Foto: Ollin Velasco

La vida de fuego y cenizas del Jefe Vulcano

Raรบl Esquivel, mรกs conocido por el sobrenombre que usa en Twitter, pasรณ casi cincuenta aรฑos en el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Mรฉxico, quince de ellos al frente del agrupamiento. En esta entrevista recuerda momentos memorables de su carrera.
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Vulcanos del sector 1 en Cuauhtรฉmoc: se reporta fuga de gas en la calle Sebastiรกn Bach, de la colonia Peralvillo, dice la voz de un hombre. Luego se oyen dos pitidos, un poco de interferencia y al cabo de unos minutos, la respuesta de una mujer: Copiado a Vulcanos, clave 14110. Nos dirigimos al lugar en la unidad 501, de la Roma.

El Jefe Vulcano sostiene en la mano uno de los tres walkie talkies que usaba en el trabajo para recibir los reportes de hasta 500 incidentes que ocurrรญan a diario en la capital mexicana. ร‰l asegura que no lo enciende tan a menudo. Que a veces se lo pone de fondo cuando limpia y acomoda su casa. โ€œSรณlo por el recuerdo, cรณmo noโ€.

Frente a una mesa repleta de fotografรญas, diplomas y recuerdos el bombero mรกs querido de la Ciudad de Mรฉxico, y quizรก de todo el paรญs, asegura que desde que lo removieron de ser director general de la instituciรณn en la capital siente como si le hubieran cercenado un brazo. O los dos.

Su nombre real es Raรบl Esquivel. Tiene casi 75 aรฑos โ€”casi 50 de ellos como bomberoโ€” y su porte recuerda al de un viejo sauce encanecido. El hombre se pasea de un lado a otro en la sala de su nueva casa a medio remodelar en Ecatepec, Estado de Mรฉxico, y a cada zancada lanza un resoplido de coraje y nostalgia. โ€œMi trabajo fue bastante difรญcil, cรณmo no. Pero tambiรฉn muy bonitoโ€, asegura.

El Jefe Vulcano se lanza sobre la mesa en busca de su curriculum vitae y lo encuentra debajo de varias carpetas color paja: es un un empastado de mรกs de 100 hojas, que hizo รฉl mismo con ayuda de uno de sus antiguos colaboradores.

โ€œEn este librito vienen todos mis cargos, condecoraciones y los reconocimientos que me dieron varios presidentes. Aquรญ estรก medio siglo de mi vida. Por eso cuando le cuente cรณmo me corrieron, le va a parecer indignanteโ€, dice.

Asรญ, con el telรณn de fondo de una estancia llena de trofeos, los taladros de los trabajadores que dan los รบltimos toques a su patio y la mรบsica del carrito de los helados de su colonia, El Jefe โ€”como lo llaman de cariรฑo sus mรกs de 186  mil seguidores en Twitterโ€” comienza su historia de fuego y cenizas.

 

Arder en vida

Para รฉl todo empezรณ a sus 25 aรฑos, cuando ingresรณ al Honorable Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Mรฉxico. El hombre evita un poco hablar de su infancia. Solo dice que naciรณ en un viejo Ecatepec en el que aรบn existรญan las fรกbricas de caramelos; que fue un niรฑo feliz a quien siempre le llamรณ la atenciรณn la lumbre, y que una de las mejores cosas que pudo hacer desde sexto aรฑo de primaria fue tomar lecciones de mecรกnica automotriz.

Por eso cuando se le presentรณ la oportunidad no dudรณ en empezar a trabajar como mecรกnico en una estaciรณn de vulcanos โ€”como tambiรฉn se les llama a los bomberos, en referencia al nombre del dios romano del fuegoโ€”. Gradualmente, el oficio empezรณ a atraparlo mรกs allรก del taller de reparaciรณn. Pidiรณ que le asignaran otro tipo de actividades en la calle y le gustaron tanto, que acogiรณ el oficio para siempre.

Fue cabo, sargento segundo, sargento primero, teniente, subteniente, capitรกn segundo, capitรกn primero, mayor, coronel y finalmente llegรณ a la cima de la instituciรณn. El cargo lo recibiรณ en 2003 de manos del entonces jefe de gobierno de la Ciudad de Mรฉxico, Andrรฉs Manuel Lรณpez Obrador.

A partir de entonces, segรบn cuenta, y durante 15 aรฑos, sus jornadas empezaban religiosamente a las 5 maรฑana y โ€œcon suerteโ€ terminaban a las 10 u 11 de la noche. Esquivel se entregรณ tanto a su labor, que en algรบn punto se olvidรณ de formalismos como horarios laborales y vacaciones.

โ€œAfortunadamente siempre he gozado de una salud impecable. He estado en cama muy pocas veces y eso estuvo bien porque la gente necesitaba de nuestros servicios. No podรญamos darnos el lujo de estar indispuestos. Por eso cuando estuve en activo nunca pedรญ vacaciones y, si habรญa alguna emergencia en la madrugada, regresaba al lugar de los hechos sin importar donde fueraโ€.

Una consecuencia de todo esos aรฑos de apagar incendios, supervisar la extinciรณn de fugas de gas o gasolina, flamazos, explosiones, atender choques, volcaduras, retiros de รกrboles tirados a media calle, rescatar gatitos o personas caรญdas en barrancas, coladeras o cisternas, sacar cadรกveres de canales o lagunas, fue alejarse de su familia. โ€œMe perdรญ de cosas tan simples y tan importantes como el hecho de ir por mis hijos a la escuela o ayudar a mi esposa en la casaโ€, dice con un hilo de voz y un lagrimeo fugaz que vuelve de forma recurrente, cada que le vienen a la mente las cuentas que siempre tendrรก pendientes. Los sauces tambiรฉn lloran.

Despuรฉs de 50 aรฑos de servicio en el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Mรฉxico, al Jefe Vulcano le dijeron que debรญa entregar su puesto como director el 28 de febrero del 2018. โ€œQuerรญan que firmara una autorizaciรณn para el ingreso de 300 nuevas plazas de bomberos, asรญ como para la compra de varios carros alemanes especializados. Todo ello me parecรญa innecesario e inadecuado. Me neguรฉ. Entonces me corrieronโ€, afirma, con una expresiรณn medio desencajada que intenta disimular.

Segรบn cuenta, se negรณ a firmar esos papeles porque los candidatos a bomberos simple y sencillamente no cumplรญan con los requisitos necesarios para estar ahรญ, y porque no podรญa costear el desembolso del dinero para esos vehรญculos, cuando tenรญa otras prioridades mรกs apremiantes, como la de cubrir mantenimientos y la manutenciรณn diaria de su personal.

El Jefe Vulcano dejรณ el cargo sin hacer ruido ni revuelo. En su lugar llegรณ Juan Manuel Pรฉrez Cova, un jurista especializado en derechos humanos. Desde su salida, Esquivel volviรณ a la vida que habรญa dejado pausada dรฉcadas atrรกs: ya con una hija mรฉdica en la familia y tres hijos convertidos en bomberos; un mar de horas libres por delante todos los dรญas, y el repiqueteo de los walkie talkies. 

โ€œPara quienes preguntan el por quรฉ de mi salida, solo (tengo que) decirles que fueron decisiones del gobierno anterior que nunca entendรญ. Pero crรฉanme que me hubiera gustado que me dejaran cumplir 50 aรฑos de servicio interrumpido diciendo โ€˜Vamos para allรกโ€™. Solo me faltaban pocos mesesโ€, asegurรณ en un tuit reciente.

 

De cada incendio se aprende algo nuevo

El Jefe Vulcano dice que no le teme al fuego. Despuรฉs de convivir tanto con รฉl, ahora lo que le infunde es un profundo respeto. Segรบn cuenta, la rutina de un bombero implica enfrentarse a cosas muy fuertes todos los dรญas, pero que no a fuerza tienen que ver con incendios. Mรกs bien, el mayor miedo que asegura haber experimentado fue el de que alguien perdiera la vida.

Cuando le pregunto sobre los momentos que le han dejado mayor huella a lo largo de su carrera, se le vuelve a romper la voz y contesta con rodeos. Manotea entre sus fotos en Los Pinos; en Ottawa, Houston y Orlando, en Brasil, Espaรฑa y Francia, en busca de nada. Habla de lo bien capacitados que estaban los casi 2 mil elementos bajo su cargo en la capital, de lo mucho que lo apoyรณ Marcelo Ebrard durante su administraciรณn en la jefatura de gobierno.

No obstante, despuรฉs de varios intentos con la misma pregunta por fin reconoce que le dolรญa mucho cuando le tocaba estar en el rescate de niรฑos en cualquier incidente y ellos se abrazaban a รฉl muy fuerte, para que los protegiera; o cuando veรญa a gente atrapada sin escape en casas envueltas en llamas; o cuando no pudo ir a la graduaciรณn de sus hijos por auxiliar en un siniestro.

โ€œOtro dรญa que me marcรณ fue cuando se incendiรณ la fรกbrica de velas La Mexicana. Ese dรญa yo estaba al frente de la operaciรณn y los bomberos que me estaban ayudando estaban muy asustados porque la estructura se estaba venciendo a causa del calor. Era muy impresionante estar dentro del edificio y sรณlo alcanzar a ver rรญos de parafina encendida por todas partesโ€. De pronto, cuenta, empezaron a ver que caรญa polvillo del techo. ร‰l se quedรณ al frente y retirรณ a sus compaรฑeros. En un abrir y cerrar de ojos una parte del techo se desplomรณ y รฉl sรณlo sintiรณ un calor insoportable, que le impedรญa caminar. Al Jefe le habรญa entrado cera hirviendo dentro de las botas. Se le quemaron los pies y una parte de las piernas. Tuvieron que injertarle tejido de otras partes de su cuerpo. Dice que se recuperรณ pronto, como siempre.

โ€œMe tocaron tambiรฉn los terremotos de 1985 y el del 2017; las explosiones de gas en San Juanico, Estado de Mรฉxico, asรญ como ayudar y llevar un contingente de vulcanos a varios incendios en Canadรก y Japรณn en los que nos solicitaron. Atendรญ las emergencias capitalinas durante los sexenios de Vicente Fox, de Felipe Calderรณn y de Enrique Peรฑa Nieto. Estuve a cargo del protocolo de seguridad de las visitas del presidente Obama, de cientos de desfiles, de miles de contingencias por inundaciones, encharcamientos y choques. Atendรญ de todoโ€.

En redes sociales fue y sigue siendo una estrella. Cada vez que tuiteaba su famosa frase โ€œVamos para allรกโ€ era seรฑal de que, pasara lo que pasara, El Jefe iba a descolgarse de donde estuviera para atender una eventualidad importante. Por eso mismo se hizo de un ejรฉrcito de seguidores โ€”muchos de ellos periodistas y funcionarios de otras dependencias y niveles de gobierno, pero la gran mayorรญa ciudadanos de a pie que seguรญan y celebraban genuinamente su labor diariaโ€” que siempre estaban a tanto de lo que publicaba en tiempo real.

โ€œMucha gente todavรญa me reconoce en la calle y me saluda. Me dicen que les gustรณ mucho mi trabajo, que extraรฑan mi frase de siempre o que les desee un excelente dรญa en la maรฑana, que si tengo fecha para regresar. Yo siempre se los agradezco, pero ahorita no tengo certezas de nada.โ€ 

 

***

Timbra de nuevo el walkie talkie. Suena una esmeriladora. Vulcano 16 y Vulcano 3, nos encontramos en la calle Abejas, de San Juan de Aragรณn. Tenemos registrado un reporte. ยฟTienen algรบn nรบmero de registro, por favor?

El bombero se queda observando su mesa repleta de fotografรญas, diplomas y recuerdos, pero en realidad mira al vacรญo. Dice que ahora se la pasa pintando su casa, remodelรกndola para que pronto quede impecable y habitable. Que lo llenan mucho las reuniones familiares. Pero que lo que mรกs disfruta es cuidar a sus vacas, toros y chivos; asรญ como regar, sembrar y podar sus รกrboles frutales en la parcela donde se refugia del mundo en Mixquic.

Mientras devuelve su radiotransmisor a la caja donde lo guarda, el hombre sauce asegura que pronto empezarรก a buscar trabajo de nuevo, porque no tolera la idea de estar inactivo, y porque eventualmente se le acabarรกn sus ahorros.

โ€œMe siento tranquilo porque estoy descansando y cuidando mi salud. Pero sobre todo, porque durante casi 50 aรฑos le dimos un servicio bastante bueno a la sociedad. No puedo decir que no echo de menos el Cuerpo de Bomberos, porque mentirรญa. En realidad, una gran parte de mรญ extraรฑa el fuego. ยกCรณmo no!โ€.

 

 

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