Aunque también se inspira en un videojuego, este filme no es otro divertimento insulso al modo de Lara Croft: Tomb Raider o Resident Evil. Y ello se debe tanto al guión de Roger Avary, cómplice tarantinesco en Perros de reserva y Pulp Fiction, como al delirante despliegue visual del francés Gans, que logra convencer con su reinterpretación del umbral del infierno: un pueblo fantasma sometido a una nevada de cenizas y cimbrado por el ulular de sirenas que anuncian no un bombardeo sino el arribo de una oscuridad habitada por seres del inframundo. Parábola sobre el fanatismo religioso vestida de festín gore, relato pesadillesco en torno del doppelgänger y la maternidad, Terror en Silent Hill recuerda ciertos hallazgos y excesos de Clive Barker, el escritor y cineasta que ha adensado el correr de la sangre. ~
(Guadalajara, 1968) es narrador y ensayista.