Carnage

Reseรฑa de la รบltima de Roman Polanski, cinta pesimista como pocas.ย 
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Carnage es una radiografรญa de cuatro adultos modernos: por un lado, un exitoso abogado (Christoph Waltz) que no para de hablar en su celular y su sofisticada y guapa esposa (Kate Winslet), y por el otro, un pragmรกtico vendedor de electrodomรฉsticos (John C. Reilly) y su mujer (Jodie Foster), quien vive conmovida por los atroces acontecimientos que azotan รfrica.

Si Freud definiรณ a los niรฑos como “perversos polimorfos”, para Roman Polanski, en esta pelรญcula, los adultos  serรญan “perversos polisicomorfos” elevado a la dรฉcima potencia. La รบltima pelรญcula del director franco-polaco, estrenada en el pasado Festival de cine de Venecia, a pesar de no tener la fuerza cinematogrรกfica de otras de sus obras, resulta muy atractiva por el tema que maneja. El elenco tambiรฉn justifica que Polanski haya decidido adaptar para el cine la exitosa obra de teatro francesa de Yazmina Reza, El Dios del Carnage.

Aรบn siendo una adaptaciรณn del teatro, y de estar sujeta a las tres reglas de oro aristotรฉlicas (unidad de espacio, de tiempo y de acciรณn), esta pelรญcula no es, utilizando el tรฉrmino despectivo que utiliza Bresson, teatro bastardo, es decir, teatro filmado. Aprovechando los recursos del cinematรณgrafo, gracias a una precisa y econรณmica direcciรณn de cรกmaras y de actores, Polanski nos va mostrando signos muy precisos, detalles que a travรฉs del montaje terminan por revelarnos un mapa psicolรณgico del hombre sumergido en esta รฉpoca moderna.

Tal vez los meses que tuvo que pasar Polanski recientemente en la cรกrcel bajo arresto domiciliario en su casa en Suiza -por el escรกndalo de abuso sexual por el que fue acusado en 1977- influyeron en su decisiรณn de recluirse en un departamento y hacer esta pelรญcula.

En la primera escena, silenciosa y distante, vemos cรณmo un niรฑo golpea fuertemente la boca de un compaรฑero con un palo.  A partir de este punto la historia se centra en los papรกs de ambos niรฑos que se encuentran reunidos para discutir el evento. Al principio, parece que todo se va a resolver de manera muy civilizada, pero mientras va transcurriendo la tarde, los cuatro personajes se transforman en seres grotescos y se presentan como lo que en el fondo son: egoรญstas, convenencieros, hipรณcritas y llenos de odio.

Despuรฉs de ver la pelรญcula, queda claro que Polanski es un pesimista; ha concluido que el dios de Carnage impregna el ambiente. Carnage, del latรญn caro (carne), significa masacre, los cadรกveres amontonados despuรฉs del suceso. En una reciente entrevista al diario francรฉs Le Fรญgaro, Polanski dijo:  -“La pelรญcula satiriza los valores convencionales que la burguesรญa tiene como polรญticamente correctos y muestra la hipocresรญa de la cortesรญa enmascarada detrรกs de falsas sonrisas. Los cuatro personajes al principio son muy corteses pero al final resultan ser unos monstruos, cada uno a su manera, listos para atacar.”

En este microcosmos, un departamento de clase media-alta de Nueva York, Polanski va desentraรฑando, con maestrรญa y buen humor, la psique del ser humano adulto occidental y “burguรฉs”. En un principio todos los personajes adoptan las formas polรญticamente correctas y se comportan al pie de la letra bajo las reglas del buen vecino. Sin embargo, poco a poco se alejan unos de los otros; distanciados por su individualidad, cada uno comienza a juzgar desde su propia visiรณn del mundo, desde su subjetividad mรกs profunda. Ante este abismo, todos los demรกs son unos idiotas cuando se trata de defender el interรฉs personal. Al final nos percatamos de que todos somos jueces, vรญctimas y verdugos. El verdadero soberano de nuestras cabezas son nuestros prejuicios.

La distintas cosmovisiones que cada personaje expone a lo largo de la hora y veinte minutos que dura la pelรญcula se confrontan en tiempo real, hasta que las parejas toman partido abiertamente por sus hijos y, ultimadamente, por sรญ mismos. Todos pierden los escrรบpulos y se comportan incluso de una manera mรกs infantil que sus propios hijos -que despuรฉs vemos en la รบltima escena, otra vez de manera silenciosa y distante, platicando cordialmente.

25 millones de dรณlares y 6 semanas de rodaje le permitieron a Polanski dirigir otro largometraje a sus 77 aรฑos. A pesar de tener la pelรญcula secuencias inverosรญmiles, como una tremenda y sรบbita borrachera que se ponen todos con dos whiskys, el tono cรณmico manejado a lo largo del film cubre, y a veces hasta justifica, semejantes escenas. 

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Productor de cine. Director de la escuela de cine Arte 7.


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