Millones de inversionistas en criptomonedas han sido blanco de estafas y han perdido enormes sumas de dinero real. En 2018, las pérdidas generadas por delitos relacionados con criptomonedas alcanzaron la cifra de mil 700 millones de dólares. Los delincuentes usan tácticas de vieja escuela y otras basadas en el uso de nuevas tecnologías para engañar a sus víctimas e involucrarlas en esquemas que explotan los intercambios de monedas digitales a través de bases de datos digitales denominadas blockchains.
En mis investigaciones sobre blockchains, criptomonedas y crímenes cibernéticos, pude notar que algunos estafadores utilizan los ampliamente probados esquemas Ponzi, donde los ingresos de los participantes nuevos se usan para pagar a los inversionistas más antiguos.
Otros estafadores usan procesos altamente automatizados y sofisticados. Por ejemplo, un software que interactúa con Telegram, un sistema web de mensajería instantánea muy popular entre quienes están interesados en las criptomonedas. Incluso en los casos en los que el plan de criptomoneda es legítimo, los estafadores pueden manipular su precio en el mercado.
Sin embargo, hay que preguntarse algo todavía más básico: ¿cómo es que los inversionistas llegan a involucrarse en estafas con criptomonedas?
Algunos estafadores apelan a la codicia de las personas y prometen grandes ganancias. Por ejemplo, un grupo de empresarios desconocidos controla el bot fraudulento llamado iCenter, que no es otra cosa que un esquema Ponzi para Bitcoin y Litecoin. Si bien no ofrece ningún tipo de información sobre la estrategia de inversión, el grupo promete a los inversionistas ganancias diarias del 1.2 %.
La estafa de iCenter se realiza a través de un chat grupal de Telegram. Comienza con un grupo reducido de estafadores que comparte un código en blogs o redes sociales con el objetivo de sumar más personas al chat grupal. Los recién llegados al grupo ven mensajes alentadores de parte de los miembros originales. Cuando alguna de estas personas decide invertir, se le asigna una billetera virtual individual en la que puede depositar bitcoins. Entonces, esa persona acepta esperar entre 99 y 120 días para poder obtener ganancias significativas.
Mientras tanto, esas personas suelen comparten sus propios códigos en redes sociales e invitan a amigos y conocidos a sumarse al chat grupal y al esquema de inversiones. En realidad, los fondos no se invierten en ningún negocio legítimo. Lo que sucede es que, cuando alguien cae en la estafa, la persona que lo reclutó obtiene un porcentaje de los fondos nuevos, y el ciclo se renueva al pagarles a los participantes anteriores con los fondos de estos nuevos inversionistas.
Algunos miembros se esfuerzan muchísimo por atraer fondos nuevos: publican videos tutoriales e imágenes de ellos mismos con enormes cantidades de dinero como incentivo para involucrar a más personas en la estafa.
Otros estafadores recurren al engaño directo. Por ejemplo, los fundadores de la criptomoneda fraudulenta OneCoin estafaron a inversionistas por la suma de 3 mil 800 millones de dólares, al convencerlos de que su criptomoneda era real (no lo era).
En otras estafas, se busca impresionar a las posibles víctimas con vocabulario o conocimientos especializados. Los estafadores de Global Trading afirmaron haberse sacado provecho de las diferencias de precios en los intercambios de criptomonedas para obtener ganancias a partir de lo que se conoce como arbitraje: comprar a valores bajos y vender a mayor precio. En verdad, lo que hicieron fue robarles a los inversionistas.
Global Trading también usó un bot en Telegram: los inversionistas podían enviar un mensaje para conocer el saldo de su cuenta; recibían una respuesta con información falsa, llegando a ver aumentos en su saldo de hasta un 1 % en una hora. Con ganancias como esa, ¿quién podría culpar a las personas que compartieron el esquema con su familia y amigos a través de las redes sociales?
Una vez que el esquema se inicia, se mantiene vivo a través de las redes sociales, al menos por un tiempo. En general, las víctimas caen en este tipo de esquemas por la promesa de obtener grandes ganancias con solo invertir en criptomonedas, y corren la voz entre sus amigos y familiares.
Incluso, ha habido casos de personas famosas involucradas. Por ejemplo, en India, el cerebro detrás de GainBitcoin y de otras estafas logró convencer a varias celebridades de Bollywood de que promocionaran su libro Cryptocurrency for beginners (Criptomonedas para principiantes). Incluso, intentó convertirse en una celebridad al autoproclamarse “gurú de las criptomonedas” e impulsar iniciativas que le costaron a los inversionistas entre 769 y 2 mil millones de dólares.
Pero no todas las celebridades saben que están involucradas en una estafa. Por ejemplo, iCenter publicó un video en el que Dwayne “The Rock” Johnson sostiene un cartel con el logo de la empresa, en lo que parecía ser una muestra de respaldo de su parte. También hay videos de Justin Timberlake y Christopher Walken que fueron editados para que pareciera que recomendaban iCenter.
Otra técnica popular en este tipo de estafas se conoce como una oferta inicial de monedas (ICO, por sus siglas en inglés). Una ICO es una oportunidad de inversión potencialmente legítima, una forma de que una empresa de criptomonedas emergente obtenga dinero de los usuarios futuros: a cambio de sus criptomonedas activas, como Bitcoin o Ethereum, les prometen un descuento en las criptomonedas nuevas.
Sin embargo, muchas ICO han resultado ser estafas para las cuales los organizadores elaboran planes ingeniosos, alquilan oficinas falsas y crean materiales de marketing llamativos. En 2017, el auge de las criptomonedas y la extensa cobertura en los medios desató una ola de estafas vinculadas con ICO. En 2018, colapsaron aproximadamente 1,000 ICO, que le costaron a los inversionistas iniciales pérdidas de al menos 100 millones de dólares. Muchos de esos proyectos no tenían nada de original: más del 15 % había copiado ideas de otros emprendimientos de criptomonedas o, incluso, había plagiado documentación de respaldo.
Los inversionistas en búsqueda de ganancias en nuevos sectores tecnológicos siguen interesados en las criptomonedas y blockchains, pero deberían tener en cuenta que se trata de sistemas complejos y novedosos incluso para quienes los promocionan; por eso, tanto novatos como expertos han sido víctimas de este tipo de estafa.
En un entorno como el del mercado actual de criptomonedas, los interesados deberían tomarse la precaución de investigar en dónde están invirtiendo su dinero, quiénes son las personas involucradas y cuál es realmente la estrategia de negocios para generar ganancias (sin defraudar a otras personas).
Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.
es profesor de administración en la Universidad de North Carolina - Greensboro y experto en ciberseguridad.