El pasado 25 de septiembre se dio a conocer el reparto de comisiones en la Cámara de Diputados. A diferencia del Senado, donde Morena ocupa la presidencia de la comisión de Salud, en la cámara baja lo hará el Partido Encuentro Social (PES), hoy sin registro. Esta decisión debe mirarse a la luz de la historia.
Quienes han presidido las comisiones de salud en el congreso en tiempos recientes han sido miembros del PAN. Así ha sido en la cámara de Diputados en las últimas cinco legislaturas y las últimas cuatro en la de Senadores. Se podría hablar de un “monopolio” de la derecha sobre este tema en el congreso. Esto explica en gran medida por qué México no ha podido avanzar en ciertos temas relevantes en materia de salud, en particular aquellos que atañen a las mujeres y adolescentes.
Para el PAN, esta posición siempre ha sido clave, ya que les permite tener control sobre las discusiones parlamentarias en torno a los temas que les parecen que van en contra de los valores familiares, tales como el acceso a anticonceptivos, el ejercicio de la sexualidad de las y los adolescentes y, por supuesto, la decisión autónoma de las mujeres de decidir si continuar o no un embarazo.
Ahora el PAN deja esta comisión y la toma el PES, un partido político que se conformó en medio de muchos cuestionamientos, siendo uno de los principales su marcada ideología cristiana en un país laico, en donde el Estado y la Iglesia corren por diferentes sendas. Su conservadurismo es más rancio que el del PAN, concilia con las propuestas del Frente Nacional por la Familia, y sus propuestas legislativas siempre han estado encaminadas a proteger la “vida” desde la concepción y asegurarse de que la familia se entienda como aquella constituida por una mujer y un hombre y que las decisiones de las adolescentes recaigan siempre en sus progenitores.
El anuncio de que el PES participaría en la coalición Juntos Haremos Historia cayó como balde de agua fría para todos los simpatizantes que consideraban a AMLO y su partido como la única opción de izquierda que quedaba en el país. La alianza con un partido ultraconservador puso en duda el compromiso de Morena en temas que han caracterizado a la izquierda en otros países. Una de las fuertes críticas a AMLO es que siempre plantea la posibilidad de poner a votación ciertos temas que dividen, como el aborto, a pesar de que los derechos no se pueden poner a votación. El temor a que haya una fuerza conservadora dentro de la coalición se está haciendo presente y hoy pareciera una realidad.
Es alarmante que Morena no considere la salud como tema prioritario y que ceda al PES una comisión que requiere información científica y no ideológica. El combate contra la desigualdad, la pobreza y la impunidad –bandera de Morena– no puede entenderse sin colocar el derecho a la salud de las personas en el centro. La agenda del nuevo gobierno requiere políticas públicas de salud laicas, basadas en estándares de derechos humanos y con perspectiva de género.
Algunos datos pueden ayudar a dimensionar las problemáticas de salud: México tiene la mayor razón de hospitales privados a públicos en los países de la OCDE con 11.4 hospitales de propiedad pública y 28.6 privados con fines de lucro por cada millón de habitantes; en los últimos 5 años, 33.4% de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto, sufrió algún tipo de maltrato por parte de quienes las atendieron en el parto; el 21.71% de los mexicanos considera que la mala atención en centros de salud y hospitales públicos es uno de los 3 problemas principales que México enfrenta (ENCIG, 2017); y para finalizar, 19.1 millones de mexicanos no tienen acceso a servicios de salud de acuerdo con CONEVAL. No habría manera de que estos datos no resultaran de preocupación e hicieran pensar que en salud México tiene grandes pendientes.
Algunas voces desde Morena trataron de minimizar la noticia de que el PES encabezaría la comisión de Salud. Los argumentos que plantearon parecieran no reconocer el grave error o cálculo político realizado por Morena.
El primer argumento señala que las presidencias de ciertas comisiones no son relevantes, lo que resulta raro, pues Morena sí ha peleado y querido presidir otras. Además, de acuerdo con la ley orgánica del Congreso y el reglamento de la Cámara de Diputados, entre las funciones que tendrán las presidencias de las comisiones se incluyen algunas que no parecieran menores: nombrar al Secretario Técnico y a los asesores; elaborar los proyectos de dictamen y circularlos; fundamentar los dictámenes en tribuna, ante el pleno de la Cámara; convocar a las reuniones ordinarias, tanto de Junta Directiva como del pleno de la Comisión, y abrir, concluir, suspender y prorrogar las reuniones. Hay que recordar la relevancia de esta comisión, que es el organismo especializado en materia de salud para realizar el estudio y redacción de dictámenes, informes, opiniones o resoluciones. El PES carece de información y formación científica, técnica y especializada en salud. Por el contrario, sus argumentos están basados abiertamente en una ideología.
Hay un segundo argumento, esgrimido en privado, que alega que el PES se comprometió a apegarse a los estatutos de Morena. Si se leen con detenimiento dichos estatutos, el tema de salud no aparece. En el caso del PES, la mayoría de las propuestas sobre salud se encuentran en el eje temático de vida y familia y el de desarrollo social y combate a la pobreza. Preocupante, dado que el PES promueve el fortalecimiento de las familias y reconocimiento del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Además, en este mismo rubro propone proteger la vida humana “desde la concepción” como un derecho fundamental en todo el territorio nacional y promover las bases para la protección de la vida de manera transversal e institucional.
Veremos cómo se dan las dinámicas no solo en esta, sino en otras comisiones. Sin duda, desde las organizaciones de la sociedad civil haremos marcaje personal sobre esta comisión, que Morena decidió que no era prioritaria y cedió al impresentable partido conservador que ni siquiera fue capaz de conservar su registro.
Nota de la redacción: El 26 de septiembre por la noche, horas después de publicarse este artículo, las bancadas de Morena y el PES acordaron que las comisiones de Salud y de Cultura ya no serían presididas por el PES, sino por Morena. La diputada Miroslava Sánchez presidirá la primera comisión, el diputado Sergio Mayer la segunda. El PES recibirá a cambio las comisiones de Deporte y de Trabajo y Previsión Social.
es abogada feminista y hasta febrero de 2020 fue directora del Grupo de Información en Reproducción Elegida, A. C.