James Lockhart, historiador

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Los primeros estudios de James Lockhart son sobre el Perú: Spanish Peru (de 1968) y The men of Cajamarca (de 1972), basados en información sobre una gran cantidad de personas concretas, hombres y mujeres, de diversos oficios, tanto de la conquista del Perú como del siglo XVI. Letters and people of the Spanish Indies (de 1976) amplió el estudio a toda Hispanoamérica, gracias a las cartas privadas descubiertas por Enrique Otte. Así apuntaló Lockhart la validez del método “prosopográfico” en la historia social latinoamericana.

En esta reconstrucción de vidas peruanas un gran ausente eran los indios, que Lockhart no había podido estudiar porque no encontró documentos en quechua y aymará. Lockhart vio que sí existían muchos documentos en náhuatl y otras lenguas indígenas de México y orientó hacia nuestro país su principal atención. Emprendió el estudio del náhuatl, que llegó a conocer como los grandes nahuatlatos mexicanos, Miguel León-Portilla, Luis Reyes García y Alfredo López Austin. Pero Lockhart se encaminó no tanto a los grandes monumentos literarios e históricos nahuas como a los miles de documentos judiciales, documentos “cotidianos”, como los llamó, que permiten aproximarse a la vida de los indios.

Por primera vez se planteó una exigencia elemental: que para estudiar la historia de los indios coloniales es necesario, en lo posible, estudiarlos con documentos escritos en sus propias lenguas. No hacerlo es como estudiar historia de Francia sin saber francés o de Inglaterra sin saber inglés.

Consciente de que la tarea de aprovechar miles de documentos cotidianos nahuas es necesariamente colectiva, Lockhart comenzó a dar clases de náhuatl a varios discípulos y colegas, para lo cual elaboró un método, al mismo tiempo ameno, riguroso, inteligente y muy efectivo, con el que formó un cuerpo de estudiosos de los nahuas del México colonial. Las cien hojas de ejemplos intercalados en náhuatl e inglés con las que Lockhart daba sus clases, las “Lockhart’s Lessons in Older Nahuatl”, circulan hasta la fecha en decenas o cientos de fotocopias.

Solo o con colegas y discípulos, Lockhart publicó a partir de 1976 una serie de valiosos estudios históricos y filológicos y de ediciones bilingües de textos nahuas, entre los que destaco: Beyond the codices, Nahuatl in the middle years, The Tlaxcallan Actas, The Bancroft dialogues, The Nahuas after the Conquest, We people here, The story of Guadalupe, Nahuas and Spaniards, Of things of the Indies, Nahuatl as written, Grammar of the Mexican language (el Arte de Carochi) y Annals of our time (el Diario de Chimalpáhin), entre otros, sin mencionar los libros escritos por alumnos bajo la cercana supervisión del maestro, algunos tan importantes como el Analytical Dictionary of Nahuatl de Frances Karttunen.

Recientemente, discípulos de Lockhart emprendieron el estudio de otras lenguas, como el maya y el mixteco, para estudiar por primera vez a los mayas y mixtecos coloniales con documentos escritos por ellos en su idioma.

Orientar sus trabajos hacia México permitió a Lockhart concebir una metodología que abrió una importante veta de análisis de la historia regional del México colonial. Aunque se concentró en los documentos en náhuatl, Lockhart no cayó en una visión aislada de los pueblos de indios, pues los concibió siempre en cambiante relación con los españoles y los otros grupos. Y precisamente la relación cuantitativa y cualitativa de los indios con los no indios le dio la clave para proponer una regionalización analítica y heurística de la Nueva España, basada en el modelo de tres regiones básicas, Sur, Centro y Norte, que expuso en la compilación Provinces of early Mexico, hecha con Ida Altman, también de 1976.

La característica básica del Sur es que, pese a la catástrofe demográfica, quedan muchos indios y hay pocos españoles, pues no hay minas de plata, por lo que las haciendas crecieron poco, y los indios, sin dejar de ser explotados, conservaron más y por más tiempo su identidad corporativa. En el Centro, con muchos indios y muchos españoles, se dio una fuerte interacción de las haciendas, empresas y ciudades españolas con los pueblos de indios. En el Norte, donde hay relativamente muchos españoles y pocos indios, crecieron las haciendas, particularmente cerca de los grandes mercados que son los centros urbanos, directa o indirectamente vinculados a la minería. Estas grandes diferencias permiten tratar de entender y matizar en términos regionales el paradigma establecido por Borah y Chevalier de transición (de la encomienda a la hacienda) en el siglo XVI y de evolución de la economía colonial (depresión y reacomodo en el XVII, crecimiento en el XVIII). Es curioso que nunca se tradujera al español Provinces of early Mexico, gran contribución de Lockhart a la historia regional novohispana.

Esta perspectiva analítica regional le dio la clave para organizar la estructura de una síntesis amplia de la historia de la América Latina colonial que evitara el sinsentido de una división en virreinatos y unidades políticas. El resultado fue el gran Early Latin America (de 1983), escrito con Stuart B. Schwartz.

El estudio de los documentos en náhuatl llevó a Lockhart a otra contribución analítica básica para la historia regional: el altépetl, ya tratado a partir de documentos en español por Charles Gibson, que los llamó tlatoani towns. Se refiere tanto a los señoríos o reinos del periodo prehispánico como a los pueblos de indios del periodo colonial, unidad territorial mesoamericana básica hasta la Independencia (como lo mostró el libro de Eric Van Young) y aun después. El concepto de altépetl cuestiona la polaridad historiográfica preexistente entre el gran imperio mexica y el pequeño calpulli comunitario, y permite redimensionar los grandes cambios que trajo la conquista y los cambios graduales de los siglos siguientes.

Los principios básicos del altépetl, como el de la organización celular, tratados por Lockhart en su gran obra de 1992, The Nahuas after the Conquest, están presentes en varios niveles en la vida de los nahuas: familia, lenguaje, arte, visión del mundo, etc. Al mismo tiempo, la periodización que Lockhart encontró junto con Frances Karttunen de la lengua náhuatl en tres fases, basada en la frecuencia y tipo de interacción de los nahuas con los españoles, encontró en The Nahuas after the Conquest una correspondencia en los otros niveles de la vida de los indios, económicos, sociales, políticos, religiosos, culturales. Otra vez, la clave analítica, tanto de la periodización como de la regionalización, es el tipo de relaciones de los indios con los españoles que se producen en cada circunstancia particular. Así, Lockhart vio la double mistaken identity, identificación equivocada de los indios y españoles frente a frente, que da una clave para entender los tipos de acomodo que se dieron entre ambos.

Sentí gran emoción al ver y oír a Jim Lockhart en el breve video que se grabó hace poco en su casa de los bosques de California, que nos restituye su generosa voz de maestro y amigo, siempre presente en cada uno de sus escritos. ~

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(ciudad de México, 1954) es historiador. Autor, entre otros títulos, de Convivencia y utopía.


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