Queremos empezar por reconocer el valor de las mujeres que han publicado sus testimonios de violencia sexual dentro del gremio literario, periodístico, académico y cultural. Honramos la decisión de cada una de participar en el movimiento, pese a trabajar en una industria tan desigual como la nuestra, tener en su contra un sistema judicial tan inefectivo como el mexicano y vivir en una sociedad que se apresura a callarlas y descalificarlas. Su energía y aplomo le han dado una vigencia renovada a los reclamos feministas.
El equipo editorial de Letras Libres ha seguido con atención las cuentas colectivas del #MeToo mexicano y las aportaciones personales que se publican con el mismo hashtag. Como editores de esta revista, hemos mantenido varias conversaciones acerca del problema y sus causas, así como de las medidas que habremos de tomar para que, en este espacio, nuestras colaboradoras puedan dedicar su tiempo a la creación, en lugar de al miedo, el enojo, la frustración y la soledad que sienten al ser violentadas.
Para el equipo editorial, el #MeToo mexicano no es un asunto de relaciones públicas. Exige un compromiso que se hace patente en cada número y en cada intercambio laboral con nuestras autoras. Nuestra intención no es hacer ofrecimientos vacíos para sortear la coyuntura, sino tomar medidas duraderas basadas en la experiencia acumulada y hacer de Letras Libres un lugar de trabajo seguro.
Agradecemos, tanto de forma individual como grupal, los textos con los que nuestras autoras han enriquecido a la revista. Sus temas, voces, perspectivas, razonamientos y emociones, y la oportunidad de tener un diálogo intelectual con ustedes, son invaluables para nosotros.
El equipo editorial de Letras Libres.