Los últimos tiempos han evidenciado una nueva fractura política: la que separa a los partidarios de economías y sociedades abiertas de quienes defienden un repliegue hacia una organización nacional y valores cerrados. Entre las razones que se dan para explicar el ascenso de movimientos nacionalistas y populistas están los factores económicos: la globalización ha producido ganadores, pero también perdedores, y no siempre ha sabido comunicar sus beneficios. Pero también hay factores morales y políticos. En este número, Lanchester describe el caso del Brexit. Krastev analiza las diferencias con respecto a la acogida de los refugiados en Europa occidental y Europa oriental. Hidalgo muestra que el descontento económico con la globalización no explica todos los populismos.