Querido Enrique:
Leรญ un artรญculo tuyo del pasado 31 de marzo sobre el antisemitismo de la izquierda. En la Universidad Autรณnoma de la Ciudad de Mรฉxico (UACM), te lo aseguro pues he trabajado ahรญ durante 9 aรฑos, no se practica semejante abominaciรณn; puedes preguntรกrselo tambiรฉn a Hugo Hiriart, quien tambiรฉn trabaja en esa universidad pรบblica. Pero tienes todo el derecho de no creernos a Hugo o a mรญ.
Lo que me llama la atenciรณn es que no te hayas enterado de los deslindes que se hicieron oportunamente para separar a la UACM de las expresiones de una sola persona, la seรฑora Rodrรญguez que mencionas en tu artรญculo. Un sitio de internet llamado Enlace Judรญo presentรณ a la seรฑora Rodrรญguez como ponente en una mesa redonda organizada por la UACM. Eso es falso: esa persona formaba parte del pรบblico y no pertenece a nuestra universidad.
Eres severo con la izquierda, Enrique. Me parece justo y necesario, pues nuestra izquierda tiene todavรญa que aprender muchas cosas y desaprender otras, todas ellas de primera importancia. No eres igualmente severo con organizaciones polรญticas diferentes, como el Partido Acciรณn Nacional, uno de cuyos dirigentes, Germรกn Martรญnez, se luciรณ como todo un antisemita a propรณsito del caso Madoff. Es posible que tampoco te hayas enterado de esas expresiones.
Una de mis primeras reacciones ante el incidente desencadenado por la estupidez de la seรฑora Rodrรญguez fue tratar de llevar ese asunto a las aulas universitarias. Yo mismo impartรญ una larga plรกtica sobre antisemitismo, que puedes ver en YouTube. No habรญa leรญdo entonces la novela de Umberto Eco sobre el tema; pero ya lo hice y con ese tema publiquรฉ un breve comentario en El Universal. Quizรก tampoco lo leรญste.
Te mando un saludo cordial y espero que revises y documentes tus opiniones e impresiones sobre la UACM. Si de algo sirviera, me ofrezco como tu guรญa en un recorrido por los planteles, uno de los cuales es el lugar de tu antigua escuela, como una vez me contaste: el edificio del viejo Colegio Israelita. Si tu opiniรณn sobre la UACM estรก formada, no hay nada que hacer; si no lo estรก, me sentirรญa muy contento de ayudarte a conocer esa universidad.
Tu viejo amigo.
David Huerta
Respuesta de Enrique Krauze
Querido David:
Te agradezco mucho tu carta, escrita en el tono que corresponde a nuestra larga y buena amistad.
Estoy seguro de que, en su gran mayorรญa, autoridades, profesores, alumnos y trabajadores de la Universidad Autรณnoma de la Ciudad de Mรฉxico deploran las expresiones antisemitas que vertiรณ la arquitecta Raquel Rodrรญguez en el acto que tuvo lugar el 22 de enero de 2013 en el plantel Del Valle de la UACM. Y te creo, por supuesto, cuando dices que el antisemitismo (y, en particular, la negaciรณn del Holocausto) son โabominacionesโ ajenas a esa instituciรณn.
No olvides, sin embargo, que el acto se titulรณ โHacia el rompimiento de relaciones con el estado sionista de Israelโ, y que el cartel de presentaciรณn incluรญa, entre otras instancias, el logotipo de la universidad. Era y es importante discutir la situaciรณn de Medio Oriente, pero con equilibrio y calidad de representaciรณn, no con actos proselitistas que, de origen, tienen la marca antisemita disfrazada de anti sionismo. La ex rectora Esther Orozco responsabilizรณ a los paristas de haber organizado la conferencia, pero los paristas son parte de la universidad.
Me reclamas ser severo con la izquierda. ยฟDรณnde dejas la severidad de la izquierda conmigo? Y te equivocas al afirmar que no he repudiado con tesรณn el antisemitismo de derecha. Lo he hecho varias veces, en ensayos y libros, y recientemente en โRacismos convergentesโ, publicado en el portal de Letras Libres y reproducido en el sitio digital SDP, Sendero del Peje.
Pero no es el antisemitismo de derecha el que me sorprende. Es el de izquierda. Por mil razones, entre ellas la huella del humanismo judรญo en el pensamiento y en la historia del socialismo universal. Por eso tienes razรณn en llevar el tema a las aulas de la universidad y en recordar, en tu columna de El Universal, que el mismรญsimo Quevedo prefigurรณ las teorรญas de la conspiraciรณn inventadas por la Ochrana rusa en su infame pasaje “La isla de los Monopantos”.
Me hablas del Colegio Israelita. Acaso lo mรกs paradรณjico del caso es que el acto de negaciรณn del Holocausto haya tenido lugar en la actual sede de la UACM que por cuatro dรฉcadas, en efecto, fue la del Colegio Israelita. Mi padre estrenรณ esas instalaciones en 1938, y yo estudiรฉ ahรญ desde 1952 a 1964. Toda una vida. Aรฑo con aรฑo, en la conmemoraciรณn de la insurrecciรณn del Gueto de Varsovia, pendรญa de los mรกstiles del patio central una inmensa tela con la imagen de Mordejai Anielevich, el joven que encabezรณ la revuelta desde el bรบnker de Mila 18. Todas las generaciones que pasaron por esa escuela tenรญan muertos en los campos de exterminio.
Me invitas a recorrer el plantel y a ser mi guรญa. Te cambio la propuesta: yo te ofrezco ir a San Lorenzo # 290 y ser tu guรญa por cada espacio, cada aula, cada palmera (si aรบn quedan) o cada huella. Ojalรก nos acompaรฑe a ese breve recorrido el Doctor Enrique Dussel, cuya obra El humanismo semita โgran tratado de antropologรญa filosรณfica, en la mejor tradiciรณn alemana- leรญ hace tiempo con la mayor admiraciรณn. Allรญ escribe Dussel:
La conciencia histรณrica del pueblo de Israel, la demitificaciรณn de toda seguridad arquetipal apoyada en la divinizaciรณn de la naturaleza o los fenรณmenos astrales, permitรญa al hombre hebreo descubrir todo un humanismo: primero, la contingencia radical del hombre y, por lo tanto, su debilidad, su permanente mirar hacia un futuro escatolรณgico; en segundo lugar, proclamaba al mismo tiempo el dominio del hombre sobre todo el cosmos, sobre el cual tenรญa pleno derecho por cuanto era mera criatura organizada como instrumento para el hombre; en tercer lugar, habiendo descubierto la criaturidad del mundo a partir de una Interioridad trascendente, viviente, creadora, el hombre se descubre como digno, y la intersubjetividad que entre los hombres se crea, es la obra mรกs perfecta en el universo. Existe el hombre totalmente como carne, y totalmente como viviente.
El hombre que escribiรณ esas palabras sabe mejor que nadie que en el acto de la UACM hubo una profanaciรณn, en el sentido casi religioso del tรฉrmino. Pero su llegada como rector interino puede repararla con el sรณlo hecho de iluminar a los alumnos (y quizรก a algunos maestros) sobre el aporte de los judรญos al humanismo universal.
Tu (aรบn mรกs) viejo amigo
Enrique