Era un peso muerto que caía,
un ave en pleno infarto
o una planta suicida que se atreve
desde el balcón en el octavo piso.
Viajaba a la velocidad de los cuerpos
que han perdido
su lugar en la atmósfera,
y era un desplome lento
de tan mudo
sin nada de alas inútiles y sucias.
Se impactó en el asfalto.
Sobre las rayas blancas
del cruce peatonal
una mancha creció angustiosamente
hasta encontrar al fin su forma.
He pasado la tarde,
desde entonces,
arrojando tus cosas al vacío,
haciendo un inventario
de sus modos y tiempos de caer.
Los libros no planean,
no despliegan sus hojas;
el perchero es estaca y es aguja;
la almohada sólo un sueño
de plumas confundidas.
El piano, sí, el piano…
Pero falta el paraguas, por ejemplo;
al rato probaré con el sofá. –
(ciudad de México, 1971) es poeta, ensayista y editor.