Para saber lo que piensan, para reflejar lo que sucede a su alrededor, para atrapar el momento o para escapar de la vida cotidiana, para defender sus ideas o, incluso, como decía Marguerite Duras, para saber qué escribirían si escribieran. Con bastante frecuencia los autores explican las razones que los llevan a escribir: a veces de forma consciente y a veces sin saberlo, con una reticencia casi supersticiosa o con coquetería, de manera espontánea o porque se lo piden. Esa exposición puede ser una poética, una broma, una lección, una pista para saber cómo desean ser leídos o todas esas cosas a la vez. En este número compartimos la visión literaria de dos grandes escritoras contemporáneas.