Se olvidaron de cómo hay que morir
y, así, ensanchan su vida tan letal.
Yo y mi tumor luchamos cordialmente.
Esperemos que no haya un doble muerto.
Necesito que muera mi tumor,
un tumor que se olvida de morir
pero que, en su lugar, planea matarme.
Pero recuerdo cómo hay que morir
aunque ya mis testigos estén muertos.
Pero recuerdo aquello que contaban
sobre tumores que los dejarían
tan ciegos y tan sordos como eran
antes del nacimiento de ese mal
que les trajera aquel tumor a cuento.
Ya secas, morirán las negras células
o cantarán y harán su voluntad.
Tan quedamente crecen noche y día
que nunca sabes, nunca dicen nada. ~
Marzo de 2002
Traducción de Hernán Bravo Varela
Lo único que puede hablarnos de la novela es la novela
La novela nunca ha dejado de incorporar elementos inesperados, de conquistar nuevos territorios y de desafiar las definiciones. En este ensayo, Michael Schmidt muestra las dificultades que…
El Galdós de Sara Schyfter
El drama de los judíos españoles es el drama del exclusivismo español. Consiste este exclusivismo en establecer la equivalencia entre español y católico. Ser español es ser católico. ¿Y…
Twitter contra los ayatolás
Twitter es una red social que tiene como característica destacable que los mensajes entre sus usuarios no pueden exceder los 140 caracteres. Exactamente los que ocupé en la…
“La cultura no debe ser solo un traje de fiesta”
A la casa en la que vive Cees Nooteboom (La Haya, 1933), en Ámsterdam, solo se accede escalando. Situada en un tranquilo rincón entre los canales Singel y Herengracht, crece en vertical.…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES