En los veranos de la infancia conviven el asombro y el tedio. Son un parรฉntesis de la rutina escolar, pero tienen tambiรฉn sus reglas, sus rituales y sus recompensas. Son largas horas en el coche, complicados plazos para evitar los cortes de digestiรณn o tratos con familiares de ignotas costumbres. Son el descubrimiento del mundo rural o del apartamento, un momento de privilegiados aprendizajes o una dura decepciรณn; una sustituciรณn del entorno conocido, otra forma de comer, otros horarios para dormir.
Las diecisรฉis narraciones aquรญ reunidas son algo mรกs que una evocaciรณn nostรกlgica de esos veraneos infantiles: son el retrato luminoso y triste de un momento clave en nuestra educaciรณn sentimental y, tomadas en su conjunto,un revelador fresco de la historia reciente โen sus detalles, en sus ritos, en sus paisajesโ de la clase media espaรฑola.