Que un actor renuncie al personaje que le dio fama mundial puede llegar a rendir buenos frutos. Ése es el caso de Pierce Brosnan, que gracias al papel de Julian Noble confirma que hay vida después de James Bond. Escrito por el propio Shepard y rodado parcialmente en el DF, Matador es un thriller con mucho humor negro que aborda la improbable amistad entre Noble, asesino a sueldo en plena crisis que Brosnan encarna con soltura, y Danny Wright (Greg Kinnear, también estupendo), atribulado vendedor que lucha por salvar un matrimonio marcado por la muerte del hijo único. Dos secuencias notables, filmadas en la Plaza México y en el hipódromo de Tucsón, apuntalan una película que deja un gratísimo sabor de boca. Otro punto a favor del cine independiente made in USA.
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