Opaco y en sordina persevero
No me rendiré a ti deidad adversa
Que me has nublado esta inocente aurora
Digo sin arredrarme que era mío
El frescor que de pronto iluminaba
El mejor flanco de mi vida
Y no digo que nunca mereciera
Sino que me gané aquel franco encuentro
Con el mejor mí mismo
Quiero decir con el más simple
Quiero decir con el más libre
Y en mi esponjada vida atardecida
Estaba amaneciendo la comprensión más limpia
De la luz que centraba más mi rostro
El saber desplegado de mi historia
Abierto a un paso de donde yo estaba
Lo tenía lo tuve
Lo he tenido en la punta de la lengua
Estaba al borde era inminente
Estaba a punto de saberlo
De verlo de decirlo de entenderlo
No sé cuándo ni cómo me distraje
No sé dónde se ha ido
Y mientras tanto ya está aquí el verano
Y ahora si me pongo a perseguirlo
Tendrá que ser hurgando excavando zapando
Tendrá que ser desenterrando
Lo que hay debajo del verano
Pero cómo se me pudo escabullir
Cómo me lo velaste deidad turbia
¿No era precisamente lo innegable?
¿No era lo inolvidable
Eso que estaba casi pensando en plena luz?
Y entonces vino esta otra luz
Corpulenta violenta atropellada
La luz sin miramiento del verano
Y barrió aquella raya de un alba delicada
Este vasto verano autoritario
Cuánta tibieza ahoga en su sofoco
Lo más difícil para la memoria
No es bucear en la negrura
A la pesca de un brillo escurridizo
Es sacar de debajo de la luz otra luz
Cribar
filtrar
triar
Las sombras de la luz no es lo más arduo
Lo más arduo es raspar el palimpsesto
Leer lo escrito debajo de lo escrito
Hacer que asome una tenue verdad
Por debajo de otra más oronda
Iluminar un rosa oculto tras un rojo
Llegar a traspasar con la mirada
La radiancia de un rostro insoslayable
Para encontrar detrás la piel indemne
De otro rostro más pálido
Y todo sin borrar
Todo sin que te sea permitido
Borrar nada de ti
altivo pensamiento
Pues en el palimpsesto de mi vida
Ninguna superficie hay prescindible
Porque es indescartable
El ímpetu agobiante del verano
Y porque su atropello es mi corazón mismo
Sin el cual moriría
Y no hay redoma pensamiento no hay redoma
Con la cual destilar
La luz que tras la luz se oculta
Lo que se escabulló de mi mirada
No era la quintaesencia del verano
Esa luz de mi vida
Era su luz no era su esencia
No valía por ella
No me hubiera bastado en su lugar
No me la habría dado a vivir toda
Aquel tenue latido de frescura
Como de un blanco corazón acuífero
Fue atenuándose y palideciendo
Como la antigua tinta de una palabra escrita
De pronto no quedó más que el verano
Por ningún sitio se veía rastro
De aquel reciente corazón evaporado
Su escritura era ya ilegible del todo
Todo era sólo ya calor sin riego
Y ahora estoy aquí
Hundido en lo más hondo del sofoco
Brumoso y sofrenado
Dispuesto a todo salvo a no obstinarme
No tengo tiempo ya para rendirme
Sólo me queda un plazo
Que estaba ya empezado y sigue abierto
No se deja cerrar para que terminemos
No tengo tiempo de cerrar la puerta
No tengo tiempo ahora de morirme
Tengo primero que mojar los labios
En aquella agua iluminada
Traspasar sin dejarme derribar
La poderosa catarata
Para encontrar detrás
Un incoloro sorbo leve
Es con una deidad confusa con quien lucho
Un exceso de empuje cuyo estruendo
No me deja escuchar el tenue silbo
En el que algo se cifra
Y ahoga el frágil murmullo
Que la vida es también en su secreto
Lo que sé con certeza
Es que en el vasto bosque de mi vida
Corre un hilo de luz
Que ni es mi vida misma ni es su eje
Ni su meollo ni su cumbre ni su idea
Pero que la refresca toda
Y que desde el comienzo esperaba el momento
De volver otra vez a enamorarme
Pues hubo un tiempo en el que el tiempo
Cabía exacto dentro de sí mismo
En el que cada día
Abrochaba su círculo completo
Sin brecha ni traslape
Y no es que los momentos se acabaran
Sino que se cumplían
Un tiempo en que durar
Era bogar sobre un robusto río
Cadencioso y sin baches
Porque entonces el tiempo no era mi cadena
Era él quien me hacía libre
Y era impensable para mí que hubiese
En una libertad interrupciones
Ya solo despertar
Era abrir mi bandera emocionada
Como a un viento incansable
A la clara aventura de otro día
Y nunca en mi jornada palpitante
Hubo lugar para un retiro
Todo era estar en los caminos
Todo hasta el sueño
Hasta el sopor hasta el hastío
Eran las perlas del collar continuo
De un ágil historial de navegante
En mi umbral cada día
Encontraba esperándome ya a la vida
Mi compañera fiel de correrías
Y juntos nos lanzábamos a las olas del tiempo
Desposeídos e impacientes
Como descubridores invisibles
De una errante península sin dueño
Pues bien sabía yo que ella la vida
Tenía en mí su único amor
El amor de la vida que da vida a la vida
El amor que hinca un centro
Sólo para poder desde él medir
La libertad amada de la amada
Y así resplandecía
Esa historia de amor mía y de ella
Con una seriedad grave y sin mella
Que era más móvil que una travesura
Y así yo transcurría sin forzar puerta alguna
Bajo el pórtico blanco de las horas
Entregándolo todo y sin someter nada
Sin endeudarme con ningún deber
Todo yo prometido
Pero limpio de todo juramento
En fuga siempre desde cada escala
Para nadar desnudo en la fuga del tiempo
Hubo aquel tiempo sí
tuve esa vida
Alguna vez viví lejos de los rincones
Inaugurando cada alba un alba
Sin horario sin centro sin gobierno
Sin que los sórdidos sabuesos
De la ganancia y de la conveniencia
Pudieran nunca hallar mi rastro
Libre como quien nada busca
Que le pudiera ser negado
Pues yo nunca pedía sino todo
Y así no se podía rehusarme nada
Corría suelto por un mundo
En el que había para todo un dueño
Pero con esos dueños yo jamás tropezaba
Ni ellos jamás supieron
Que todo aquello que llamaban suyo
Si existía era mío
Si era visible era ante mí
ante quien se mostraba
Y también ante mí se desnudaba
Todo lo que tuviera un ropaje rasgable
Y es verdad es verdad que he tenido otras vidas
Pero esos días míos cumplieron una vida
Una vida trazada como el arco de un astro
Una vida compacta que yergue su haz de espigas
Mecido y oloroso entre mis otros haces
Sin que ellos lo ensombrezcan o lo tiñan
Una vida completa porque tenía un mundo
Y porque lo abrazaba y lo llenaba
Una vida sin sobra
En donde nada simplemente acontecía
Sino que me era dado
Y ante lo que viniera
Oscuro o claro hiriente o dulce
Hasta el fin ignoré qué era un reproche
Y es esa misma vida luminosa
La que ahora se nubla y palidece
Vista a través de los confusos ojos
De una deidad adversa y sofocante
La deidad de una vida que me niega mi vida
Que niega todo lo que no sea ella
Lo que no esté asentado en su haz espesa
Y sin reverso y sin retorno
Que no admite que exista más presente
Que el que revuelca y atropella
Mas si el verano embiste
Y como todo lo que embiste
Hace para romper de su frente una espalda
Sólo podrá salvarme un supremo rodeo
Un lance ante el testuz obtuso del verano
Que le saque la vuelta a su deidad a plomo
Y desde su reverso vea
Que nunca dio la cara que es toda ella espalda
Pues no es verdad que desde no sé cuándo
La limpidez del tiempo haya sido vedada
Y desterrada de la realidad
No fue nunca verdad que la frescura
Salga entera del mundo cuando llega el verano
Por eso no me rindo deidad abalanzada
Por eso digo todavía
Que todo sigue vivo detrás del terco estío
Que el sofoco no hace que el aire fresco muera
Él mismo es aire fresco reprimido
Aire fresco que está perpetuamente
Al borde del retorno
Pues todo lo que un día tuvo un rostro
Mostrable a nuestros ojos
Innegable en su luz
Puede volver un día
Porque todo óyeme
Óyeme bien verano sordo
Todo lo que fue mío un día es mío
Nada que un día fuera en mí significante
Ha dejado de veras de alumbrar
Sólo los fogonazos que ahora me encandilan
Opacan y oscurecen su radiancia
Nada que sea seña muere del todo nunca
Su frágil onda viaja quizá por los confines
Pero siempre es posible su retorno
Puesto que lo infinito sabemos es redondo
Por eso seguiré husmeando
Sé que esa libertad que tuve un día
Tiene que estar en algún sitio
Perdida en el desorden del verano
Inencontrable pero no escondida
Tiene que estar latente sí latiendo
Bajo no sé qué escombros de mi historia
Detrás de algún sofoco tiene que seguir viva
Aquella libertad de alas más trasparentes
Que las que tuvo nunca ningún ángel
Con las cuales volar soñando siempre
Pero sin soñar nunca contra nada
Pues escúchalo bien aplastante verano
Mi libertad y yo soñamos siempre
Levantados en vilo en los abruptos vientos
De lo real
siempre en su nombre y en su halago
Y los morosos vuelos de nuestras leves alas
No fueron nunca vuelos evadidos
Sino de recorrido y espiral
Y tal vez soñar hoy
Sólo podría ser con el sueño de entonces
Tal vez ya no me queda por delante
Ninguna vida que soñar
También está vivida la vida que soñé
También mi sueño es hoy historia
Pero sigo teniendo una vida
Que desnudar y que hacer mía
Una vida que liberar
Una vida en que liberarme
Aunque no pueda como entonces
Volar en la frescura librado del verano
También bajo su peso puedo esperar sus brisas
También a pesar suyo
El verano en mi piel imprime
Con ternura su palma
También una deidad muda y adversa
Sin querer me hace libre
Y al fin al fin
dios altanero
Tiempo
Porque tan poco que pedir me dejas
De nuevo sólo puedo pedir todo
De nuevo no hay cadenas
No hay nada que pedir nada que rehusarme
E igual que en aquel tiempo en que mi vida
Era toda futura
Otra vez ella
ella la vida
Tiene en mí su amor libre
Y en ella yo mi libertad completa
Toda aquí en mi presente
Toda con todo su futuro hoy presente. –
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