A pesar del optimismo de los demócratas, la posibilidad de que Donald Trump gane de nuevo la presidencia sigue siendo muy real. Al cierre de esta edición, las encuestas ponían a Kamala Harris en empate técnico con el candidato republicano. Pese a la solvente actuación de la demócrata en el debate del 10 de septiembre, nadie debería confiarse. Octubre será crucial para una elección de la que depende no solo el futuro de Estados Unidos sino del mundo entero. Como explican las piezas de este número, un segundo mandato de Trump podría ser mucho más dañino en términos sociales, políticos, económicos y medioambientales que el primero. Su presidencia supondría un debilitamiento de la democracia y del sistema legal estadounidenses y una tragedia para millones de migrantes en Estados Unidos, a los que ha amenazado con la deportación. Y también afectaría a la seguridad europea y la guerra de Ucrania. El racismo y el odio a lo distinto han adquirido cada vez más preponderancia en su discurso. En una contienda tan ajustada como la que estamos presenciando, lo responsable es no subestimar ni el alcance ni los peligros que representa todavía el candidato republicano, pero también reconocer el crecimiento de Harris y el sólido camino que ha emprendido rumbo a los comicios del 5 de noviembre.