La admiración de la izquierda mexicana por la Revolución cubana tiene una larga historia. A lo largo de 63 años, son muchos los que han caído presas de su encanto. Carlos Monsiváis, intelectual apreciado por el presidente de México, es una excepción. Partidario temprano de la Revolución y su “suma de significados”, Monsiváis pasó paulatinamente a la decepción, el rechazo y la denuncia, y dejó constancia de ese proceso en varios de sus escritos. En esta cronología hemos reunido algunos textos clave.
1959
Monsiváis festeja la Revolución cubana pese a su militarismo y los fusilamientos. “Me resultaba casi imposible no apoyarla”, escribe, si bien dice que vio “siempre en Fidel una forma terminal del machismo latinoamericano”. (“Diario político“, en Letras Libres, no. 2, febrero de 1999.)
1967
Viaja por primera vez a La Habana como jurado del Premio Casa de las Américas. Sus compañeros de viaje y sus anfitriones “no registran su zozobra” ante la existencia de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), “de hecho campos concentracionarios para los antisociales, los disidentes religiosos y políticos, gomos sexuales, seres de conducta anárquica, Testigos de Jéhova”. (“Diario político“)
1968
Regresa a La Habana como invitado al Primer Congreso Mundial de Intelectuales. Pese a los elogios prodigados por Castro a la intelectualidad y su papel revolucionario, termina una etapa de la Revolución cubana, según Monsiváis, con el apoyo cubano a la invasión soviética de Checoslovaquia. (“Diario político“)
1970
Se indigna por la difamación sufrida por los escritores Virgilio Piñera y Heriberto Padilla. No hay declaración pública de Monsiváis registrada al respecto. (“Diario político“)
1971
Monsiváis firma la carta de protesta de los 61 intelectuales contra el proceso a Padilla, pese a que “todavía en los setenta […] intento ver el lado positivo del régimen en educación y salud”. (“Diario político“)
1977–1978
En la polémica en la revista Proceso, Octavio Paz festeja que finalmente Monsiváis condena el estalinismo con contundencia, pese a que insista en “las conquistas irrenunciables” del entonces llamado “socialismo real”. Entre ellas, Monsiváis menciona “la suma de significados que en América Latina acumuló y acumula la Revolución cubana”. (Proceso, no. 59, 17 de diciembre de 1977).
1980
Monsiváis comenta la salida de Cuba de muchos homosexuales perseguidos, entre ellos el novelista Reinaldo Arenas, en él éxodo del Mariel.
1983
El documental Conducta impropia, de Néstor Almendros, sobre la persecución de los homosexuales en Cuba, conmueve al mundo intelectual y a Monsiváis en particular, marcando un punto de no retorno en aquellos que fueron defensores de la Revolución cubana.
1989
Monsiváis condena con virulencia, en agosto, la militarización de la vida cotidiana en Cuba debido al proceso de glasnot y perestroika en la URSS, así como la prohibición de que circulen en la isla las revistas soviéticas Sputnik y Novedades de Moscú,en el artículo “Cuba. Todos somos ortodoxos”. (Proceso, no.668, 19 de agosto de 1989)
1991
Al reseñar la novela El lobo, el bosque y el hombre nuevo (1991), de Senel Paz, Monsiváis, en “El aprendizaje de la tolerancia” (Nexos, diciembre de 1991), citando a Ernesto Cardenal y recordando a artistas y escritores perseguidos por ser homosexuales, como José Lezama Lima, Piñera, Emilio Ballagas o René Portocarrero, vuelve a condenar al régimen de Castro. Desde 1965, recuerda Monsiváis, la homosexualidad en Cuba es un “delito ideológico” que amerita confinamiento en las UMAP.
1993
En agosto participa en la presentación, en el Centro Cultural San Ángel de la Ciudad de México, de Mea Cuba, de Guillermo Cabrera Infante, publicado por Vuelta. Lo hace Monsiváis junto a Enrique Krauze y José de la Colina, con intervención en videoconferencia del propio Cabrera Infante, el más aguerrido y perseverante de los escritores cubanos en el exilio. Se recibe en las oficinas de Vuelta una amenaza de bomba para amedrentar a los participantes del acto.
1999
Monsiváis repasa su experiencia cubana en Letras Libres, sin vacilar al condenar el castrismo en su totalidad, aunque insista en la muletilla del “criminal bloqueo” de los Estados Unidos como una de las causas y justificaciones exógenas de la dictadura. (“Diario político“)
2000
En carta al director de Milenio en la Ciudad de México, Monsiváis defiende al novelista cubano Jesús Díaz y a su revista disidente Encuentro por la cultura cubana, misma que presenta en el Palacio de Bellas Artes.
2001
En una carta dirigida a Carmen Lira, directora de La Jornada, Monsiváis denuncia los sidatarios en Cuba, donde se encierra a los enfermos de Sida en condiciones inhumanas y sin acceso a la prensa internacional, como muestra de la persistente homofobia del régimen. Ello no quiere decir, se cura Monsiváis en salud, que apruebe la política contra la epidemia que en México adoptan el presidente Miguel de la Madrid y el secretario de Salud, Jesús Kumate.
2002
En la presentación de un número de Letras Libres dedicado a Cuba, en la Feria del Libro de Guadalajara, a principios de diciembre, y con la notoria aquiescencia de la directora del evento, la delegación cubana –Cuba era la invitada de honor de la feria– organiza un “acto de repudio” durante el cual son secuestrados y amenazados durante un par de horas Roger Bartra, Christopher Domínguez Michael, José Manuel Prieto, Rafael Rojas y Julio Trujillo. Monsiváis se une a las protestas contra el atentado contra la libertad de expresión, en suelo mexicano, perpetrado por la delegación cubana.
2003
Firma el 31 de mayo la carta abierta, junto a Joaquín Sabina, Enrique Krauze y Ángeles Mastretta, entre muchos otros, contra la represión en Cuba, ocurrida en marzo de ese año, durante la cual son detenidos 78 opositores políticos.
2007
En “De los intelectuales en América Latina”, publicado en la revista América Latina Hoy, Monsiváis reitera sus críticas al régimen castrista y al “bloqueo norteamericano” que lo ha puesto a la defensiva.
2009
Publica Monsiváis en El Universal un artículo titulado “La Revolución cubana y el neoestalinismo”, sobre la política cultural de Casa de las Américas.
2010
El 28 de febrero, cinco meses antes de la muerte de Monsiváis, fallece el preso político Orlando Zapata Tamayo, como consecuencia de la huelga de hambre emprendida por la defensa de las libertades democráticas en la isla. Carlos Monsiváis lamenta con profundo dolor el sacrificio del demócrata cubano.