Foto: ProtoplasmaKid, CC BY-SA 4.0 , via Wikimedia Commons

Fonoteca Nacional, agravio sonoro

El Colectivo Fonoteca 3000 logró frenar el despido del 72% del personal de esa institución, previsto por la Secretaría de Cultura. Pero las condiciones en que el personal será recontratado, con la mitad del sueldo y a la mitad de la capacidad, harán irrealizables proyectos de extensa y distinta índole previstos para 2021.
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La Secretaría de Cultura (SC) de México trató de silenciar a la Fonoteca Nacional.

Para alcanzar tal meta optó por el despido de 93 trabajadores adscritos bajo el régimen de capítulo 3000: servidores públicos contratados por honorarios con las obligaciones que estipula la ley, pero sin los derechos que les corresponden. La cifra era equivalente al 72% del personal de la institución. ¿Quién iba a notarlo? 

El despido de tres cuartas partes del personal, aseveró la SC, no afectaría las “actividades sustantivas”, lo cual nos obliga a preguntarnos qué se debe entender por tales.

Lo llamamos despido sin desacato a la verdad, pues de eso se trataba. Para las autoridades culturales no se trataba de un cese. Era llanamente el vencimiento de contratos, que no serían renovados, puesto que no forman parte de lo que se llama “los basificados”, “la estructura”.

Esta política laboral, iniciada en la década de los noventa, fue útil para administraciones priistas y panistas, y lo es para la actual. A los trabajadores se les contrata por un plazo determinado y se les recontrata poco después de que vence, por lo que no generan derechos ni antigüedad. En varias dependencias del sector, una parte importante del personal ha estado sujeto a esta dinámica por plazos de cinco años, diez años y hasta más.

Esta vez, el despido o “no recontratación” fue justificado por la austeridad, como sucedía en el pasado, y por la contingencia sanitaria derivada de la pandemia de covid-19. La austeridad, en el caso de la Fonoteca, se remonta a 2014, año desde el que su presupuesto no ha dejado de ir a la baja. El más reciente descenso fue de 18.18%; de los 9 millones 74 mil 953 pesos que tuvo en 2020 a los 8 millones 181 mil pesos para 2021. El recorte de tres cuartas partes del personal era la última embestida. Y qué mejor momento para instrumentarlo que las últimas semanas del año pasado.

Pero la SC no lo logró.

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El agravio fue detenido por la reacción inmediata de los afectados, quienes conformaron el Colectivo Fonoteca 3000. Llama la atención la eficacia y celeridad con la que el colectivo respondió para encarar el desafío. Los amagaron en época de Navidad y se pusieron de pie. Asimismo, la prudencia que tuvieron para responder a cada una de las réplicas con las que intentó atajarlos la SC.

El Colectivo recabó más de 500 firmas de una comunidad que les mostró su afecto, como defensores de la Fonoteca. Eminentes coleccionistas que habían depositado sus acervos sonoros bajo la custodia de la Fonoteca externaron su preocupación. Entre estas deben destacarse las valerosas declaraciones del maestro Mario Lavista a la periodista Angélica Abelleyra; a los herederos de Eduardo Mata, a Discos Corasón y tantos y tantos más que alzaron su voz.

El 22 de enero se dio a conocer que los trabajadores serán recontratados de manera escalonada y con sus sueldos reducidos a la mitad; se supone que las cargas de trabajo también serán menores. Los periodos de contratación serán de seis a nueve meses. Los salarios, que oscilaban entre ocho mil y 24 mil pesos, se ajustarán a entre 6 mil y 15 mil. A algunos los recontratarán en breve y a otros hasta mediados de año, prometió la SC. Los integrantes del Colectivo precisaron que han aceptado bajo protesta y que continuarán pugnando por las demandas de su pliego petitorio, entre otras el reconocimiento como trabajadores dentro de la estructura de la Fonoteca.

Las condiciones son infames, pero no detuvieron al Colectivo. En su mayoría, el personal las ha ido aceptando para salvar el patrimonio sonoro de México. Eso tiene que quedar claro. Por su parte, la SC dejó claro también que la basificación de los trabajadores adscritos por capítulo 3000 depende de la Secretaría de Hacienda y la Cámara de Diputados. Los trabajadores no contarán, pues, con el apoyo de la dependencia para buscar la regulación laboral que han demandado tanto Fonoteca 3000 como varios colectivos más a lo largo de la administración actual.

Mientras tanto, el riesgo para la Fonoteca Nacional persiste, y es grave.

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El desalmado asalto a una de las instituciones sonoras más reconocidas de América Latina provino, no dejemos de subrayarlo, de la Secretaría de Hacienda. La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, y el director de la Fonoteca, Pavel Granados Chaparro, acataron sin más.

Tal como se ha reportado, el 8 y 9 de diciembre de 2020 los directores de área de la Fonoteca se comunicaron vía remota con su personal adscrito como Capítulo 3000, para confirmarles que serían recontratados. Buenas noticias.

Pero el 23 del mismo mes volvieron a convocarlos a una reunión con carácter de urgente. Les informaron que en realidad no habría recontratación. Hacienda había impuesto un recorte presupuestal de último momento, a causa de la pandemia, lo que orillaría a reducir al mínimo el personal.

La instrucción debió haberse dado por escrito. Hasta el presidente de México, cuando impuso el recorte del 70% del gasto a las actividades operativas del sector público en 2020, con la intención de obtener recursos para encarar la crisis económica y de la pandemia, tuvo que emitir un decreto, que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación.

En una de las entrevistas que concedió, Granados explicó que el presupuesto no contemplaba los sueldos de los capítulos 3000, y que ese monto salía de ampliaciones presupuestales a lo largo del año. Así habría sucedido en 2020, cuando la cifra se elevó de 9 millones 74 mil 953 pesos a 30 millones 600 mil. Al menos, entonces, la SC habría sido avisada de que esas ampliaciones no sucederían en 2021.

Si la orden se dio solamente a través de una llamada, es válido preguntarse qué valor tiene lo establecido en el Presupuesto de Egresos de la Federación, aprobado por la Cámara de Diputados. Lo confusión causada por el desaseado manejo político e informativo arroja una vez más sospechas sobre la transparencia de la institución central del sector cultural.

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El 29 de diciembre, el Colectivo Fonoteca 3000 alertó a la comunidad cultural de lo que sucedía. Al día siguiente la Secretaría de Cultura trató de cercarlos, con los malos modos que se han vuelto la tónica de la institución:

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México informa que es falsa la información que circula sobre el riesgo que corre la Fonoteca Nacional. Afirmamos que se garantiza el cumplimiento de las actividades sustantivas de la Casa de los Sonidos de México, como son salvaguardar el patrimonio sonoro del país, a través de mecanismos para la recopilación, conservación, preservación, acceso y conocimiento del acervo, así como fomentar una cultura de escucha.

Ni una línea acerca del punto central: la no recontratación del personal del cual dependen las actividades sustantivas.

Granados no dio la cara, ni siquiera virtual, a los trabajadores.

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Los datos son contundentes. Los encontramos tanto en Fonoteca Nacional. 10 años preservando la memoria sonora de México para el futuro (México, Secretaría de Cultura y Fonoteca Nacional, 2018), como en distintos reportes de la institución a los que se tuvo acceso.

La Fonoteca Nacional se inauguró en diciembre de 2008 con un acervo de 214 mil 294 soportes sonoros inventariados. En diez años la cifra subió a 542 mil 738.

El proceso de inventario comienza por asignarle un número al soporte tan pronto ingresa a la institución. Luego, cada soporte debe ser escuchado para identificar sus contenidos y preparar las fichas de catálogo. Posteriormente inicia el proceso de digitalización, laborioso y de alta exigencia técnica.

Los soportes están distribuidos en 206 fondos y colecciones: 76 de investigadores y creadores, 64 de coleccionistas particulares, 41 de fondos institucionales y 25 de fondos de radiodifusoras.

Para 2018, solo 186 mil soportes sonoros, 36% del total, estaban digitalizados.

Esta numeralia permite concluir que, más que un recorte del 72% del personal, lo que necesita la Casa de los Sonidos de México es la incorporación de más profesionales. Lo mismo puede señalarse acerca del presupuesto.

Por eso, el Colectivo no apostó por sus puestos de trabajo: apostó por la Fonoteca Nacional.

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El patrimonio sonoro está bajo amenaza. Una y otra vez, en entrevistas a los medios, Granados hizo llamados a “la tranquilidad” de los coleccionistas.

Era embarazoso escucharlo condicionar las actividades esenciales de la Fonoteca a las ampliaciones presupuestales que, daba por sentado, no recibiría a lo largo de 2021, y que parecía indispuesto a pelear. Los recontrataremos de manera escalonada, decía Granados, aunque no recibirán el mismo ingreso. No se trata de una disminución en sus honorarios, sino que será lo que corresponda a su faena, apelaba con la inquietante lógica de un capataz. Granados, cabe señalar, estuvo contratado como capítulo 3000 durante la administración anterior La culpa, se excusaba, es de la pandemia, así que dependemos del semáforo sanitario.

De tal manera decidía ignorar los altos índices de productividad que el personal que no defendía alcanzó durante la crisis sanitaria. La glosa de esos logros, que podemos sustentar, ameritaría por sí solo un capítulo más.

Eso sí, durante 2020 como consta en los reportes, puso a la Fonoteca a disposición de la Secretaría de Salud. El año pasado se catalogaron 174 registros de las conferencias de prensa del subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, y se revisaron 3 mil 588 fichas de catalogación de programas radiofónicos relativos a la pandemia del Covid.

Para eso, a Granados no le afectó el semáforo rojo.

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La recontratación del personal, con la mitad del sueldo y a la mitad de la capacidad, hará irrealizables los proyectos, de extensa y distinta índole, previstos para 2021.

Granados declaró en distintas entrevistas que apenas estaba finalizándose el plan de trabajo para este año. Tales afirmaciones faltan a la verdad. Lo que estaba haciendo era reajustarlo, a partir de las indicaciones presupuestales de último momento que habría recibido de la Secretaría de Hacienda, a través de su secretaria de Cultura.

Las dependencias públicas perfilan sus programas con antelación, pues en eso se basará la solicitud de presupuesto que presentan al Ejecutivo, quien a su vez la revisará, aprobará y/o ajustará, para integrarla al Programa de Egresos de la Federación, que enviará al Congreso de la Unión, para su aprobación.

Enumeremos algunos de esos proyectos.

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En el Área de Cuarentena de la Fonoteca existen 29 colecciones, ingresadas de 2018 a la fecha, que están a la espera de restauración y conservación. De no llevarse a cabo estos procesos, se afirma en documentación obtenida durante esta búsqueda, no podrán ser manipulados. En las condiciones actuales, inclusive, se encuentran en una situación clasificada como “no óptima” para su “permanencia física”.

La lista incluye las colecciones de Fernando Toussaint, el Fondo José Ávila de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Álvaro Gálvez y Fuentes, el Acervo Sonoro Cinematográfico, declarado “Memoria del Mundo” por la UNESCO, Luis Echeverría Álvarez, Carlos Monsiváis, Carlos Alberto Gorozpe y Hernández,  José Luis Martínez Rodríguez, Armando Pous, la Fundación Miguel Alemán, Reynaldo Mota Molina, Enrique Rivas Paniagua, Juan Arvizu, la Fonoteca Ada Navarrete de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, Juan Manuel Espinosa Gutiérrez, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Francisco López Morales, Pedro Ramírez Vázquez, Gabriela Sosa Martínez, Juan Valero Capetillo, Diego Flores Magón Bustamante, Jaime Sabines-Pilar Jiménez Trejo, Radio Teocelo, Reynaldo Mota Molina y Radio Educación: Su casa y otros viajes.

Estas colecciones suman un total de 13 mil 779 soportes sonoros. 11 mil 163, el 81%, están pendientes. A Frausto y a Granados esto no les parece “sustantivo”.

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En tanto, la Dirección de Investigación de la Fonoteca tenía planeado identificar fondos y colecciones en riesgo de desaparecer a nivel nacional, generar los contenidos para la plataforma de Música Mexicana MusitecaMx, y continuar con la elaboración del catálogo de los fondos y colecciones de la institución para que sean del conocimiento de los usuarios. En particular, un catálogo de instrumentos musicales, un tesauro de géneros y categorías de las regiones de México, más otro catálogo con los instrumentos musicales de seis de ellas. Además, un libro-disco sobre las primeras grabaciones de música del porfiriato y un libro sobre el rock mexicano, entre otros proyectos.

Estas son actividades sustantivas.

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Por su parte, el Departamento de Restauración Digital de Audio contaba con la aprobación del comité curatorial de la Fonoteca para ocuparse de los siguientes soportes sonoros:

• María Teresa Rodríguez (febrero)

• Conferencias de Salvador Novo (marzo)

• Orquestas Típicas (abril)

• Música grabada en Michoacán por Raúl Hillmer (mayo)

 • Concierto dirigido por Clemens Krauss (junio)

• Entrevista a Manuel M. Ponce (julio)

• Música grabada del Porfiriato, segunda parte (agosto)

• Conferencia de Octavio Paz, Rufino Tamayo y Salvador Elizondo (septiembre)

• Grabaciones de las Mañanitas (octubre).

• El arte de morir del doctor Álvaro Gómez Leal con edición, introducción y notas por Ruy Pérez Tamayo (noviembre)

• “Tierra brava”, interpretada por Ana María Fernández y el trío Jagüey (diciembre).

En los dos últimos años, este departamento ha logrado también avances importantes en la preparación de un Manual de Procedimiento y de un Protocolo de Restauración, de gran significación dado que es el único de su naturaleza en América Latina. En 2021 se tenía previsto continuar con esta tarea. En las nuevas condiciones laborales, difícilmente se logrará.

Estas también son actividades sustantivas.

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El Acervo Sonoro Cinematográfico, ubicado en el Área de Cuarentena, enfrenta un riesgo aun mayor.

De alrededor de siete mil 600 soportes sonoros, solo se ha migrado el 30% del acervo digital al sistema NOAH, de más avanzada tecnología. Ese 30% tiene más de 20 años de antigüedad, lo cual lo coloca al borde de la caducidad. Faltan, además, 400 soportes más, de lo cuales 200 están en cajas, botados por allí y por allá.

El 70% de la música de cine grabada desde los principios del cine sonoro en México ha desaparecido debido a que no ha sido trasladada a los soportes adecuados, explican expertos. En años recientes, la Fonoteca apenas catalogó la obra de tres músicos, de entre varias docenas. A pesar de las condiciones adversas, durante la pandemia se inició un catálogo razonado de los músicos de este género. La severa reducción de labores impedirá su conclusión. ¿Es “sustantivo”?

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Hay materiales de otra índole, de igual valía.

Entre 2017 y 2018 se recuperaron ocho cajas magnéticas del Centro de Producción del Cortometraje, CPC, referentes de la historia política de México, que tampoco se han digitalizado. Entre esos materiales se encuentran el discurso de Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara el 2 de diciembre de 1972, y uno más de Zhou Enlai, primer ministro de la China comunista desde 1949 hasta su muerte en 1976.

Mientras, discos de goma laca y vinil están en riesgo de dañarse aún más, o inclusive romperse, a consecuencia de su antigüedad. Existía la solicitud de digitalizar aquellos de gran formato, de 45 cm de diámetro, y se tenía contemplado en los recursos para 2021 la compra de una tornamesa especializada. La acumulación de estos y otros rezagos ocasionará una grave afectación a la continuidad de las labores de la Fonoteca en apego a la Norma Oficial Mexicana de Digitalización de Documentos Sonoros. ¿Esto no es “sustantivo”?

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Dadas las nuevas condiciones de contratación impuestas por las autoridades culturales, la Dirección de Promoción y Difusión del Sonido cancelaría el proyecto Mapa Sonoro de México, de incuestionable trascendencia para la cultura nacional.

Lo mismo sucederá con muchas otras actividades que tenían previstas los profesionales contratados como capítulos 3000, y que se efectuarían en la propia sede, si lo permite la pandemia, o en formato virtual: el Encuentro Internacional de Especialistas de Audio, los Jardines Sonoros, la revista sonora Frecuencia 20, y las colecciones Atrás del Cosmos y El Arcano, que cuenta con cédula de ingreso e información para el micrositio. Además, la plataforma multimedia Musiteca, estaciones de escucha itinerantes, las cápsulas 15 minutos con…, podcasts como Sonoridad a la carta, y exposiciones, conferencias, conciertos, presentaciones de libros, cursos, diplomados, talleres, seminarios, etcétera. Hay que suponer que aquí tampoco aplica la “sustantividad”.

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Por otro lado, el Departamento de Catalogación trabajaba en la redacción de un manual para la preparación de los registros del inventario, y revisaba de manera sistemática el catálogo histórico, para homologar y actualizar la información. A la vez, se ocupaba de un plan de control de calidad de identidades que buscaba enmendar inconsistencias e incidencias.  

De igual importancia, en un proyecto de tesauro propio de la Fonoteca, que contemplaría términos especializados en función de los documentos sonoros bajo su responsabilidad. Impedir su realización, basándose en criterios de austeridad, es también dejar de considerarlos actividades sustantivas.

Esa es la tónica.

¿Qué es entonces lo “sustantivo” para Arenal 40? ¿Cómo ejercerá finalmente el recurso asignado para 2021 y que, según Granados, logró crecer por encima de los 10 millones, debido a una reasignación obtenida de último momento, de poco más de dos millones, justo cuando se extendía en los medios el reclamo del Colectivo Fonoteca 3000? En este aspecto tampoco ha existido la transparencia deseada.

El Colectivo Fonoteca 3000 ganó la primera batalla. La lucha por la Fonoteca apenas comienza.

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Es autor del libro digital 80 años: las batallas culturales del Fondo (México, Nieve de Chamoy, 2014), de Política cultural, ¿qué hacer? (México, Raya en el Agua, 2001, y de La palabra dicha. Entrevistas con escritores mexicanos (Conaculta, 2000), entre otros. Ha sido agregado cultural en las embajadas de México en la República Checa y Perú y en el Consulado General de México en Toronto.


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