La hondureña Wendy Funes, fundadora de Reporteros de Investigación, ha sido la ganadora del premio a la libertad de expresión que concede Index on Censorship, en la categoría de periodismo. Funes habla de la prensa en Honduras y de cómo el periodismo de investigación debe servir para descubrir las cosas que están enterradas y contarlas.
¿Cuál es la situación de la prensa y de los periodistas en Honduras?
En este momento hay una situación crítica en el tema la libertad de expresión, sobre todo después del proceso electoral en el que ha habido denuncias de fraude. Esto ha traído como consecuencia que en general, no solo en el contexto de libertad de prensa, sino en todo el contexto de libertad de expresión, haya amenazas de regulación de las redes sociales, hay querellas utilizadas para callar a personas críticas pero también a la prensa. Sigue la impunidad en los crímenes contra periodistas y no se sabe realmente por qué han matado a los periodistas y entretanto, no hay una investigación certera. Los intelectuales asumen que es por temas ligados a la libertad de expresión. De acuerdo con estadísticas del Comisionado y de la Organización de Derechos Humanos ha habido setenta periodistas asesinados en un periodo tan corto. El Estado no está cumpliendo con todos los principios que debiera cumplir en materia de seguridad y hay problemas con el acceso a la información pública. Existe una ley de secreto, que, más allá de la cultura de secretismo que haya en las instituciones, empeora la situación de libertad de expresión y de acceso a la información. Vivimos un momento realmente crítico en el tema de libertad de expresión. De acuerdo con unas estadísticas que tiene el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, el 90% de los periodistas fallecieron mientras ha estado el actual gobernante en el poder: primero como Presidente del Congreso y luego como Presidente del poder ejecutivo.
Desde el golpe de Estado de 2009 hasta hoy, han muerto asesinados 70 periodistas en Honduras. ¿Quién y por qué han sido asesinados?
Hay una total impunidad en los casos. Más allá de la visión conservadora de ver la impunidad como falta de castigo, habría que ver la impunidad como falta de derecho a la reparación. Es realmente lo que le interesaría a la sociedad y el derecho a saber por qué a sus periodistas se les ha asesinado de esta forma. Lo que pasó en 2009 es que hubo un golpe de Estado y a partir de ahí ha habido un patrón de crecimiento de asesinatos de periodistas. Muchas personas toman el tema de la muerte de periodistas diciendo que no se ha demostrado que fue por el tema de la libertad de expresión, pero tampoco se ha demostrado que no haya relación.
¿Cómo se relacionan prensa y poder en su país?
Es una relación sumamente complicada porque hay hasta seis familias que controlan el monopolio mediático. Son familias que tienen propiedad cruzada, horizontal y vertical de los medios de comunicación, tienen unas empresas de comunicación y son socios de otras empresas de comunicación. Además tienen negocios como comida rápida, venta de armas, venta de medicinas, administración de bienes raíces… Ofrecen servicios al Estado. Hay un problema de conflicto de interés, más allá de otras corporaciones que pueden tener empresas. Entre 2009 y 2011 se firmó un contrato que dice que, a cambio de impuestos que debían las empresas de comunicación, tendrán que pagar con publicidad al estado. En los últimos años, con el gobernante actual, se ha ido profundizando el control, que ya era una cultura, la cultura del control de la prensa a través de la publicidad estatal. También hay una cultura de soborno a los periodistas que sobreviven de esto. Quedan los medios alternativos, que muchas veces tienen grandes problemas o amenazas de sostenibilidad y de logística para subsistir. Hay poquísima prensa independiente, con capacidades bastante limitadas económicas, técnicas y legales, digamos.
Hasta mayo del año pasado, trabajaba en C-Libre. Lo dejó para fundar Reporteros de Investigación, ¿por qué? ¿Qué trabajo desempeñan ahí?
Aprendí mucho en el Comité por la Libre expresión de la autogestión. Comprendí que todas las personas podemos ser emprendedores porque tenemos la capacidad de proponer proyectos. Además yo siempre he soñado con el periodismo de investigación. Aunque yo coordinaba investigación periodística en C-Libre, no estaba dedicada al 100% a la investigación y sentía que en esa parte me había estancado. Y por el activismo a tiempo completo estaba muy estigmatizada y no era vista como una periodista de investigación, que es realmente la rama en la que yo disfruto. Y por eso decido en julio de 2017 fundar Reporteros de Investigación: uno de mis sueños es hacer investigación periodística e ir profundizando en el conocimiento de esto
¿Siempre ha hecho periodismo de investigación?
Sí, de hecho desde 2002, que es cuando inicio en la carrera, sin saberlo empecé a hacer periodismo de investigación porque me gustaba. Se me hacía muy fácil llegar a lugares, a descubrir información que estaba oculta. Pero ni siquiera me daba cuenta de que eso era periodismo de investigación. Ahora he ido comprendiendo, leyendo más. Estaba haciendo periodismo de investigación sin saberlo.
¿Cuál es la particularidad de Reporteros de Investigación?
En Reporteros de Investigación lo que queremos es impulsar un periodismo alternativo, por lo menos ese es el sueño, tratar de no tener limitaciones partidistas, como ha venido ocurriendo con el periodismo en Honduras, ver cómo hacemos un periodismo más independiente que tenga un discurso no tradicional, no el hegemónico que repita lo que repite el monopolio. No estamos difundiendo los mensajes del poder, pero el poder ya tiene suficiente tribuna para difundir sus mensajes. Tratamos de dar voz a las personas que no tienen voz: a los más vulnerables, a la oposición política, cuya voz es manipulada en los medios de comunicación. Tenemos una sección para eso que se llama Comunicadores Institucionales para las cosas positivas que hace el Estado. No nos interesan mucho la imparcialidad o la neutralidad porque nuestra intención es buscar realmente la verdad de lo que está aconteciendo y la verdad no es neutral ni es parcial. Es un periódico cuya fortaleza no está en publicar a diario sino en tratar, con los medios que tenemos porque hasta ahora no tenemos financiamiento, de respaldar todo y de ser muy rigurosos. Ya habíamos hecho investigación pero ahora lo que tratamos es de tecnificar el trabajo que ya se ha venido haciendo.
¿Cómo se financia?
Hay una parte que también queremos impulsar que es la transparencia en el periodismo. Y tenemos una sección que se llama Transparencia en la que contamos cómo ha sido financiado. En la parte de Transparencia contamos que la primera vez que pagamos el periódico, el hospedaje, creo que se llama, fue con un remanente que nos quedó de la campaña de PressStart. Con eso pagamos los cien dólares iniciales. Luego recibimos apoyo técnico de Internews para un reportaje puntual que se llamó “Escuadrones a la sombra” y de ahí en adelante no hemos tenido más financiamiento. Todo ha sido voluntariado. Pretendemos generar una ventanita donde pedir a la gente donaciones y hacer proyectos a largo plazo para pedir a donantes que nos puedan apoyar. Esa es nuestra idea.
Aunque sea pronto para saberlo, ¿qué impacto ha tenido RdI?
Ha pasado poco tiempo y no tenemos indicadores de impacto diseñados para saberlo. Pero sí nos están siguiendo, monitoreando. Recientemente nos llamaron de la comisión contra la corrupción de apoyo e impunidad de la Organización de Estados Americanos porque les había gustado nuestro trabajo. Hemos entablado alianzas estratégicas con movimientos populares de la región que nos han estado apoyando en divulgar el periódico. Y hemos tenido bastante crecimiento en la página web, yo diría que un 500% ha ido creciendo la cantidad de visitas en los últimos meses. Por ejemplo, si comparo cuánta la gente que nos vio en diciembre que nos vio con la cantidad que nos ve ahora es casi el triple. Y en relación en julio es casi cinco veces.
Uno de los temas que usted ha trabajado más es el de la violencia contra las mujeres –en Honduras, donde matan a una mujer cada 16 horas y la cifra de asesinadas ha aumentado entre 2005 y 2013–, ¿cómo puede ayudar el periodismo a combatirla y cuál sería la solución?
En un país como Honduras donde hubo un golpe de Estado, unas denuncias de fraude y luego no hay nada, me parece que una tabla de salvación importantísima es el periodismo, sobre todo el periodismo de investigación; apostarle al periodismo de investigación para contar muchas cosas que están enterradas, prácticamente. Y el tema de la violencia de la mujer nos interesa mucho porque es un momento terrible para las mujeres hondureñas. No solo las están matando. Esto es un reflejo de cómo las niñas permanentemente en los hogares, y los niños, están sufriendo abusos sexuales. Hay una cultura terrible de incestos y de abusos sexuales dentro de los hogares. Cualquier persona que llegue al país puede irse a las calles y preguntar a las niñas o a los niños por qué están en la calle. Muchas fueron arrojadas a la calle luego de un abuso sexual: reportaron el abuso sexual a sus padres y sus padres no se lo creyeron. Ahora estamos haciendo una investigación que ya estamos publicitando como “Bienvenidas al infierno”. En realidad lo que muestra la violencia contra las mujeres es todo un entorno dramático que a diario están viviendo las mujeres y también los niños: los grupos más vulnerables del país. Pero también hemos estado denunciando temas de corrupción. Hasta ahora no hemos querido entrar mucho al tema organizado por la peligrosidad que esto significa.
¿Cómo puede el periodismo de datos usarse en América Latina?
Me siento un poco celosa del periodismo de datos. La verdad es que me gusta el periodismo de investigación, pero me parece una gran herramienta el periodismo de datos para apoyar, precisamente el periodismo de investigación. El periodismo de datos trata de implementar metodologías cuantitativas en el periodismo, que tradicionalmente ha venido trayendo método cualitativo. Creo que el que puede cambiar y transformar realidades, sacándolas a la luz es el periodismo de investigación. Una herramienta poderosa para que el periodismo de investigación pueda tener mayor fidelidad es el periodismo de datos.
¿Qué supone para usted el premio de Index on Censorship?
Ha sido superemocionante. Es una gran oportunidad sobre todo porque me emociona mucho saber todas las dificultades que he pasado en mi país, toda la estigmatización, cómo se nos cierran espacios, se nos margina, las veces que hemos llorado. Saber que hay personas que están valorando nuestro trabajo es emotivo. Es una gran satisfacción ver que hay una organización de Londres que nos está apoyando. Esa es una de la principales satisfacciones. También para los mismos periodistas que en algún momento reciben sobornos del poder y que tratan de descalificar nuestro trabajo y dicen a la gente que no crea porque somos comunistas y de izquierdas y que por eso hablamos lo que hablamos. Es un espaldarazo para que haya más credibilidad en nuestro trabajo. Espero sobre todo establecer alianzas estratégicas y que nuestro trabajo sea sostenible y que pueda tocar conciencias, llegar a los estudiantes para despertar las inquietudes de que ellos también pueden emprender, crear y transformar. Un periodismo que solo cuenta lo que pasa es un periodismo utilitario, que vive de la tragedia. El periodismo debiera siempre tratar de revelar cosas para transformar esas tragedias.
(Zaragoza, 1983) es escritora, miembro de la redacción de Letras Libres y colaboradora de Radio 3. En 2023 publicó 'Puro Glamour' (La Navaja Suiza).