El 4 de julio de 2011, durante los festejos del dรญa de la independencia de Estados Unidos se registra en Los รngeles un ataque con explosivos en la oficina de la fuerzas antinarcรณticos. Prรกcticamente acaba con todos los agentes que pisaban los talones de uno de los mรกs peligrosos carteles mexicanos. La situaciรณn provoca que distintos representantes en Washington exijan al presidente la intervenciรณn del ejรฉrcito estadounidense, que se declare la guerra a Mรฉxico para acabar de una vez por todas con el narcotrรกfico.
Para evitar que crezca el conflicto hasta ese punto, la subsecretaria Shane Dickson reรบne a un equipo de tres personas para que combata al cartel de Mendoza en un operativo que los llevarรก desde California a Chihuahua utilizando armamento como pistolas, rifles, ametralladoras, granadas, lanzacohetes y mรกs. Esa es la premisa de Call of Juarez: The Cartel, videojuego de gatillero en primera persona que acaba de salir al mercado, pero cuya polรฉmica iniciรณ desde el anuncio de su desarrollo hace unos meses.
Este es el tercer tรญtulo de una serie que se habรญa distinguido por su acciรณn en el viejo Oeste, tambiรฉn ocurriendo en la zona fronteriza entre Mรฉxico y Estados Unidos, pero antes se iba tras un tesoro que supuestamente se habรญa entregado a los conquistadores por el rescate de Moctezuma. Para traer la acciรณn a la รฉpoca actual se modernizรณ la temรกtica, involucrando la lucha contra el narco en la regiรณn, pero bajo tres perspectivas distintas, la de un ex infante de marina, una condecorada joven agente del FBI y un policรญa veterano.
Los motivos y conflictos en la historia de cada personaje los coloca ante diversos dilemas morales. Por ejemplo, en los escenarios hay ocasionalmente fajos de billetes regados y se pueden dejar allรญ, o bien, nuestro personaje se los puede embolsar. De manera similar, ocasionalmente se reciben llamadas telefรณnicas en las que se nos solicita algo y depende de nuestra decisiรณn si realizamos o no una misiรณn a espaldas de nuestros compaรฑeros, ya sea por un favor que debemos o simplemente por dinero. ¿Quรฉ hacer si les ofrecen una considerable suma por quemar un cargamento y asรญ alzar el precio de la droga en las calles? Esa es la clase de cuestiones a las que se enfrenta el jugador. Por su parte, el tรญtulo no juzga los acontecimientos, ni los mรฉtodos, solo nos hace partรญcipes de la disyuntiva -estar de un lado u otro de la ley- aunque sin alentarnos hacia escoger algรบn bando.
El tema es novedoso para un videojuego, al menos asรญ de explรญcito. Hay malas palabras, traiciones, graffiti, plantรญos, trata de blancas, persecuciones en vehรญculos y balaceras. No obstante, comparado con lo que vemos en los noticieros, el juego llega a parecer bastante inocente.
En un estudio realizado entre 2005 y 2008 por el Centro de Investigaciรณn Econรณmica para Europa y las Universidades de Texas y Baylor, se encontrรณ que los videojuegos violentos tienen dos efectos, el primero es que ocasionan conductas violentas en sus usuarios, y el segundo, muy superior al primero, es que consumen tiempo, lo que se ha traducido en una reducciรณn considerable en el รญndice de crรญmenes violentos en Estados Unidos. Es decir, mantienen a los criminales en potencia ocupados. Creo que cualquiera preferirรญa un criminal de sillรณn y monitor que a uno en las calles. Pero al margen de eso, ¿podrรญa un videojuego ayudar a combatir realmente al narcotrรกfico en Mรฉxico? Asรญ como el gobierno de Estados Unidos se ha dedicado a promover a sus fuerzas militares y reclutar a jรณvenes mediante los tรญtulos de America’s Army, en Mรฉxico se podrรญa pensar en una estrategia de entretenimiento interactivo con el objetivo de disminuir el crimen. Considerando que la Secretaria de Seguridad Pรบblica invirtiรณ mรกs de 118 millones de pesos en la serie televisiva “El Equipo”, se podrรญa pensar en un presupuesto similar que no sรณlo alcanzarรญa para la producciรณn de un videojuego, sino tambiรฉn para hacer llegar computadoras o plataformas para comunidades. La idea no es necesariamente la de un juego propagandรญstico, pero al menos la de uno que mantenga a los jรณvenes entretenidos.
En febrero, el congresista de Chihuahua Ricardo Boone habรญa solicitado que se prohibiera el tรญtulo, argumentando que no hay que exponer a los niรฑos a esta clase de escenarios. Lo que olvidaba Boone es que el videojuego es una obra de ficciรณn dedicada a un pรบblico adulto, por lo que los reclamos carecen de fundamentos. Personalmente, Call of Juรกrez me pareciรณ un tรญtulo emocionante que, mรกs allรก de su temรกtica y violencia explรญcita, sostiene un discurso en contra del narcotrรกfico.
Fue coordinador editorial de la revista de mรบsica R&R, ha sido crรญtico de cine y videojuegos desde hace mรกs de 10 aรฑos en distintos medios de comunicaciรณn incluyendo El Centro, Atomix y Radioactivo,