En el número 94, de octubre, en el “Perfil” de Pío Baroja de Miguel Sánchez Ostiz, cometimos el error de omitir la última línea. Pedimos disculpas al autor y, desde luego, a los lectores, que resultaron agraviados. El párrafo final del texto citado debió decir así:
Entre una cosa y otra estimo que, a cincuenta años de su muerte, y parafraseando lo que él mismo dijo de su Aviraneta, se puede afirmar que tenemos Baroja para rato, porque hay motivos más que sobrados para el viaje de los lectores, aunque sea sobre la huella de los propios pasos, tanto en la masa de sus memorables páginas novelísticas, como en los pliegues de su [y aquí sigue lo que omitimos] personalidad contradictoria. Buen viaje, por tanto. ~