Dos poemas

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Sin tรญtulo

 
     Una vez lleguรฉ al paraรญso. Estaba vacรญo. Era una aldea abandonada en un lejano bosque de fronda.
     Tambiรฉn la casa de la escuela se arrendaba. Pero nadie venรญa.
     Y el camino vecinal se angostaba por la hierba que crecรญa desde sus bordes. Sin embargo flotaba sobre esta aldea una corazonada humana. Eso perdura aรบn. Los alumnos estaban en recreo. Metรญan ruido y jugaban. Sรณlo que no se veรญan. Igual que la maestra eran invisibles. Y ahora venรญa la maestra a mi encuentro. Pude verlo porque la hierba se movรญa bajo sus pasos invisibles. Se parรณ delante mรญo y la mirรฉ a los ojos. Eran el cielo encima del bosque. Al saludarme con algunas palabras oรญ que su voz era el viento mezclado con el canto de los pรกjaros. Un solo paso mรกs y habrรญa sido invisible como ella. Cuando finalmente me alejรฉ la oรญ llamar. Tres veces llamรณ desde el paraรญso.

 

Espacio conciliador
     En una aldea donde yo vivรญa habรญa un campesino al que odiaba. Habรญa decidido arrojarle una piedra a la cara antes de abandonar la aldea. Una tarde lo vi conduciendo su carreta desde su labor. Yo me habรญa metido entre los รกrboles y รฉl no me veรญa. Pero de repente contuvo el caballo y detuvo el traqueteante vagรณn.
     Se quedรณ totalmente quieto un largo rato. Y poco a poco entendรญ que estaba escuchando el silencio del atardecer en derredor, la paz que sรณlo puede oรญr el hombre solitario. Entonces sigilosamente me alejรฉ. –

— Traducciรณn de Lasse Sรถderberg

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