Dentro del sueño pasa un tren,
y en sus ventanas campos, ríos,
álamos, puentes y caballos
se alejan para siempre. Un niño
observa el viaje de las cosas
hacia el pasado en que se fugan
los colores. Mira también
sus ojos en el vidrio, el vaho
de su respiración. Vislumbra
sombras, reflejos de su padre
con un libro en las manos. Duerme,
y en el cristal también se borran
sus leves párpados cerrados.
Veo a mi hijo en ese niño
que me contempla desde el vidrio,
miro a mi padre al ras del sueño
contra el temblor de la ventana.
Él no me ve. No puede oírme.
He nacido una vez, y muchas
otras he muerto en ese tren
que se detiene sólo al alba. ~
Tratado de hermandad
Dejo a mi hermano andar por propia cuenta al llamado del diablo. Soy de la estirpe de Caín, ¿qué puedo hacer…? Al cabo, ya sabemos que no…
¿Porfirio Díaz y otros presidenciables?
Si bien durante las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del XX predominó la candidatura única y reelección de Díaz, esto no significa que no existieran otros actores políticos en…
La gran estafa, de Lasse Hallström
La realidad supera a la ficción: consciente de ello, el sueco Hallström acude a un caso verídico para tramar un estudio sobre la impostura literaria, los mecanismos paranoicos y la fama…
El símbolo de la muerte
Durante años recibieron aves enviadas desde sitios absurdamente lejanos, de muchos de ellos no sabían siquiera pronunciar el nombre. La gente del pueblo juzgaba impío que…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES