Los poemas de Maximus de Charles Olson

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Al calce de una nota dirigida a su abogado, Julien Cornell, un sexagenario Ezra Pound confesó: “Olson me salvó la vida.” El autor de Personae se refería a las numerosas visitas que Charles Olson (1910-1970) le hizo en el sanatorio correccional de St. Elizabeth, pero también al generoso bagaje literario de este, gracias al cual Pound conoció la nueva poesía de Estados Unidos. Durante los primeros años de confinamiento (1946-1948), la compañía de Olson se convirtió en la intermediaria del “Tío Ez” con la Escuela de Black Mountain, el grupo “Renacimiento de San Francisco”, la Generación Beat o la Escuela de Nueva York. Declarado mentalmente incapaz para enfrentar un juicio por traición, Pound probó los frutos de su herencia poética por primera vez, más viva y lúcida que nunca, a salvo de las hienas de la democracia. La “perorata del apestado” Pound se había convertido, al fin, en magisterio ejemplar. Lo que antes fuera juzgado como propaganda fascista y antisemita en verso, Olson y la citada nómina lo rescataban en calidad de textos fundacionales. Pound no era más la Némesis, sino el hijo pródigo, de Walt Whitman.

Aunque fueron publicados parcialmente en los años cincuenta, Los poemas de Maximus no vieron la luz en su edición definitiva hasta 1983. Desmedidos, claroscuros, erráticos y desbalagados; a medio camino entre la disertación histórica, la bitácora, el monólogo dramático, la canción, la epístola y el evangelio, Los poemas de Maximus, junto con los Cantos pisanos de Pound, “A” de Louis Zukofsky y Paterson de William Carlos Williams, relatan la pérdida de la memoria y la identidad estadounidenses a partir de la posguerra. En su obra mayor, Olson prosigue la lección del maestro: la creación poética como la única mitología convincente de la modernidad. Ante el falso dios de la historia oficial escrita en la victoria, Olson adopta el culto de Pound, reformándolo: toda imagen, teoría, sensación, palabra y materia resulta equivalente, pero también un sitio en perpetua construcción y remoción de escombros. Lo que en Pound es simultaneísmo o colisión epocal, en Olson deviene panteísmo o comunión espacial.

Siempre en busca de formas provisionales para cada clima, altitud o hábitat lingüístico, Los poemas de Maximus rehúyen a los subsidios del canon paternalista, a las expresiones concluyentes de la literatura, a la fábula de lo acabado. Para Olson, al decir de Octavio Paz, “Todo es ganancia / si todo es pérdida”. Allí donde las ideas se hacen estatuarias, la poesía debe ejecutar una “danza del intelecto”. Allí donde pierde su poder de adquisición sobre el mundo, la poesía debe declarar su bancarrota y, solo entonces, sugerir una economía de medios que se ajuste a su endeble realidad. El poema como un cúmulo de figuraciones y proyecciones en constante expansión y contracción: un multiverso. No por nada, Los poemas de Maximus emplean lo que su autor llamó “verso proyectivo”: uno cuya forma revela la extensión de aquello que contiene. (Extensión jamás definitiva ni mensurable, de ahí la desconfianza a los sistemas métricos y estróficos fijos.) A fin de cuentas expedicionario, Olson admite aquella suma de codicia, accidente, iluminación y fracaso que compone las conquistas de la poesía moderna. Su aventura personal parte de dicho reconocimiento: internarse por obra de un legítimo azar, voluntariamente a ciegas, en “el camino no tomado” del que hablara Robert Frost.

 

Los hombres creen saber muchas

                                    [cosas,

no saben siquiera que el día
                        [y la noche son uno

 

Un pescador trabaja sin el
                                    [referente

de esa diferencia. También
                            [es posible que él

 

por acostarse ahí cuando se
                [acuesta, con la quijada

hacia el mar, tenga otra ventaja:                                    [se dice que

 

‘Uno corrige lo que puede
            [corregirse’, y cuando el                  [corazón de un hombre

es incapaz de ver esto, la puerta
            [de su inteligencia divina
            [se cierra

 

Según el traductor Ricardo Cázares en su prólogo a la primera e íntegra versión española de Los poemas de Maximus, “para Olson el único camino para el poeta moderno era el trabajo a partir de la respiración y el movimiento interno y externo del cuerpo como energía creadora en un sistema de relación de fuerzas. […] De ahí la contraposición olsoniana entre lo que llamó la composición por campos o campo abierto y las formas heredadas. La noción de poema de campo abierto está vinculada a la idea del proceso: que el mundo mismo pase por el poema en un tiempo y un espacio específicos…”. Desde Gloucester, la pequeña población que vio crecer a Olson, el filósofo griego Máximo de Tiro bosqueja la historia natural de un mítico puerto donde lo mismo confluyen pensadores, filibusteros, jueces, políticos y pescadores. A campo abierto, un divulgador del platonismo documenta el esplendor y la caída de Occidente, provincia ubicada al norte del estado de Massachusetts.

Esta edición bilingüe llena un hueco que habían dejado Charles Olson y su ballena blanca, Los poemas de Maximus, en nuestra lengua. Nos recuerda, asimismo, la importancia de su riesgosa ética de trabajo en un momento donde gran parte de la poesía estadounidense descansa en la confesionalidad, la corrección política, la cuadratura de los círculos retóricos, la charla incidental y el altruismo. La lectura de Los poemas de Maximus salvaría la vida de algún futuro Pound que, a bordo de un crucero por su país de origen, sueñe con una apología de la violencia, una épica pirata, una epopeya de lesa humanidad. A él, Maximus Olson le aconsejaría: “En plena abundancia, camina / casi / desnudo / Ante la dulzura, / orina / En tiempos de bondad, / ve de lado, ve / a chocar, pégales, ve tan / (tan cerca que puedas // rasgar // En la tierra de la abundancia, hazla / a un lado / toma el camino / del más bajo, / incluyendo / tus piernas, ve / en contra, ve // a cantar.” ~

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(Ciudad de México, 1979) es poeta, ensayista y traductor. Uno de sus volúmenes más recientes es Historia de mi hígado y otros ensayos (FCE, 2017).


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