Un grupo de acadรฉmicos y escritores “de todo el mundo” ha decido firmar una carta de apoyo a la decisiรณn del jurado de otorgarle el Premio FIL 2012 a Bryce Echenique. No se necesita ser suspicaz para deducir que la carta fue promovida, y probablemente redactada, por algรบn miembro del jurado. Incluso se podrรญa hacer el divertido รกrbol de las relaciones acadรฉmicas, laborales y amistosas entre los firmantes y sus miembros mรกs conspicuos, pero serรญa injusto. Algunos, no muchos, estรกn ahรญ de buena fe y los avala una obra real.
La carta muestra una irreversible tendencia del jurado FIL a desprestigiar a la instituciรณn que los invitรณ con tal de salvar su decisiรณn. Ahora sรญ, haga lo que haga el patronato del premio, y tome la decisiรณn que tome, el daรฑo estรก hecho. Gracias, querido jurado, debe de estar pensando en su fuero interno mรกs de uno de sus miembros. Gracias por premiar a un autor condenado por plagio; nos va a ser muy รบtil en la ceremonia de inauguraciรณn. Gracias por participar falazmente en la discusiรณn pรบblica sobre su decisiรณn, lo que garantiza un clima armรณnico antes y durante la feria. Y sobre todo, gracias por internacionalizar la discusiรณn, daรฑando el prestigio del premio mรกs allรก de nuestras fronteras.
Primero, lo obvio: en 21 citas anteriores nunca se habรญa discutido a ningรบn galardonado, lo que desmonta el monumental bulo de la teorรญa de la conspiraciรณn o el linchamiento.
Segundo, tambiรฉn obvio: el enorme parecido entre los argumentos de esta carta y los esgrimidos por el jurado en su primera reafirmaciรณn y por Jorge Volpi, a tรญtulo personal, en una segunda. A saber, que se otorga a los mรฉritos artรญsticos de una obra narrativa, sin mencionar que el premio es a una trayectoria y que el ensayo es uno de los gรฉneros a reconocer. En resumen, se ignora que Bryce ha traicionado su oficio artรญstico apropiรกndose de la obra de otros autores. Y se avala una peligrosa idea: el genio artรญstico como patente de corso para la desvergรผenza… artรญstica. Extraรฑo razonamiento.
Tercero: no ha habido una campaรฑa de prensa “de una violencia inusitada”, sino un sano debate de personas que, con nombre y apellido, expresan su opiniรณn sobre un premio que otorgan instituciones pรบblicas con dinero pรบblico. Un observador atento encontrarรก un elevado nivel en la discusiรณn y un intento igualmente sano de no repetir argumentos. La democracia es justamente eso: el espacio para dirimir, civilizadamente, puntos de vista encontrados. Y aquรญ, parece ser, se llegรณ a un consenso crรญtico: no estรก bien premiar a un autor tramposo.
Cuarto y รบltimo: no serรญa un acto de fuerza retirar un premio a quien se ha demostrado que no lo merece. Serรญa un acto de congruencia: si un alumno de la udeg plagia en un examen, es llevado a consejo universitario y expulsado. Si un acadรฉmico plagia a un colega, le sucede lo mismo. Si lo hace un escritor famoso, pese a estar condenado por ello en su paรญs, ¿la FIL debe premiarlo? Para ciento nueve escritores y acadรฉmicos del mundo mundial, sรญ. Para la mayorรญa de los autores mexicanos que se han sumado a este debate, no.
(ciudad de Mรฉxico, 1969) ensayista.