recuerdo. En ocasiones, con el cambio de año, tiene algo de reflexión sobre uno mismo, de examen de una vida. Pero ese espíritu sentimental y acogedor puede adquirir un aire siniestro y a veces fantasmagórico. “Nada nos satisface en la víspera de Navidad, salvo contar anécdotas auténticas sobre espectros”, admite Jerome K. Jerome, en relación a una curiosa tradición británica. La relación entre el miedo y la Navidad es paradójica, irónica y literaria, pero no inusual. El relato canónico de Charles Dickens es una historia de fantasmas; John Updike escribió con humor sobre los terrores de esas fechas; ¡Qué bello es vivir! –la película de Capra– exploraba la frustración y la desesperanza en fechas luminosas; Arnaud Desplechin mostró cenas familiares que eran guerras apenas disimuladas; Christopher Hitchens habló de la pesadilla moral
y estética de la Navidad, donde, según él, los habitantes de las democracias occidentales pasaban unas semanas viviendo en Corea del Norte. En este número hemos invitado a varios narradores a escribir sobre esas fechas: sus piezas van de lo cotidiano a lo fantástico, de lo vergonzoso a lo inexplicable; combinan el encuentro y el espanto, la idea del regreso al refugio de la memoria con la insinuación de un miedo profundo.


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