hablaba consigo mismo
como ciertos
hombres loonies
barmy dippy dopey
jerky sappy wacky
“te quiero muchísimo –farfullaba–
pero acabaré contigo
antes de que termine el día”
y el día apenas comenzaba
y la escopeta en medio
para volarse los ojos
(lo único que nos separa de la muerte
es el tiempo
dijo adelantando las manecillas del reloj
con sus dedos gordos y resecos)
lurias pirado pirucho
lelo chafado
“abre el pico mi gallo”
sabía que
junto a las aves
–sean
de aire o
sean de mar–
el hombre
es poca cosa
y así se fue ensañando
contra lo que solía llamar myself
matar a myself no es pecado
a fin de cuentas
todo se va al gran chiquero
“abre grande grande”
como de niño
te pedía
el doctor
–y con una lámpara
adentro
y una lengüeta
afuera–
te aseguraba que esa garganta
iba a sanar
la escopeta va en medio
para volarse la cresta
“abre el pico mi gallo”
barmy lurias
dippy dopey
poseso tarumba
a fin de cuentas
todo mata a lo demás
la vida mata a lo demás
todo
al cabo
se hace garras
he pasado mucho tiempo matando animales
para no matarme a mí mismo
y no se vistió de niña como solía vestirlo su madre
myself se puso su bata de emperador
el gran narciso envuelto en sueños de ginebra
el muy tarumba
le dejó sus ojos
a mary walsh
su mujer
embarrados en aquellos muros de cal
si myself te tiene entre ceja y ceja
ya dispara bravucón ~
(Ciudad de México, 1955) es poeta. Ansina, poemas en ladino (Vaso Roto, 2016), es su libro más reciente