Versiones y nota de Aurelio Asiain.
Serhiy Zhadan es quizás el poeta contemporáneo de Ucrania más celebrado por la crítica y sin duda es el más fervorosamente leído y escuchado. Ha publicado más de veinte libros en los últimos veinte años (sobre todo de poesía, pero también novelas y ensayos), ha sido letrista y músico en varias bandas de rock y desde el año 2000 encabeza Zhadan i Sobaky (Zhadan y los perros). La intensa actividad creadora de Zhadan va de la mano con su activismo social: participó en la Revolución naranja que denunciaban la corrupción y se oponían a la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de Ucrania en 2004, y fue uno de los líderes, en Járkov, de la revolución Maidan que en 2014 expulsó a Víktor Yanukóvich, el presidente autoritario respaldado por el Kremlin. Cuando sobrevino la invasión rusa en febrero de 2023, Zhadan se convirtió en un símbolo de la resistencia.
El primero de los tres poemas que aquí aparecen es la letra de una canción para los niños refugiados en el metro de Járkov. Es una canción, dice Zhadan, “sobre nuestros hijos, sobre nuestra memoria, sobre nuestras esperanzas”, y surgió de conocer “a dos chicos en el metro de Járkov. Ayudaban a los adultos, mantenían el orden y organizaban a los ‘pequeños’, porque ellos mismos ya eran como adultos. Entonces se escribió esta canción. Durante esos tres meses de guerra vi por casualidad a muchos niños de Járkov. A algunos los sacamos de la ciudad, a otros les cantamos en el metro, a otros les llevamos comida a los refugios antiaéreos. Eran diferentes: silenciosos y asustados, alegres y seguros de sí mismos, algunos eran infantiles, otros estaban sometidos a un estrés constante”.
Los otros dos poemas son de años recientes.
*
Metro
Tú, niño de Saltivka, el de la casa en llamas:
Es más profundo el metro que muchos hondos mares.
Por sus entrañas atestadas, tú y tu linterna en el bolsillo
El Señor te acompaña en la estación de metro por la noche
Tú, niña del liceo de Novy Domy,
Nadie podría decirte, y yo tampoco puedo,
Nadie podría explicarte por qué el barrio está en llamas,
Pero tu corazón de niña es más fuerte que el metal.
Niños alegres y enojados del subsuelo de Járkov,
Niños que viven en las profundidades del metro
El mundo ha visto todo esto y está canoso y viejo,
Pero el amor es un trabajo que hay que hacer cada día.
Que se haga la calma, que la ciudad te cubra con su ala.
La ciudad te protegerá, la ciudad te dará su calor.
Te daré té caliente de mi termo.
Y cuando crezcas, tú también podrás dar calor.
Es un saber extraño: distinguir entre las armas
El móvil de mamá, la vieja colchoneta del hermano.
Este metro te da esperanza.
En algún lugar profundo de la estación late tu corazón.
Niños alegres y enojados del subsuelo de Járkov,
Niños que viven en las profundidades del metro
El mundo ha visto todo esto y está canoso y viejo,
Pero el amor es un trabajo que hay que hacer cada día.
Niños alegres y enojados del subsuelo de Járkov,
Niños que viven en las profundidades del metro,
El mundo ha visto todo esto y está canoso y viejo,
Pero el amor es un trabajo que hay que hacer cada día.
Niños alegres y enojados del subsuelo de Járkov,
Niños que viven en las profundidades del metro:
El mundo ha visto todo esto y está canoso y viejo,
Pero el amor es un trabajo que hay que hacer cada día.
*
Enterraron a su hijo el invierno pasado.
No parecía invierno —lluvia y truenos.
Fue en silencio. La gente anda en sus cosas.
¿Por quién peleó?, pregunto. No lo sabemos, dicen.
Peleó por alguien, dicen, pero ahora ¿quién sabe?
¿Va a cambiar algo?, dicen, ¿ya qué importa?
Yo se lo habría preguntado. Ya no hace falta.
Y él qué iba a responder, si lo descabezaron.
Tres años ya de guerra; rehabilitan los puentes.
Tantas cosas que sé de ti. ¿Quién va a escucharlas?
Sé muy bien, por ejemplo, la canción que cantabas.
Y conozco a tu hermana. Me gustó desde siempre.
Sé de qué tenías miedo, y hasta por qué. Sé a quién
conociste ese invierno, y lo que le contaste.
Ahora cada noche brilla el cielo en cenizas.
Tu equipo siempre fue de la escuela vecina.
¿Pero por quién peleaste?
Venir cada año aquí, escardar hierba seca.
Cada año cavar la tierra, pesada, sin vida.
Ver la calma que sigue cada año a la tragedia.
Insistir en que no nos disparaste, a los tuyos.
Pasan olas de lluvia y se esfuman los pájaros.
Pedir perdón por tus pecados.
¿Y qué sé yo de tus pecados?
Para rogar que deje de llover finalmente.
Es más fácil para los pájaros, que nada saben ni de la salvación ni del alma.
*
Mi mamá me lo dijo: la desesperación nos pierde.
Me echarán del infierno por pedo y malhablado.
En la escuela los profes nos amenazaban con la cárcel.
Ciudad del sol, distrito de la fábrica de tractores de Járkov.
Gané muchos billetes, hice muchos negocios:
todo se fue al demonio porque soy un desmadre.
Rompí en Pascua un cajero automático a golpes.
Una pena, mamá, tu hijo es una pena.
En el porche de mi mamá florecen los malvones.
En tres países fui a la cárcel por armar mis desmadres.
En el porche de mi mamá florecen los malvones,
En tres países fui a la cárcel por armar mis desmadres.
En la entrada ya está esperándome San Pedro.
Me he peleado en bares, bulevares y puertos,
y con los inspectores del metro de Berlín
y yo mismo acabé convertido en San Pedro.
Pasé tres años de iracundia y fuego
¿Y tu humildad?, no paran de decir.
Pero qué voy a hacer: soy de sangre caliente,
¿Quién nos va a castigar a San Pedro y a mí?
En el porche de mi mamá florecen los malvones.
En tres países fui a la cárcel por armar mis desmadres.
En el porche de mi mamá florecen los malvones,
En tres países fui a la cárcel por armar mis desmadres.
La prisión del Estado es una máquina totalitaria,
Soñé una vez con una Shiva ucraniana,
Shiva, Shiva, ¿por qué es todo un desastre?
¿Por qué tenemos que verlo todo en directo?
Shiva me dice: la geografía es una costura.
Mi camino te mostrará hasta dónde has llegado,
El amor de una madre no tiene resistencia ni límites,
Si van a encarcelarte, que sea donde vives… ~
(Starobilsk, Ucrania, 1974) es poeta, ensayista, novelista y traductor.