Entrevista a Mario Molina

Segรบn estimaciones de la agencia meteorolรณgica britรกnica Met Office, en 2015, la temperatura media de la tierra se elevรณ un grado centรญgrado respecto a los niveles de hace un siglo. Para poner en perspectiva lo que eso significa: si la temperatura terrestre llega a elevarse cuatro grados mรกs, estaremos frente a una catรกstrofe global y los problemas que nos aquejan hoy serรกn insignificantes comparados con lo que les espera a las siguientes generaciones, o incluso a la nuestra. Los efectos del cambio climรกtico, que ya empezaron a hacerse visibles, exigen medidas globales urgentes. Cuando en 1974 Mario J. Molina (ciudad de Mรฉxico, 1943), junto a Frank Sherwood Rowland, predijo el adelgazamiento de la capa de ozono por la actividad humana, dejรณ ver que el ser humano podรญa alterar de forma devastadora su medio ambiente. Esa investigaciรณn, publicada originalmente en Nature y que a la larga le valdrรญa el premio Nobel de Quรญmica de 1995, serรญa fundamental para una iniciativa sin precedentes: el Protocolo de Montreal, un tratado internacional (conformado por Estados y empresas) diseรฑado para la protecciรณn de la capa de ozono y puesto en vigor en 1989. Ademรกs de investigador brillante, Molina es pionero del ambientalismo. Desde 2005 preside el Centro Mario Molina, enfocado en la investigaciรณn y promociรณn de polรญticas pรบblicas ambientales.
Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

En la dรฉcada de los setenta advirtiรณ a la comunidad cientรญfica de la inminente reducciรณn de la capa de ozono a causa a la emisiรณn de gases clorofluorocarbonos (cfc). A 42 aรฑos de exponer esa idea, ยฟsu diagnรณstico resultรณ optimista o pesimista? ยฟCuรกl serรญa el balance al dรญa de hoy?

En aquellos aรฑos mis colaboradores y yo tenรญamos una mรญnima experiencia acerca de estos problemas globales. Tenรญamos cierto optimismo, dado que las sociedades se empezaban a preocupar por los probables daรฑos ambientales. La gente comenzaba a darse cuenta de que ciertas actividades humanas podรญan contaminar rรญos y suelos, aunque se trataba de problemas locales. Lo que hicimos fue atraer la atenciรณn hacia un problema inรฉdito de escala mundial, esto es, que algunos compuestos quรญmicos fabricados por los humanos estaban modificando la capa de ozono en la estratosfera y amenazando la vida en la troposfera, sin importar dรณnde se emitรญan dichas sustancias. Por primera vez se demostrรณ que existรญa un problema global. Yo era optimista porque pensaba que el problema de los cfc debรญa tener una soluciรณn, pero eso no quiere decir que fue fรกcil convencer a los diplomรกticos y jefes de Estado. Al principio encontramos mucha oposiciรณn en los sectores industriales, polรญticos y funcionarios en los distintos niveles de gobierno, pero se trataba de un asunto fรกctico, demostrable, no de una creencia, asรญ que terminaron aceptando el Protocolo de Montreal.

Una mezcla de diplomacia, oportunidades econรณmicas y ciencia.

No estaba muy claro en un inicio; tenรญamos una hipรณtesis que habรญa que demostrar de manera experimental. Por eso pienso que el optimismo que tuvimos al principio fue justificado, pero, repito, fue necesario llevar a cabo una lucha ardua y de mucha paciencia. Enseรฑamos cรณmo podรญa resolverse un problema mundial que se cernรญa sobre la salud ambiental. Lo preocupante es que se trata del รบnico problema ambiental global que se ha resuelto.

Sin embargo, el tratamiento del asunto tuvo efectos benignos inesperados. ยฟCuรกles fueron algunas de las acciones que promoviรณ?

Se prohibiรณ la producciรณn de cfc, el gas que se utilizaba para alimentar los refrigeradores, y se permitiรณ temporalmente producir hcfc (hidroclorofluorocarburos). Las investigaciones para encontrar gases alternativos tuvieron como resultado los hfc (hidrofluorocarbonos), sin cloro, y, por tanto โ€“se pensabaโ€“, inofensivos para la estratosfera. Sin embargo, mi colega de la Universidad de California en San Diego Veerabhadran Ramanathan descubriรณ que incluso estos hfc pueden afectar el clima en la troposfera. Es curioso, pero el Protocolo de Montreal ha hecho mรกs por el clima que el resto de los acuerdos internacionales.

Los hfc se suman a la lista de gases de invernadero y su estabilidad puede volverse un problema si se llegan a producir de manera industrial y continua. Algunos permanecen en la atmรณsfera varias dรฉcadas. Por eso insistimos en extender el Protocolo de Montreal a fin de que tambiรฉn incluya estos gases. Varios paรญses son reacios y aducen que el protocolo no fue establecido para resolver el cambio climรกtico. Argumentos a todas luces dรฉbiles.

Hay voces โ€“escรฉpticas respecto al cambio climรกticoโ€“ que sostienen que hace quinientos aรฑos ya habรญa sequรญas y tormentas como las que vemos ahora y que no es necesario ahogar la actual economรญa del consumo con medidas ambientales.

Desde luego el clima ha cambiado y sigue cambiando. Pero se ha transformado a escala geolรณgica y se entiende por quรฉ: cambios en los parรกmetros de la รณrbita terrestre, variaciones de su inclinaciรณn y su movimiento elรญptico a lo largo de mucho tiempo, por ejemplo. Sabemos bien que por varios millones de aรฑos la temperatura no aumentรณ en forma significativa. Desde hace unos cincuenta millones de aรฑos las variaciones han sido casi insignificantes. Asimismo, en otras รฉpocas hubo actividad volcรกnica intensa, muchรญsima mรกs que hoy en dรญa. De hecho, esta etapa de relativa calma y estabilidad climรกtica se ha dado desde hace unos diez mil aรฑos, momento en el que han florecido las civilizaciones humanas. Como sabemos, existen catรกstrofes, inundaciones y sequรญas, pero hasta ahora se producรญan con cierta lentitud; eran extremosas pero no cataclรญsmicas. En los รบltimos aรฑos hemos visto con claridad que estos fenรณmenos siguen siendo los mismos que hace, digamos, cinco siglos; lo que ha cambiado es su intensidad, de manera que su poder de destrucciรณn ha crecido notablemente. Un ejemplo muy claro son las ondas de calor cada vez mรกs pronunciadas. De unos aรฑos a la fecha, la comunidad cientรญfica que seguรญa siendo escรฉptica ha terminado por convencerse ante datos que, por mencionar un caso, nos proporcionan los satรฉlites. Los golpes de calor tan agudos son hechos contundentes que ya se habรญan predicho.

ยฟY otros factores del cambio, como las inundaciones?

El aumento de humedad en la atmรณsfera estรก provocando que tambiรฉn las lluvias normales se puedan volver catastrรณficas, con una intensidad y frecuencia inusuales. Hay que agregar un factor adicional: con el aumento de la poblaciรณn nos hemos vuelto mรกs vulnerables. No es verdad que se trate de un elemento causal, solo es una consecuencia que hay que tomar en cuenta pero que de ninguna manera explica este evidente aumento en la intensidad de huracanes, sequรญas, inundaciones y temperaturas tan elevadas. A estos problemas debemos agregar uno muy preocupante, los incendios forestales.

Los incendios de bosques estรกn contribuyendo mรกs al cambio climรกtico que los volcanes.

Sรญ, la actividad volcรกnica en nuestra รฉpoca casi no perturba el clima. Ahora bien, sabemos que cuando la columna de humo sobrepasa los diez kilรณmetros de altura, sรญ afecta el clima pero solo alrededor de un aรฑo. La temperatura del planeta desciende un grado y luego se recupera. Lo que exhalan algunos volcanes son partรญculas de azufre que llegan a la estratosfera, y sabemos que esas nubes son mucho menos transitorias que las que se forman en la troposfera. Esas nubes pueden durar hasta un aรฑo arriba. Por fortuna, en los รบltimos decenios apenas ha habido un par de eventos similares. Asรญ que por ahora la actividad volcรกnica no es un factor del cambio climรกtico, pero estudiarla fortalece nuestro conocimiento cientรญfico.

Hace veinte aรฑos aseguraba que en el centro de observaciรณn de la atmรณsfera de Tasmania habรญan detectado compuestos clorados, producidos por la acciรณn humana. La declaraciรณn era importante: ya no habรญa aire puro en la tierra. ยฟCuรกl es el estado del aire en estos momentos?

Llamamos contaminantes a los compuestos daรฑinos para la salud, pues se encuentran en el aire e inevitablemente ingresan al interior de los organismos vivos que respiran, ya sea en forma de gas o a travรฉs de partรญculas. Pero son locales y afectan a la calidad de vida de ciudades como la de Mรฉxico, que se halla en una cuenca rodeada de montaรฑas y de zonas industriales. Los contaminantes que deberรญan preocuparnos mรกs son las partรญculas que llegan al corazรณn y ocasionan muertes prematuras, o bien impiden un desarrollo normal de los pulmones y corazรณn en niรฑos expuestos. En el otro extremo de este grupo de compuestos potencialmente daรฑinos estรกn algunos gases que no consideramos contaminantes porque son muy estables e inocuos, en principio. Eso sucediรณ con los cfc que dejaban rastro en todo el planeta, incluso en Tasmania, y nadie se alarmaba pues en realidad no son directamente nocivos para la salud. Lo mismo sucede con el diรณxido de carbono, que existe en forma natural y es parte de un ciclo bรกsico de la vida en la Tierra, el del carbono. Los carbohidratos, necesarios para nuestra alimentaciรณn, se producen cuando las plantas absorben de la atmรณsfera el diรณxido de carbono y, junto con vapor de agua, los sintetizan durante la fotosรญntesis. Al cocinarlos hacemos que ciertos seres vivos despidan diรณxido de carbono y vapor de agua. Puesto que es parte de un ciclo, el diรณxido de carbono se mantuvo mรกs o menos constante en los mismos niveles durante milenos, excepto en las glaciaciones, cuando disminuyรณ de forma significativa afectando el clima. El problema ahora es que la presencia de este gas ha crecido un 40% desde que iniciรณ la revoluciรณn industrial, a mediados del siglo XIX. Y no podemos llamarlo un contaminante en tรฉrminos estrictos, dado que, como sabemos, forma parte de un ciclo natural. Tampoco podemos hacer caso omiso del hecho de que un ciclo que se mantuvo estable durante miles de aรฑos cambie tan repentinamente, en unas cuantas dรฉcadas. Y no hay duda de que esto se debe al uso intensivo de combustibles fรณsiles.

ยฟEn dรณnde radica la peligrosidad del diรณxido de carbono?

Puede permanecer muchos aรฑos en la atmรณsfera. Aunque alrededor de la mitad lo absorben relativamente pronto los ocรฉanos y una parte mรกs se queda flotando en el ambiente durante unas dรฉcadas, otra cantidad puede permanecer mรกs de mil aรฑos, lo cual lo convierte en un riesgo real. La composiciรณn quรญmica de la atmรณsfera del planeta cambia, pero hay que asegurarse de llevar a cabo mediciones fuera de las zonas industriales, donde es claro que el clima ha sido afectado, para saber si en las cimas de las montaรฑas, en los polos y en Tasmania los cambios empiezan a ser mรกs preocupantes de lo que ya son.

ยฟEn quรฉ estado se encuentra la producciรณn de cfc y hfc? ยฟAรบn existe un mercado ilegal de estos gases industriales?

Es proporcionalmente bajo. Se siguen fabricando, pero no a una escala industrial, para alimentar a algunos refrigeradores viejos que irรกn desmantelรกndose en el futuro cercano. Su volumen disminuyรณ en forma notable gracias a un proyecto cuyo objetivo era destruirlos. Un problema que persiste, por fortuna tambiรฉn de escala menor, es el de los hfc de algunos equipos de aire acondicionado. Hay que permanecer alertas para que este mercado negro no continรบe.

En la Cumbre de Parรญs del aรฑo pasado se tomaron algunas medidas, pero ยฟquรฉ puede conseguirse en la Realpolitik?

Hace ya dos dรฉcadas que las Naciones Unidas comenzaron a preocuparse por el cambio climรกtico, y con la puesta en marcha del Protocolo de Montreal algunos pensamos que las cosas comenzarรญan a resolverse. Pero no fue asรญ. En los รบltimos veinte aรฑos no ha pasado mucho. Hubo un acuerdo que tuvo cierta repercusiรณn en los medios, el de Kioto, aunque fracasรณ porque enfocaba el problema en forma sesgada y buscaba que solo los paรญses desarrollados tomaran acciones pertinentes. Los paรญses en desarrollo argumentaban que, dado que aquellos eran los que habรญan contaminado, debรญan empezar a pagar por sus actividades. Era un error, pues estรก claro que economรญas emergentes como China y Mรฉxico debรญan contribuir a la soluciรณn dado que son parte del problema. En la actualidad esa postura ha quedado atrรกs y casi todos los paรญses estรกn de acuerdo en asumir su responsabilidad. Al momento de extender el acuerdo de Kioto, no funcionรณ. Evidentemente, no se puede reducir de manera drรกstica el uso de combustibles fรณsiles, pues causarรญa un grave daรฑo a la economรญa, pero se espera que todos acepten un impuesto a las emisiones. Muchos economistas estรกn a favor de esta clase de estรญmulos para que las fuentes alternativas de energรญa sean competitivas. Lo cierto es que es urgente revertir la tendencia actual.

ยฟEl costo inicial serรญa factible de pagar?

El 1 o 2% del pib mundial parece exagerado en un principio, pero si consideramos los daรฑos que ocasionarรก seguir a este ritmo, los costos son mรญnimos.

ยฟSe necesita que todos los paรญses sin excepciรณn ratifiquen un acuerdo de estas caracterรญsticas?

Eso serรญa lo ideal, pero un obstรกculo importante lo representa la composiciรณn actual del Congreso de Estados Unidos, dominado por republicanos que niegan por principio la seriedad del cambio climรกtico. Es una actitud totalmente irracional que espero cambie al menos en esta dรฉcada. Asรญ que en prรณximas reuniones no creo que se produzcan cambios significativos, pero sรญ que nos movamos en la direcciรณn correcta, que cada paรญs asuma un compromiso voluntario y lleve ante la asamblea su propia agenda de reducciรณn que, por lo demรกs, no serรก suficiente. Es un primer paso.

ยฟQuรฉ deberรญan hacer paรญses con economรญas emergentes como Mรฉxico?

Intentar ser lรญderes y motivar a otras economรญas similares. Hay que advertir que, por sus costas y litorales extendidos, Mรฉxico es vulnerable al cambio climรกtico. Aรบn mรกs vulnerables son los paรญses isleรฑos, aunque tambiรฉn las naciones ricas como Estados Unidos sufrirรกn trastornos de dimensiones insospechadas, asรญ que es urgente tomar cartas en el asunto. El cambio climรกtico estรก saliendo muy caro en tรฉrminos ambientales, pero es relativamente barato si solo pensamos en el presente. Hay que recordar que durante la administraciรณn de Felipe Calderรณn, con quien colaborรฉ, Mรฉxico organizรณ en Cancรบn una reuniรณn que ayudรณ a empezar a resolver algunos de estos problemas. Desde entonces nuestro paรญs adquiriรณ compromisos vinculantes y se comprometiรณ a mantener e incrementar el porcentaje de energรญas renovables, mรกs del 30% para 2028. Existe otro tipo de compromisos que no son vinculantes sino que dependen de si hay recursos financieros de organismos internacionales.

Se ha dicho que el papel de los paรญses emergentes con mucha poblaciรณn serรก indispensable en las medidas para combatir el cambio climรกtico, como China e India.

El gobierno chino ha manifestado su interรฉs por ayudar a resolver el problema. El primer ministro hizo declaraciones conjuntas con el presidente Obama que apuntan en esa direcciรณn. Hay cierta preocupaciรณn por India, dado que estรก comenzando a despegar. La idea, sin embargo, es que todos los paรญses del mundo colaboren. Los conservadores y republicanos ya no tendrรกn el pretexto de no hacer nada โ€œporque de todos modos China va a contaminarโ€. El reto ahora es cรณmo llevar a la prรกctica estos compromisos, quรฉ medidas concretas habrรกn de aplicarse. Es algo en lo que el equipo de investigaciรณn en el Centro Mario Molina ha estado trabajando con los distintos niveles de gobierno en Mรฉxico.

ยฟQuรฉ tipo de compromisos deberรญan asumirse?

Compromisos donde todos ganan, medidas que tienen el objeto de mejorar la eficiencia energรฉtica y debido a las cuales todas las partes resultan beneficiadas, con o sin cambio climรกtico.

Todavรญa persiste una corriente que, pese a la contundencia de los estudios cientรญficos y los datos que prueban las alteraciones climรกticas de origen antropogรฉnico, niega el cambio climรกtico.

Los conocimientos cientรญficos sobre el sistema complejo que llamamos clima son vastos y se remontan al siglo XIX. Sabemos muy bien cรณmo funcionan los ciclos bรกsicos y conocemos el efecto de invernadero natural, gracias al cual el promedio de la temperatura de la superficie del planeta es alrededor de 15ยบc, mientras que si no existiera dicho efecto serรญa de -18ยบc: todo estarรญa congelado y no podrรญamos sobrevivir. Para saber quรฉ pasa en un sistema complejo y un poco caรณtico, que tiene factores casi impredecibles como pronosticar los cambios que podrรญan producirse en las nubes y en las partรญculas atmosfรฉricas, hay que realizar proyecciones y construir diversos modelos de escenarios futuros, desde los mรกs conservadores e indolentes, donde la sociedad no hace nada, hasta los mรกs expeditos. Otro aspecto arduo es adivinar dรณnde va a llover mรกs y dรณnde habrรก mayor sequรญa. Tenemos indicios, como sucede en el norte de Mรฉxico con sus prolongadas temporadas sin lluvias, pero a nivel global es poco lo que podemos adelantar. Asรญ que responderรญa la pregunta reconociendo que quienes tienen intereses en desvirtuar los efectos que estรก produciendo el cambio climรกtico aprendieron la lecciรณn de las compaรฑรญas tabacaleras y contrataron a las mismas agencias de publicidad para sembrar la confusiรณn en los medios y despertar dudas en el pรบblico. Los cientรญficos tenemos que aprender a comunicarnos mejor con la sociedad.

Se confirmรณ que la temperatura global ha aumentado. ยฟQuรฉ escenario podemos esperar si seguimos como hasta ahora?

Los cรกlculos suponen un aumento de dos o tres grados mรกs hacia finales del siglo XXI, lo cual es muchรญsimo. El riesgo es enorme, pues la humanidad ingresarรญa de manera voluntaria a una ruleta rusa, donde hay una probabilidad de uno a cinco de que la temperatura se eleve un par de grados, en cuyo caso la catรกstrofe serรญa inimaginable, pues muchas regiones del planeta se volverรญan inhabitables, las migraciones serรญan masivas, de millones de personas, y la producciรณn agrรญcola podrรญa verse tremendamente afectada.

ยฟEntonces es falso que algunas partes del planeta podrรญan beneficiarse de dichos cambios en el clima? Se ha planteado que, a consecuencia del cambio climรกtico, un desierto podrรญa volverse un vergel y viceversa.

Quizรก al principio, pero si la temperatura sigue subiendo todo mundo va a perder. Por eso estamos tratando de convencer a la sociedad no de que โ€œcreaโ€ en el cambio climรกtico, ni siquiera de que acepte nuestras hipรณtesis y probables escenarios, sino simplemente de que piense si es un riesgo aceptable no solo para los que vendrรกn sino para esta misma generaciรณn, que ya estรก sufriendo las primeras consecuencias. Aunque los cambios que observamos sean pequeรฑos ya no hay justificaciรณn para decir: โ€œEsto lo dejamos para que lo resuelvan otros en el futuro.โ€ No, porque lo que hemos hecho es prรกcticamente irreversible. A las generaciones futuras no les vamos a dar siquiera la oportunidad de actuar si no empezamos nosotros ahora.

Hasta el momento las fuentes alternativas de energรญa son intermitentes y casi tan contaminantes como las convencionales. ยฟSe espera que pasen en un futuro prรณximo a un nivel de tecnologรญa mรกs limpio y confiable?

Las fuentes alternativas de energรญa son muy importantes y en el centro estamos trabajando mucho en ellas. Hemos encontrado que se puede resolver el problema con un costo limitado, si todos lo hacemos de una manera creativa. El detalle es que hay que hacer varias cosas al mismo tiempo, una sola no resuelve el problema, asรญ que hay que usar de manera mรกs eficiente la energรญa (focos frรญos, etcรฉtera) y al mismo tiempo seguir refinando tecnologรญas. De hecho, hemos visto cรณmo los costos de producciรณn y los precios a los usuarios han disminuido notablemente. En algunos sitios, como en el sur de Mรฉxico, empieza a ser rentable aprovechar la energรญa eรณlica. Un obstรกculo es cรณmo almacenarla. En el sur de Espaรฑa lo resolvieron colocando plantas de energรญa solar y bombas de almacenamiento en la cima de una montaรฑa muy elevada. Cuando hay sol, bombean agua y, cuando no, la dejan caer para generar energรญa. Sin duda las pilas son costosas y contaminantes, pero se estรก trabajando para encontrar alternativas. Otro ejemplo lo tenemos en Sevilla y en Marruecos, donde se usan plantas de generaciรณn no fotovoltaicas sino tรฉrmicas, las cuales aprovechan la luz del sol y almacenan la energรญa en grandes contenedores llenos de sales inorgรกnicas. Asรญ son capaces de proveer de energรญa elรฉctrica a toda la ciudad durante las primeras horas de la noche. Debemos ser muy creativos al enfrentar el problema.

ยฟY la energรญa nuclear? Hay investigadores que trabajan en una nueva generaciรณn de plantas mรกs seguras.

Los nuevos diseรฑos estรกn resolviendo problemas bรกsicos de seguridad y construcciรณn, pues el costo de las viejas plantas era muy elevado. Hay que fomentar todas estas soluciones alternativas, por lo que en prรณximas reuniones internacionales debemos considerar en nuestras agendas una reducciรณn drรกstica de combustibles fรณsiles para mediados de siglo.

ยฟLa fusiรณn en frรญo del รกtomo es factible?

Sรญ, en los รบltimos meses hemos sabido de avances notables. Acabo de estar en el Massachusetts Institute of Technology y algunos prototipos se ven prometedores. Vale la pena seguirles la pista porque hasta hace muy poco se decรญa que estรกbamos a cincuenta aรฑos de la nueva revoluciรณn energรฉtica, y dos dรฉcadas mรกs tarde seguรญamos a cincuenta aรฑos de encontrar soluciones prรกcticas. Todo eso cambiรณ los รบltimos aรฑos. Tal vez dentro de algunas dรฉcadas se puedan cristalizar las ideas.

Hay tambiรฉn dudas acerca de la conexiรณn entre el cambio climรกtico y la calidad del aire.

Existe una conexiรณn. El caso mรกs claro es el de China, cuya contaminaciรณn del aire es grave y, si bien se trata de un asunto local, es causada por las plantas termoelรฉctricas que utilizan carbรณn como combustible, la forma mรกs sucia de generar energรญa, y que agudizan el efecto invernadero. El gobierno chino se ha comprometido pรบblicamente a crecer prescindiendo de dichas plantas. Son, pues, dos problemas separados cuya soluciรณn tiene beneficios mutuos. Lo interesante es que distintas empresas europeas, automotrices o incluso petroleras, han manifestado su interรฉs por alcanzar una legislaciรณn clara donde sepan quรฉ precio se les va a imponer a las emisiones contaminantes. Y algunas tambiรฉn lo hacen por simple responsabilidad social, lo cual puede ayudar mucho a lograr acuerdos razonables en tรฉrminos ambientales y econรณmicos. ~

+ posts

escritor y divulgador cientรญfico. Su libro mรกs reciente es Nuevas ventanas al cosmos (loqueleo, 2020).


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: