Djadventure, CC BY-SA 3.0 , via Wikimedia Commons

Mario Muchnik: una misiva al futuro

Editor que pensaba sobre el significado de la ediciรณn, Mario Muchnik dejรณ en sus libros de memorias un legado que se adelantรณ al futuro.
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Quรฉ sorpresa ha sido encontrarme con los obituarios de Mario Muchnik (1931-2022) en distintos medios de ambos lados del Atlรกntico: en unos cientos de palabras parecen copiar y pegar, en desorden, una especie de texto genรฉrico. Es cierto que explorรณ varias profesiones antes de llegar a la ediciรณn. Es cierto que publicรณ a Elias Canetti por primera vez en espaรฑol, antes de que ganara el Nobel. Es cierto que fundรณ y trabajรณ en varias editoriales. Pero esta podrรญa ser la descripciรณn de cualquier editor que haya trabajado en grandes grupos (si se sustituye el nombre de Canetti por otro).

Su legado editorial me parece otro, totalmente otro. A Canetti lo hubiera publicado cualquiera, Muchnik u alguien mรกs, tarde o temprano. Pero hay caracterรญsticas de su personalidad que me parecen inusuales y por lo tanto dignas de comentar. Quisiera mencionar dos: la primera es que fue un editor que pensaba sobre el significado de la ediciรณn โ€“al respecto escribiรณ media docena de librosโ€“ y la segunda es que fue quizรกs el primer editor โ€œindependienteโ€ de la generaciรณn actual: la de alguien que ha decidido alejarse de los grandes grupos para constituir una casa editorial que, modesta, publica pocos libros al aรฑo, con rigor y cuidado, sin que sus posibles beneficios econรณmicos sean el factor determinante del llamado โ€œcriterioโ€.

En el prefacio de una de sus memorias editoriales (Banco de pruebas, 2000), causa cierta gracia que Muchnik haya decidido usar el Quijote como comparativo de su labor editorial. La gracia rรกpido se convierte en reflexiรณn crรญtica: โ€œHay otro porquรฉ para referirme aquรญ a mis cavilaciones sobre don Quijote, y es de tipo moral. Cuando se habla de la lรญnea editorial de un programa se suelen dar solamente categorรญas: narrativa, ensayo, guรญas prรกcticas o de viaje, libros ilustradosโ€ฆ Se omite, a mi modo de ver, lo mรกs importante: la motivaciรณn. ยฟPor quรฉ editar? Y, si vamos al caso, ยฟpor quรฉ escribir? […] Cada cual tiene sus razones, y todas valen si son veraces, si no esconden otra cosa. Yo tengo la mรญa: tambiรฉn yo quiero salir al campo. Estas ganas de intervenir en las cosas mediante mis libros โ€“editados o escritos por mรญโ€“ me han guiado siempre en la confecciรณn de mi programa y en el trazado de mi lรญnea editorialโ€. Unas pรกginas mรกs adelante aรฑade: โ€œNunca como hoy, dichosa edad y siglo dichoso de la comunicaciรณn, hemos estado, tรบ y yo, tan agobiados por el desmesurado fardo de lo que nos quieren decir โ€“mientras muere en silencio lo que querรญamos decir nosotros. Semejante desequilibrio ha de tener un significado, un significado que sin dudas preocupรณ tambiรฉn a Cervantes y que, salvo error de mi parte, estรก ligado a los mecanismos รญntimos y secretos del moderno ejercicio del poderโ€.

โ€œยฟCuรกl es el argumento del Quijote? Un dรญa, un hidalgo decide que no puede seguir viviendo una mentira y toma la decisiรณn de actuar, desde ese instante en adelante, segรบn sus convicciones, cosa que simplifica considerablemente la existenciaโ€, dice Muchnik, comparando, si lo entiendo correctamente, las decisiones y el actuar del personaje con sus propios ideales en torno a la ediciรณn. โ€œLas convicciones de Alonso Quijano son todas del tipo รฉtico. […] El mundo es un desastre y nadie hace nada. Para Quijano, la รบnica cordura es hacerse caballero y salir a la llanura. En el mundo โ€˜realโ€™, por desgracia, todo acto รฉtico aparece como locura. La norma, desde luego, es la cordura. [โ€ฆ] Creando a don Quijote, Quijano no crea un personaje literario, sino las condiciones de su entorno necesarias para cometer su empresa. Hace espacio a su alrededor. Toma el aire que le hace falta. En medio de su infierno, busca y reconoce, y da espacio y hace durar, a aquel y aquello que no son infierno.โ€ Concluye quince pรกginas despuรฉs: โ€œยฟEntonces? ยฟPor quรฉ editar? Detrรกs del libro, la moral. Y junto con la moral, inevitablemente, la locuraโ€.

Despuรฉs de varios aรฑos y varias profesiones en Nueva York, Roma y Londres, Muchnik probรณ suerte en Parรญs, adentrรกndose en la ediciรณn como trabajo formal, y eventualmente consiguiรณ un empleo en el desarrollo de colecciones para Robert Laffont. Ese fue el inicio de una larga carrera que, tras su mudanza definitiva a Espaรฑa en los setenta, incluyรณ crear Muchnik Editores โ€“hoy El Alephโ€“ con su padre en 1973; ser director literario de Seix Barral entre 1982 y 1983; trabajar en la editorial Anaya; dirigir Anaya & Mario Muchnik entre 1991 y 1997; y, finalmente, fundar en 1998 Del Taller de Mario Muchnik, una editorial concebida para publicar seis tรญtulos de narrativa y ensayo al aรฑo. Ese mismo verano del 98 decidiรณ editar (ยกla moral, la locura!) su propia versiรณn de Guerra y paz, una de las โ€œmรกximas obras literarias de la historiaโ€ al lado del Quijote y la Odisea. Comisionรณ la traducciรณn a Lydia Kรบper, que entonces tenรญa 88, y contรณ esa experiencia รฉpica en otro de sus libros de memorias, Editar โ€œGuerra y pazโ€. Las palabras de Muchnik en la โ€œNota del editorโ€, que ha incluido en ese libro, revelan sus motivos: โ€œLa ediciรณn de Guerra y paz publicada en estos dรญas por este Taller, fruto de cuatro aรฑos y medio de trabajo, pero tambiรฉn de toda una vida marcada por la que, segรบn muchos, es la mejor novela jamรกs escrita, ha sido una sucesiรณn de coincidencias, percances y sorpresas, […] pero, sobre todo, de momentos de gracia, probablemente suscitados por el mismo texto de Tolstรณi. Rodeado de amigos que han vivido esta aventura muy de cerca, influido y alentado por ellos, he decidido narrar los hechos para beneficio de generaciones futuras de jรณvenes editores. Si las hayโ€.

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ยฟCรณmo se convirtiรณ Muchnik en editor independiente? ยฟCรณmo fue que, con casi setenta aรฑos, despuรฉs de trabajar durante dรฉcadas con los โ€œgrandesโ€ editores, decidiรณ iniciar otra vez? De nuevo, la gracia de Muchnik para responderse esa pregunta: โ€œPrimer acto: Havas compra Anaya. Segundo acto: Hachette compra Santillana (con El Paรญs); Bertelsmann compra Correos e Iberia; Havas compra internet y Telefรณnica. Tercer acto: Hachette compra Planeta y El Mundo; Bertelsmann compra la Feria del Libro de Madrid; Havas compra el Retiro. Cuarto acto: Hachette compra el Hispano; Bertelsmann compra los taxis de Madrid; Havas compra Carmen Balcells. Quinto acto: Hachette compra Bertelsmann; Bertelsmann compra Havas; Havas compra Hachette. Sexto acto: Bill Gates compra a todos. Primera consecuencia: Salvo el TMM, todos editan en espaรฑol/inglรฉs. Segunda consecuencia: Bill Gates solo vende por internet. Tercera consecuencia: Renace el editor independiente y la librerรญa entra en auge. ยกViva el siglo XXI!โ€.

En 1998, cuando toma la decisiรณn de iniciar de cero, con recursos mรญnimos, envรญa una carta โ€œa un millar y medio de personas en todo el mundo en varias lenguasโ€, en donde explicaba quรฉ significaba el โ€œtrabajo independienteโ€ para รฉl. โ€œLas paradojas de la vida โ€“dice la cartaโ€“ me han devuelto ahora a un terreno donde solo yo oriento mi trabajo: el terreno de la independencia editorial, cuyos riesgos todos conocen pero que, en contrapartida, me proporciona el fastuoso privilegio de responder solo ante mi conciencia. Tendrรฉ un programa de pocos libros, y pienso vivir de ello, lo cual exige fuerza de voluntad, un terco esfuerzo profesional y la prudencia que modere la osadรญa. […] Me he dotado de la infraestructura mรกs modesta posible: mi ordenador y yo. Organigrama sencillo. La editorial funciona en mi casa y abre cuando yo estoy, es decir casi siempre. Desde luego, dispongo de un amplio grupo de colaboradores externos de la mรกs refinada capacidad profesionalโ€.

ยฟNo parece esta una misiva al futuro? ยฟNo podrรญa representar, veinte aรฑos despuรฉs, el momento que hoy vivimos? En otro lugar de sus escritos, en una especie de carta abierta, y con esa misma visiรณn anticipada, hace una lista de โ€œConsejos a un joven editor independienteโ€. Rescato aquรญ algunos: โ€œAntes de meterte, busca quien te distribuya. No edites nada con preconcepto mercantil; nunca juzgues un libro por sus valores comerciales. No edites mรกs de lo que puedas leer. Paga bien a tus colaboradores, te saldrรก mรกs barato. No te disperses: fija tu lรญnea editorial. Busca el carรกcter distintivo de tus portadas y sรฉle fiel. No hagas presentaciones: no sirven para nada. Aprende todo sobre tu oficio: toca todos los instrumentos de tu orquesta. Cultiva tu imagen de editor: que no se parezca a la de ningรบn competidor. Cuida tu independencia: es tu รบnico capitalโ€.

Comenzรณ, pues, esa รบltima fase del Muchnik editor que valoraba lo pequeรฑo. Lamentaba que el mundo del libro hubiera sido โ€œprostituido por el poderโ€. Temรญa por el โ€œpez chicoโ€, que iba a ser comido por el grande. โ€œยฟCuรกles son los peces chicos? Los lectores chicos, los libreros chicos, los editores chicos y los autores chicos. ยฟAutores chicos? Desde luego. Platรณn fue un autor chico. Lo fue Cervantes. Lo fueron Balzac, Kafka y, hoy, Canetti (por ejemplo). Sus libros se consiguen, incluso a bajo precio, pero tienen ventas chicas. Grandes son los autores de best sellers, algunos capaces de obras de lectura agradable, pero ninguno capaz de dar el tipo de libro que describe Franz Kafka: โ€˜Me parece que solo deberรญamos leer libros que muerdan y que piquen. Si el libro que leemos no nos despierta de un puรฑetazo en el crรกneo, ยฟpara quรฉ leerlo? ยฟPara que nos haga feliz, como al que lo escribe? Vรกlgame Dios, serรญamos igualmente felices si no tuviรฉramos libros. […] Un libro ha de ser como el hacha que quiebra la mar helada que llevamos dentroโ€™. […] Los autores, editores, libreros y lectores chicos son mortales, pero no por eso hay que matarlos. El hombre es mortal, pero no por eso hay que matarlo.โ€

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Hay un pasaje en Guerra y paz al que Muchnik se refiriรณ mรกs de una vez: aquel que narra la serie de acontecimientos que anticiparon la muerte de Mijaรญl Ilariรณnovich Kutรบzov: โ€œPoco a poco fue cambiando el Estado Mayor, con lo cual la fuerza principal de Kutรบzov quedรณ deshecha. Estaba muy dรฉbil y su salud era precaria. De manera natural, simple y gradual, cuando su misiรณn quedรณ cumplida, ocupรณ su puesto un nuevo personaje, el hombre que requerรญa el momento histรณrico. Para la nueva guerra se necesitaba un hombre nuevo, con calidades y opiniones distintas de las de Kutรบzov; un hombre movido por otras razones. Alejandro I era tan necesario para ese movimiento de los pueblos de oriente hacia occidente y para el restablecimiento de las fronteras nacionales como lo habรญa sido Kutรบzov para la salvaciรณn y la gloria de Rusia. Kutรบzov no entendรญa ni podรญa entender lo que significaban Europa, el equilibrio, Napoleรณn. A ese hombre, que representaba al pueblo ruso, una vez que el enemigo fue derrotado, liberada la patria y puesta en el pinรกculo de la gloria, a ese hombre, como ruso, nada le quedaba por hacer. Al hombre que era la personificaciรณn de la guerra nacional no le quedaba mรกs que morir. Y muriรณโ€.

En Editar โ€œGuerra y pazโ€, Muchnik piensa que lo mismo podrรญa pasarle a Lydia Kรบper, quien entonces tenรญa 92 aรฑos y reciรฉn habรญa terminado, despuรฉs de cuatro aรฑos, la traducciรณn de Guerra y paz que รฉl mismo le habรญa encomendado: โ€œLydia me hizo un regalo: un medallรณn con el perfil en relieve de Kutรบzov. Hoy, atando cabos al descifrar la inscripciรณn en cirรญlico al dorso โ€“โ€˜Mijaรญl Ilariรณnovich Kutรบzov (1747- 1813)โ€™โ€“, me surgiรณ una idea espeluznante. Una vez expulsado Napoleรณn de Rusia, en 1812, Kutรบzov ya no tenรญa nada que hacer y se muriรณ. Al fin de la traducciรณn de la novela me pareciรณ que Lydia quizรก tuviera el โ€˜complejo de Kutรบzovโ€™… Tenemos que volver a hacer planesโ€.

Regresemos a la fascinaciรณn de Muchnik por el Quijote en Banco de pruebas: โ€œยฟDe quรฉ se muere Alonso Quijano? De redundancia, de verse superfluo, de sentir que sin adarga y sin lanza, desmontado de Rocinante, lo รบnico que queda de su persona es un incurable malestar. La segunda parte de la novela sirviรณ para demostrarle que la sociedad no cambia, por muchos profetas que la surquen y muchos caballeros que vivan segรบn sus propias conviccionesโ€.

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(Guanajuato, 1976) es editor en Gris Tormenta, una editorial de ensayo literario y memoria.


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