El conde Terenzio Mamiani della Rovere (Pesaro, 1799-Roma, 1885), primo de Leopardi, fue una influyente figura polรญtica durante el siglo XIX en Italia. Catรณlico liberal y francmasรณn, se batiรณ por la unidad italiana y llegรณ a ser ministro de Instrucciรณn Pรบblica en el gobierno de Cavour en 1860 y despuรฉs vicepresidente del Senado en 1864. Como era usual en los polรญticos decimonรณnicos, dejรณ abundante obra polรญtica y literaria e inclusive poesรญa. En 1848 publicรณ, como parte de un โParnaso italianoโ, una antologรญa dedicada a los Poeti italiani dellโetร media, ossia scelta e saggi di poesie dai tempi del Boccaccio al cadere del secolo XVIII. Comparando la fama y fortuna de Dante y de Shakespeare, para escribir sobre la inquina de Tolstรณi contra el segundo, me topรฉ con el libro de Mamiani y con su prรณlogo donde Dante aparece como el primero entre todos los escritores modernos, por encima de Shakespeare, a quien se le reprocha su falta de religiรณn, como lo harรก despuรฉs el novelista, en 1906. Leyendo los pรกrrafos dedicados a Dante por el conde de Mamiani, bastante convencionales a nuestros ojos, me percatรฉ de que la Divina Comedia, como tantas obras medievales y renacentistas, habrรญa sufrido de la censura literaria del neoclasicismo de las Luces, que se prolongรณ en el mundo latino, sobre todo, hasta bien entrado el siglo XIX. En una penรญnsula italiana falta de unidad y ansiosa de cosmopolitismo, el universo teolรณgico dantesco no gozaba de la buena prensa de hoy dรญa y la erudiciรณn dedicada al florentino era tenida โcon excepcionesโ por ociosa escolรกstica. Precisamente fueron los romรกnticos, cuya opiniรณn valida y difunde Mamiani, quienes colocaron a Dante (con un Shakespeare rescatado a su vez de las mazmorras neoclรกsicas) en el primer plano. Fue Stendhal, en Racine et Shakspeare (asรญ lo escribรญa Stendhal), quien en 1823 declarรณ que โel poeta romรกntico por excelencia era Danteโ, por encima de un Lord Byron que causaba erisipela entre sus contemporรกneos. Al convertir el romanticismo en un temperamento estรฉtico y no en una escuela histรณrica, Stendhal autorizรณ a lectores suyos como Mamiani a revolucionar una historia de la literatura que nunca es estรกtica. Poco despuรฉs, Francesco de Sanctis, el crรญtico del Risorgimento, formalizarรก el culto nacional a Dante, fallecido hace setecientos aรฑos. ~
โ Christopher Domรญnguez Michael
La poesรญa canta al amor, o a otras pasiones humanas, es decir, a aquello que trata de la moralidad de nuestras obras, o bien canta a las armas y a las gestas civiles y polรญticas de uno o de mรกs hรฉroes, asรญ como de una o mรกs naciones, es decir, canta a la religiรณn y a los asuntos ultramundanos y celestiales. A estos temas de poemas y lรญricas variopintas, debe agregarse, a mi parecer, la ciencia, que en la mente de los poetas adquiere una gran beldad de colores y de afectos, y con ello desciende de las cรกtedras y se convierte en alimento y recreaciรณn del pueblo. El ingenio poรฉtico, al versificar cada uno de esos asuntos, tiende a desplegar una gran novedad, una altura y una suprema gracia de concepto, de sentimiento, de fantasรญa y de estilo. Allรก donde falte una de estas excelencias, resultarรญa el arte defectuoso y, por lo tanto, deplorable.
En la actualidad sostenemos que la mejor y mรกs novedosa reuniรณn y composiciรณn de todas esas materias tratables y la mรกs perfecta sรญntesis de pensamiento, imaginaciรณn, afecto y elocuciรณn, se dio sin discusiรณn en Dante Alighieri. En los poemas de Homero, la profunda pasiรณn del amor โy en general ese sentimiento delicado y mรบltiple que un grado avanzado de civilizaciรณn promueveโ se halla mรกs en germen y en potencia que de otra manera. En ellos, ademรกs, se aprecia cierta deficiencia de la vida meditativa e interior, y, junto a mucha y muy fina ciencia prรกctica, no se percibe la ciencia positiva y especulativa de los doctos. La fantasรญa que despliega es de admirar, y en la Ilรญada en particular resulta asombrosa, si bien se envuelve entre cosas menos difรญciles de revestir con imรกgenes esplรฉndidas, porque toda su naturaleza es figurativa y luce con primitiva belleza. Por รบltimo, el estilo homรฉrico utiliza como instrumento la donosidad de todos los dialectos y se adorna con la majestuosa sencillez de los tiempos heroicos, pero aรบn no conoce la mitad de los discursos y artificios con los que se obtienen la abundancia, la variedad, el nรบmero y la elegancia.
Despuรฉs de Homero, ningรบn poeta, a juicio mรญo, puede competir con Alighieri, excepto William Shakespeare, gloria mรกxima de Inglaterra. Y, de cierto, en sus dramas el alma y la vida humana aparecen retratadas con tanta verdad y tan profundamente sondeadas y escrutadas como nunca mรกs podrรกn serlo. Las peculiares condiciones del gรฉnero dramรกtico y la propia รญndole de los ingenios septentrionales, empero, impidieron a Shakespeare lograr esa perfecta uniรณn de materias y de facultades de la que tratamos. Y bien es cierto que en sus composiciones la religiรณn se muestra solo de lejos y muy raramente, y, entre las diferentes y mรกs delicadas especies de amor que en ellas se significan, falta esa tan sublime y espiritual que tanto calor otorgรณ al amante de Beatriz. De igual forma, sus obras carecen de saberes positivos y especulativos, y la naturaleza externa aparece tan poco descrita como poco pueden distinguirse los paisajes y arquitecturas que sirven de trasfondo en las pinturas historiadas. Por รบltimo, la elocuciรณn, que siempre se muestra viva y espontรกnea e insuperable en propiedad y energรญa, se vuelve a veces descuidada y prosaica, y no estรก exenta de falsos tropos ni de procacidad.
En el conjunto de los dramas shakesperianos, ademรกs, se aรฑora ese tono correcto y acabado, esa proporciรณn y armonรญa, esa sobriedad y finura continua, que solo al genio de algunos pueblos meridionales es dado percibir y ejecutar con plena felicidad.
Habiendo tocado un poco los asuntos de la poesรญa, y enumerado las cualidades y dotes que principalmente le pertenecen, consideraremos la persona misma del poeta, las condiciones y estado de su mente y su atingencia con la razรณn de los tiempos, de la civilizaciรณn y del pueblo entre el que vive; cosas todas que apreciaremos singularmente en sus grados supremos y en sus รญntimas oposiciones. De ello se deduce que el milagro de la poesรญa consiste principalmente en el ejercitar a la par aquellas virtudes del ingenio que parecen estar en discordia y en conflicto, y en ejercitarlas ademรกs con la mรกxima intensidad de energรญa.
Digamos, asรญ pues, que en ocasiones se ve al poeta tan fuertemente enlazado y dominado por la inspiraciรณn como para no saber someterse al arte y a la meditaciรณn. De semejante exceso de instinto y de escasez de reflexiรณn y de ciencia surgen los cantos primitivos de las naciones, en los que hay tanta tosquedad, negligencia e impericia como inimitable simplicidad, eficacia y calidez. En otras ocasiones, y con posterioridad a esas รฉpocas iniciรกticas y heroicas, los avances civilizatorios de los pueblos incrementan en exceso la observaciรณn y la crรญtica, de modo que el progresivo refinamiento del arte, por efecto mismo del ejercicio y la experiencia y por deseo de novedad, lleva al poeta a relegar al olvido, acaso en demasรญa, la รกurea sencillez de los antiguos, el sincero aspecto de la naturaleza y los verdaderos y espontรกneos movimientos del alma. Esas diferencias, para quien las contemple adecuadamente y las asuma en diferentes grados y aspectos, hacen a Virgilio superior e inferior al mismo tiempo respecto a Homero, y elevan a ambos sobre todos los poetas รฉpicos del helenismo y la latinidad. El prodigio del ingenio humano consiste sin duda alguna en mantener el equilibrio entre estos dos tรฉrminos, o por decirlo con mayor claridad, consiste en conservar viva la llama pura y espontรกnea de las inspiraciones antiguas, y agregar a esto todas las cimas a las que inducen, dentro del corazรณn y de los pensamientos, la reflexiรณn y la especulaciรณn, la crรญtica y el arte, el saber, el uso y la experiencia crecidos sobremanera, la educaciรณn y los mรฉtodos propagados y diluidos. Ahora bien, Dante, a mi juicio, acerca y reconcilia estos extremos de una manera portentosa; y es el sumo poeta (como dirรญan los metafรญsicos) intuitivo y reflexivo. Una vez mรกs, a propรณsito de este doble carรกcter de la intuiciรณn y la reflexiรณn, en รฉl ha de seรฑalarse que la una expresa con mayor agrado la naturaleza universal y comรบn, mientras que la otra proclama su naturaleza propia e individual.
Cuando todo un pueblo se convierte en poeta, o en otras palabras, cuando en รฉl seรฑorean creencias y afectos profundos y comunes, de tal guisa que se reรบne con el espรญritu y encarna por entero sea las gloriosas remembranzas de su historia, sea las esperanzas y promesas magnรญficas del porvenir, aquel que se consagra peculiarmente a las Musas no otra cosa es, por lo tanto, que intรฉrprete y pregonero de inspiraciones comunes, y desempeรฑa oficio similar al de los heraldos que en nombre y con la palabra de todos hablan; excepto que el poeta encuentra un mรกs feliz, mรกs cรกlido y mejor ornado significado a lo que todo un pueblo piensa, recuerda y desea.
Cuando, por el contrario, no se produce una verdadera ciudadanรญa, y las opiniones y los afectos comunes se han desvanecido en gran medida, y paso a paso se ven sustituidos por sentimientos y meditaciones, ya sean particulares y propios, ya sean de una parte tan solo del pueblo, pese a lo cual, con todo, el cultivo del intelecto y del arte no cae sino que se propaga y se refina; surge, entonces, una poesรญa o individual en exceso y en absoluto fantรกstica, o demasiado engreรญda y acadรฉmica, ignota e inaccesible para el vulgo, mรกs elegante que apasionada, mรกs docta e ingeniosa que vasta, eficaz y original.
A renglรณn seguido, se hace manifiesto que esa mente afortunada, que sabe retratar, o mejor dicho, esculpir los diferentes pensamientos, instintos y pasiones especiales de su siglo, y devuelve cual espejo reluciente la รญndole y las instituciones todas de la vida social y polรญtica de la que participa, esa mente, digo, capaz por todo ello de deleitar y conmover tanto al vulgo como a los patricios, a los doctos como a los iletrados, y que sin embargo imprime en cada pรกgina el sello de su propia alma asรญ como sus conceptos, opiniones y doctrinas personales, como muestra de que su poetizar refulge con una novedad ni antes ni despuรฉs igualada, tamaรฑa mente soberana alcanza sin dudar de este modo la mรกxima perfecciรณn de la poรฉtica; y su arte, tan semejante a la naturaleza, ofrece al mismo tiempo la suprema belleza individual y universal. Y tampoco aquรญ sรฉ toparme con otro ingenio divino en el que se muestre cumplida la gran excelencia de la que hablamos, salvo Dante Alighieri.
Por รบltimo, sucede a menudo que en el alma del poeta no se halle del todo presente la solemnidad e importancia de su magisterio y de los fines morales y civiles a los que debe consagrarse. Pero hay quien ciertamente se acerca en ello a la perfecciรณn del arte, quien siente por entero de este arte la dignidad, la altura, el provecho y la belleza moral que lo convierten en un eficaz instrumento de educaciรณn pรบblica y en vehรญculo de sabidurรญa; y con ello pretende tanto instruir como deleitar, y se llama a sรญ mismo sacerdote de la verdad y de la justicia, y canta casi como profeta en medio del pueblo y transmite a las mรกs lejanas generaciones la llama de sus magnรกnimos afectos y la luz de sus apotegmas. Y en esto, de nuevo, ยฟa quiรฉn le resultarรก difรญcil confesar que Dante ha superado a todos los poetas del mundo en tal aspecto?
Para recoger la sustancia de lo dicho hasta ahora, concluiremos en primer lugar que el grado mรกs completo y excelso de la poesรญa estriba en encerrar en el interior de los poemas con grรกcil y proporcionada unidad de composiciรณn todo lo que es visible y pensable por el hombre, y de ambas facetas cuanto de mรกs hermoso y conmovedor se halle; y consiste asimismo en retratar este tema tan amplio y universal con la mayor novedad y la mayor gracia de concepciรณn, de fantasรญa, de afecto y de elocuciรณn que pueda alcanzarse. La concepciรณn, tanto en su conjunto como en sus sentencias particulares, debe resultar sustanciosa e inesperada, asรญ como plena de recรณndita doctrina y de sabidurรญa; el afecto debe abarcar, en la medida de lo posible, todos los grados y diferencias, y alcanzar la cumbre de la ternura y la compasiรณn al igual que la cumbre de la terribilidad. La imaginaciรณn debe abrazar lo espiritual y lo corpรณreo, lo mundano y lo supramundano, de modo que, en compaรฑรญa del afecto y con la ciencia de la vida y de la naturaleza, describa y represente las maravillas exteriores, los secretos del alma y las visiones de la fe. En conclusiรณn, los tres juntos, la concepciรณn, la imaginaciรณn y el afecto deben aunar la mรกxima idealidad con la mรกxima concreciรณn, de forma que todo lo peculiar revele en virtud de la poesรญa un esplรฉndido universal que sea al mismo tiempo retrato y arquetipo.
Concluimos en รบltima instancia que para alcanzar tal perfecciรณn resulta oportuno urdir un manto de inteligencia tan privilegiado y divino como para poner en conexiรณn la meditaciรณn y la ciencia con una intuiciรณn arcana y muy viva, asรญ como para aunar la impetuosidad y calidez de la inspiraciรณn con el frรญo y exquisito engalanamiento del arte. Como glosa a la descripciรณn y enumeraciรณn de estos dones y atributos, nos pareciรณ lรญcito proclamar que todos ellos aparecen impresos y todos activos en la Divina Comedia mejor que en cualquier otro poema, de modo que deba considerarse como el mรกs alto prototipo de excelencia poรฉtica, siempre que la mente quiera descender de la abstracciรณn a los hechos y considerar en concreto ese supremo acercamiento a la idea que hasta ahora las letras humanas han logrado alcanzar. ~
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Traducciรณn del italiano de Carlos Gumpert.