El cineasta total

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โ€œHitchcock es un especialista no de este o aquel aspecto del cine, sino de cada imagen, de cada plano, de cada escena. Le gustan los problemas de construcciรณn del guion, pero tambiรฉn el montaje, la fotografรญa, el sonidoโ€, decรญa Franรงois Truffaut del director britรกnico en la introducciรณn del canรณnico El cine segรบn Hitchcock (1966), y a partir de esa idea del realizador como cineasta total se ha diseรฑado la exposiciรณn โ€œHitchcock, mรกs allรก del suspenseโ€, que ocupa una de las salas del Espacio Fundaciรณn Telefรณnica de Madrid. De hecho, el espacio que se ha dedicado a la que es la primera gran muestra sobre cine organizada por esta entidad es grande, mรกs de ochocientos metros cuadrados, y la exhibiciรณn, ambiciosa. Y no solo porque estรก estructurada en cinco bloques con abundante documentaciรณn y material de archivo โ€“โ€œIntroducciรณnโ€, โ€œEl toque Hitchcockโ€, โ€œMujeres y hombresโ€, โ€œHitchcock y su tiempo, el arte y la arquitecturaโ€ y โ€œEl revรฉs de la trama: las apariencias y los trucosโ€โ€“; tambiรฉn porque aspira a ofrecer la visiรณn de Alfred Hitchcock como un verdadero artista, mรกs allรก, tal y como indica su tรญtulo, de su capacidad para estremecer al espectador.

No deja de ser llamativo que, pese a la importancia capital de Hitchcock, las exposiciones sobre el cineasta hayan sido escasas. Porque a excepciรณn de Alfred Hitchcock et lโ€™art: coรฏncidences fatales, celebrada en el Centre Pompidou en 2001, y Casting a shadow. Creating the Alfred Hitchcock film, que tuvo lugar en 2009 en la Deutsche Kinemathek, no se han sucedido muestras en otras instituciones del gremio, a pesar tambiรฉn de que la figura del director se ha ido revalorizando en los รบltimos aรฑos. Asรญ, โ€œHitchcock, mรกs allรก del suspenseโ€ viene a cubrir un importante agujero en el รกmbito del cine como materia expositiva, especialmente en Madrid si tenemos en cuenta el vacรญo en este campo a causa de la errรกtica polรญtica de la Filmoteca Espaรฑola.

La apuesta del comisario Pablo Llorca, tambiรฉn cineasta, de priorizar el sentido plรกstico de Hitchcock por delante de otras cuestiones de su cine es uno de los aciertos de la muestra, que se articula conceptualmente de imagen en imagen, de storyboard en storyboard, de pantalla en pantalla. Como sucedรญa en la exposiciรณn del Pompidou de hace tres lustros, aquรญ tambiรฉn hay una reivindicaciรณn de las formas en el cine de Hitchcock, ya sean sus filiaciones pictรณricas o las insistentes tomas de detalle tan caracterรญsticas de sus pelรญculas, y que encontramos ya en el umbral de entrada de la exposiciรณn, en el mosaico que recibe al pรบblico con varias de sus imรกgenes mรกs icรณnicas (el plano del ojo y el del desagรผe de Psicosis (1960) o el moรฑo en espiral que lucรญa el personaje de Madeleine (Kim Novak) en Vรฉrtigo (1958), entre otras). Su formaciรณn en el lenguaje cinematogrรกfico silente, su curiosidad por los recursos del cine de vanguardia, su interรฉs por las distintas inquietudes y tendencias culturales de su tiempo o un par de instalaciones destacadas como la del artista Jeff Desom โ€“un montaje de veinte minutos de los planos de La ventana indiscreta (1954) desde el punto de vista del personaje de James Stewartโ€“ y otro vรญdeo que monta la secuencia de la ducha de Psicosis sin la mรบsica de Bernard Herrmann, tal y como la querรญa el director, ayudan a apuntalar la idea de que ademรกs de ser un magnรญfico storyteller, Hitchcock pensaba en imรกgenes.

Con todo, el conjunto estรก algo desequilibrado; mรกs concretamente las secciones Mujeres y hombres y El revรฉs de la trama: las apariencias y los trucos, descompensadas de aquellas que se nutren de publicaciones, vestidos y otro tipo de material mรกs tangible. Si la primera arranca con un montaje emocionante โ€“cinco televisiones en semicรญrculo con conocidas secuencias de besos de la filmografรญa del director, de El enemigo de las rubias (1927) a Marnie, la ladrona (1964), en una arquitectura que evoca la imagen de la espiral del erotismo de Vรฉrtigoโ€“, no consigue mantener ese รกnimo en las pantallas que indagan en la ambivalente actitud de Hitchcock con lo femenino. Por su parte, es recomendable la visita guiada para poder disfrutar al mรกximo de la secciรณn centrada en el talento tรฉcnico del cineasta, a fin de comprender en su totalidad su precisiรณn en el montaje de Los pรกjaros o el uso del llamado efecto Schรผfftan como tรฉcnica de filmaciรณn. El consejo tal vez no sirva para avezados, pero los menos diestros en el arte cinematogrรกfico lo agradecerรกn. ~

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(Barcelona, 1979) es periodista cultural. Colabora en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia y en la revista Icon de El Pais


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