Muchas de las acertadas observaciones de Zaid en “Inteligencia sin palabras” (Letras Libres, 111) son evidentes en personas que han sufrido derrames cerebrales. Yo he experimentado de primera mano cómo mi esposa y yo hemos desarrollado patrones de comunicación alternativos después de que ella sufrió un derrame cerebral que le afectó severamente el área del temporal izquierdo, donde se aloja el centro del habla. Ella, al no poder expresarse con palabras, desarrolló un sinnúmero de alternativas de comunicación. Lo difícil es cuando tiene que explicarme algo por teléfono y no puedo verla. Confío que con los avances recientes de los videoteléfonos resolvamos esto. ~
El público invasor
Con harta frecuencia, en los partidos de futbol algún fanático borracho salta del graderío para saludar a sus ídolos o insultar al árbitro y canjea una gloria efímera por dos noches en la…
La mano que piensa
I Empecemos trazando una raya, una raya imaginaria, en una hoja blanca, también imaginaria. La raya discurre por el papel blanco en vacilante zigzag, el zigzag siempre es dubitativo. El…
La marca editorial como contraseña
Mi creencia, quizá ilusa, es que, incluso en una época tan acelerada como la actual, sigue siendo importante el largo aliento, la longue durée en la creación,…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES