Los precandidatos únicos ya fueron ungidos por sus respectivos partidos políticos para la contienda electoral y terminó el periodo de recolección de firmas para los aspirantes independientes. Poco a poco se perfilan las propuestas de campaña de los candidatos, aunque cada vez es más difícil delimitar quiénes pertenecen a la izquierda y quienes a la derecha.
Después de que Andrés Manuel López Obrador no respondiera a la invitación que le hizo Enrique Krauze para debatir sus ideas acerca del liberalismo, Krauze publicó un artículo en El País donde ofreció una definición del liberalismo y argumentó por qué López Obrador no es un liberal puro y ni un demócrata, a pesar de definirse como tal: “El liberalismo no es una doctrina, es una actitud. Su valor central es el respeto al otro. El liberal practica el diálogo, el debate, la razón pública, la tolerancia. El liberal celebra la pluralidad de opiniones […] López Obrador ha declarado ser no sólo un liberal sino “un liberal puro”, pero cabe preguntar: ¿puede ser liberal un político que en vez de deliberar y debatir, prefiere monologar y pontificar? ¿Puede ser liberal un político que prohíbe la crítica en el seno de su propio partido? ¿Puede ser liberal un político que practica con celo religioso la intolerancia a quien no está de acuerdo con él?”.
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De manera unánime, Morena avaló el registro de López Obrador como su candidato presidencial. En la ceremonia, el tabasqueño puso énfasis en sus propuestas para garantizar el acceso a la educación a todos los jóvenes y el impulso a la cultura y el deporte: “No vamos a traicionar al pueblo de México. Estoy consciente de mi responsabilidad histórica, quiero ser recordado como un buen presidente”.
Días después, durante su toma de protesta como candidato presidencial por el Partido Encuentro Social, propuso la creación de una constitución moral elaborada por filósofos, psicólogos, madres de familia, ancianos venerables y maestros: “El propósito no es solo frenar la corrupción política y moral que nos está hundiendo como sociedad y como nación, sino establecer las bases para la convivencia futura sustentada en el amor y en el hacer el bien para alcanzar la verdadera felicidad”. Durante su discurso, López Obrador citó el Nuevo Testamento y defendió su concepción del Estado laico: “Jesús fue muy claro, fue el primero que expresó: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César””. No es la primera vez que López Obrador propone una constitución moral, como recordó Héctor de Mauleón en su columna en El Universal, durante su campaña en el 2012 la propuso como base de su “República Amorosa”. Sin embargo, ante el escarnio público, el candidato decidió ocultar todo rasgo mesiánico, hasta ahora: “Entonces, el candidato de la izquierda mexicana no pudo contenerse y dejó aflorar lo que había tratado de ocultar a lo largo de seis años: su perfil religioso, de un autoritarismo sin límites, que le ha hecho rumiar en silencio, durante seis años, la idea de una Constitución que le diga a la gente cómo actuar, qué pensar”.
Además, el candidato parece haber cambiado de opinión sobre una de las banderas que enarboló desde sus anteriores campañas presidenciales: el rechazo a la privatización de la industria petrolera. Alfonso Romo, asesor de negocios de López Obrador, aseguró que “ni una sola compañía sería nacionalizada si el candidato gana las elecciones el 1 de julio”.
En un acto en el Auditorio Nacional, Ricardo Anaya rindió protesta como candidato presidencial por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano. En su discurso señaló que: “[…] voy a combatir el crimen organizado pero empezando por el organizado en los escritorios. Yo sí voy a terminar con el pacto de impunidad. No habrá venganza pero sí justicia. El que la hizo la va a pagar”.
Por su parte, José Antonio Meade pasó a la historia del PRI como el primer aspirante externo en rendir protesta como candidato presidencial: “Lo hago por México. Vamos por México”. En su discurso dio a conocer los tres ejes centrales de su campaña: la creación de un Registro Nacional de Necesidades de Cada Persona, programas enfocados en las familias y las mujeres y el impulso de México como capital de talento. Meade ya ha sido ratificado también como candidato presidencial por el Partido Verde Ecologista de México y por el partido Nueva Alianza.
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El 19 de febrero concluyó el periodo de recolección de firmas para los aspirantes independientes a la presidencia. Jaime Rodríguez Calderón, Margarita Zavala y Armando Ríos Piter reunieron los requisitos de apoyo y dispersión de votos; sin embargo, deben esperar a que el INE los acredite. De los 5.2 millones de firmas que entregaron entre los tres, solamente 3.3 millones aparecen en la Lista Nominal de Electores, lo que significa que el 37% de los datos presentados no han sido confirmados como válidos.
Su presencia en las elecciones es histórica dentro de la vida democrática del país. No obstante, como recuerda este editorial de El Universal, los tres perfiles independientes poseen antecedentes partidistas. Por lo que su reto consiste en “demostrar que su aspiración va más allá de la consecución del poder por sí mismo”.
En una entrevista, Margarita Zavala declaró que ya está dentro de la boleta: “Soy tan candidata como Andrés Manuel, Anaya y Meade”. Llamó a López Obrador “el ropavejero de la política” por sus alianzas, mientras que a Anaya lo calificó como “traidor a los valores del PAN”. A diferencia de sus contendientes que llegaron a la boleta por “dedazo”, ella tuvo que juntar las firmas de los ciudadanos: “Dependo de los ciudadanos para llegar a la presidencia”. Sobre el combate al crimen, no ha visto claridad en las propuestas de los demás candidatos, en cambio, afirma que ella es la única que conoce del tema. En cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo, declaró que “es una mujer católica orgullosa de sus valores cristianos y que para ella el matrimonio es entre un hombre y una mujer”, pero que respeta la ley y los derechos de las personas. A propósito de la legalización de la marihuana comentó que es una ingenuidad pensar que servirá para la disminución de la violencia, por lo que no la apoya.
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Las listas de aspirantes a senadurías y diputaciones plurinominales de la coalición Por México al Frente y de Morena han desatado las críticas por incluir figuras polémicas. Para Gustavo Madero y Javier Corral, el Frente se repartió las candidaturas a su conveniencia. En la lista del PAN destacan el actual jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, Josefina Vázquez Mota, Damián Zepeda Vidales, Rafael Moreno Valle. En la del PRD aparecen Emilio Álvarez Icaza, Xóchitl Gálvez, Beatriz Mojica, Jesús Zambrano y Juan Zepeda. Por parte de Morena, el nombre que mayor revuelo causó fue el de Napoleón Gómez Urrutia, exlíder del sindicato de mineros que vive en Canadá después de haber sido acusado de desvío de 55 millones de pesos y de estar vinculado con el accidente en Pasta de Conchos, donde murieron 65 mineros. A Gómez Urrutia se suman Germán Martínez, ex dirigente nacional del PAN, Olga Sánchez Cordero, Ricardo Monreal, Nestora Salgado, Ifigenia Martínez, Gabriela Cuevas y Porfirio Muñoz Ledo.
Jaime Rodríguez Calderón fue uno de los críticos a la lista de plurinominales de Morena: “La suma que ha hecho Andrés Manuel, más que hacerlo fuerte, lo va a hacer débil porque todos los que se han sumado con él son parásitos de un sistema han avergonzado México, han sido parte de lo que Andrés Manuel dijo que son la mafia del poder y hoy él se convierte en el nuevo jefe de la mafia del poder”.
El PRI aún no ha dado a conocer a sus aspirantes por vía plurinominal, pero su candidato presidencial ya se pronunció sobre las listas de sus partidos opositores:
Las listas pluris del Frente y de Morena reflejan oportunismo e impunidad. Hablan de cambio pero se instalan en lo más rancio del sistema. La transformación con certidumbre está de este lado. #YoMero
— José Antonio Meade (@JoseAMeadeK) 19 de febrero de 2018
El líder de Morena respondió en sus redes sociales a quienes criticaron su decisión de apoyar a Napoleón Gómez Urrutia:
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El INE ha prohibido a los candidatos que durante el periodo intercampañas participen en mesas de análisis, debates, asambleas, mítines y spots. Sin embargo, esto no impide que aparezcan en medios de comunicación o que usen sus redes sociales. De acuerdo con el Consejero Electoral Benito Nacif, durante el periodo de intercampaña “los candidatos generan una interacción para contrastar sus plataformas, sus ofertas, sus visiones de la problemática nacional y sus propuestas específicas”.
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Atrás quedaron los días donde había tres opciones ideológicas más o menos claras que marcaban el rumbo de las propuestas. Las alianzas y las migraciones entre partidos políticos han provocado que los límites entre la izquierda y la derecha ya no existan. De acuerdo con la más reciente columna en el Reforma de Jesús Silva-Herzog Márquez, el sistema de partidos que nació en 1988 “ha quedado deshecho”. Sin embargo, esto no es un buen síntoma para la democracia, porque no hay una apuesta por la pluralidad y el diálogo, sino por permanecer en el poder aunque esto implique renunciar a lo que se creía. ¿Ante este clima de confusión ideológica, qué decisión debemos tomar los electores?