La historia real de Candy Montgomery ha pasado más de una vez por la televisión estadounidense: la miniserie Candy , estrenada el año pasado, y la película para televisión de 1990 A killing in a small town giran en torno a los mismos eventos que este miniserie. Aun así, en aras de evitar spoilers, enunciemos solo los elementos básicos de la trama: un romance extramatrimonial entre dos integrantes de una iglesia metodista en un pueblo a las afueras de Dallas, un crimen sangriento, una protagonista encantadora e inescrutable, bien interpretada por Elisabeth Olsen. Creada y escrita por David E. Kelley, ya conocido por Big little lies y The undoing, entre otras series, Amor y muerte avanza con decisión entre los elementos del true crime y el hastío suburbano, mostrando de qué forma el segundo hace inevitable al primero.
Puede verse en HBO Max.
En un futuro indeterminado y desde tiempos inmemoriales, unas diez mil personas viven en el silo, una construcción subterránea y autosuficiente: en sus 140 niveles hay un gran generador (protagonista de un episodio trepidante), granjas, mercados e instituciones de gobierno. En la superficie de la Tierra flota algo que la hace inhabitable. Desde un periscopio que devuelve una imagen estática, los habitantes del silo contemplan los árboles secos, las rocas desnudas y los cadáveres de aquellos que se han aventurado al exterior. Esa imagen podría ser un engaño pensado para mantener a la gente bajo tierra: al menos así se sugiere en el primer capítulo de la serie. Pero muy pronto, diversos giros argumentales devuelven la acción al interior, mientras Juliette, la nueva sheriff interpretada por Rebecca Ferguson, busca resolver crímenes y, quizá, develar alguna conspiración. La serie creada por Graham Yost no brilla en sus diálogos ni sus actuaciones, que son decentes sin más, pero tiene aciertos. El silo donde transcurre la acción es un espacio visualmente asombroso, y el universo narrativo, inspirado en la serie de novelas de Hugh Howey, es lo suficientemente intrigante como para dejar pasar las imperfecciones.
Puede verse en Apple TV+.
La artista mexicana Chantal Peñalosa Fong se basa en la estructura narrativa de un género fantástico de la literatura china conocido como zhiguai xiaoshuo (“cuentos extraños”) para contar la historia de parte de su familia, que emigró de China a Baja California y sufrió las persecuciones contra esa comunidad a comienzos del siglo pasado. A través de esculturas, imágenes intervenidas y videos, Peñalosa revela las experiencias y secretos de la comunidad china y su lucha por sobrevivir, desafiando la narrativa oficial para evitar ser borrada del mapa histórico de México.
Proyectos Monclova, Ciudad de México, hasta el 3 de junio.
Hace unas semanas sugerimos visitar el Festival Cultural de Mayo en Jalisco. Y si bien este ha terminado, algunas de las obras que se presentaron podrán verse aún en línea durante todo el mes de junio. Entre ellas, destaca particularmente una pieza que incorpora movimiento, danza, teatralidad, música y performance. Casi inclasificable como su creador, el coreógrafo y artista canadiense Alan Lake, es la obra El grito de las medusas. Inspirada en La balsa de Medusa (1819), pintura del francés Théodore Géricault, esta pieza, interpretada por Alan Lake Factori(e) (laboratorio experimental dirigido por Lake), representa una visión de la humanidad a la deriva.
Puede verse en línea durante el mes de junio, aquí.
Liderada por los galeristas e interioristas Rodman Primack y Rudy Weissenberg, AGO Projects es una galería dedicada a incubar y promover proyectos de diseño industrial. A lo largo de los años la galería ha realizado pop-ups en diferentes ciudades del mundo (Francia, Aspen, Nueva York) con la intención de mostrar lo más innovador del diseño mexicano, y ahora aterriza en Madrid. Este espacio busca convertirse en un conexión entre los creativos mexicanos y los españoles, pero más allá de la oportunidad de dialogar, también está abierto para curiosos, coleccionistas y cualquier admirador del buen diseño mexicano. Más de uno querrá llevarse alguna de las piezas en las que conviven el lenguaje contemporáneo del diseño con los materiales y procesos manuales de México.
La Esquina Del Pez 16, Malasaña, Madrid. Hasta el 21 de junio. Informes aquí.
La banda alemana fundada en 1969 es una de las grandes responsables de haber popularizado la música electrónica, hoy plenamente asimilada en el universo del pop. Su visita, parte de una breve gira por Latinoamérica, no viene acompañada de nuevos lanzamientos ni tiene un espectáculo radicalmente distinto al que ha presentado en ocasiones anteriores, pero poco importa. Aún en tiempos de música sintetizada por inteligencia artificial, hay en la música de Kraftwerk una vitalidad y un espíritu de vanguardia que desafían la etiqueta de lo clásico.
Pepsi Center, 30 de mayo, boletos aquí.
