La televisión ha evolucionado de manera radical en los últimos años. Con la llegada de sistemas de video on demand como Netflix y dispositivos como Apple TV, encender la pantalla y esperar a que empiece una serie parece, cada vez más, un anacronismo. Hoy en día, el televidente tiene acceso a su programación predilecta a través de una variedad inédita de artefactos, desde el teléfono celular hasta la computadora. Estos avances han propiciado variaciones que van más allá del consumo, y han incidido en la producción de los propios programas. La televisión se ha alejado de la sombra del cine para ocupar un sitio inamovible en el gusto del público, quien compra, descarga y ve contenido de calidad lejos de una butaca.
Este número encara el futuro del medio televisivo desde cinco ángulos. Tim Wu aborda el auge de Netflix como catalizador de cambios y vislumbra un porvenir donde los contenidos ya no estarán sujetos al gusto de las masas. Mauricio González Lara detalla un panorama variopinto de las series dramáticas, para centrarse en el mito de la reciente era dorada de la televisión. Matt Zoller Seitz habla acerca de los diversos formatos de crítica en línea –en particular el videoensayo y la recapitulación–, propiciados por internet y por el éxito de programas como Breaking bad y Mad men. Enrique Serna y Alberto Barrera Tyszka hablan sobre el futuro de la telenovela durante la actual revolución del medio: ¿qué le depara al más latinoamericano de los géneros televisivos? Finalmente, con un pie en la literatura y otro en la cultura pop, Álvaro Bisama explora el destino de la televisión mediante un ejercicio inédito de futurología. ~