Es difรญcil reconocer que apenas hace cuatro dรฉcadas la democracia no era parte de la agenda pรบblica mexicana. Otras eran las discusiones, las urgencias. La necesidad de continuar el debate al respecto ha renacido en nuestros dรญas. Si bien es casi imposible tener una presidencia en los mismos tรฉrminos del otrora
rรฉgimen priista, tambiรฉn es verdad que no debemos bajar la guardia ante aquellos intentos por debilitar algunas de las instancias que nos garantizan el pluralismo y la libertad democrรกtica: la prensa crรญtica, la separaciรณn de poderes, la independencia del รกrbitro electoral. La democracia los necesita. Nos necesita.