Una de las mejores películas mexicanas recientes, el debut en cine del director de teatro Francisco Franco se apoya en personajes, más complejos de lo que aparentan, que buscan –y no logran– inscribirse en la “normalidad”. En la ciudad de Zacatecas y tras la muerte de su madre, una pareja de hermanos habita una casa que, según se vea, les sirve de guarida o prisión. La orfandad y el aislamiento los lleva a establecer un vínculo extremo; a la vez que sus deseos y temperamentos son incompatibles con los códigos cerrados de la alta sociedad zacatecana. Todo ello es tratado por Franco con empatía y meticulosidad. La experiencia teatral de Franco se hace evidente en la buena dirección de actores (sobresale Irene Azuela) y en la significación de espacios –la casa, la escuela, las calles– con atributos propios, y que operan dentro de la historia como un personaje más. ~
es crítica de cine. Mantiene en letraslibres.com la videocolumna Cine aparte y conduce el programa Encuadre Iberoamericano. Su libro Misterios de la sala oscura (Taurus) acaba de aparecer en España.