Hace poco más de un mes, los alumnos de esta cátedra recibían una clase magistral del pianista soviético Ednar Nebolsin, un artista de fama internacional que ha sido solista en diversas orquestas de Londres, Moscú, Nueva York, París, Roma, San Petersburgo, Sydney, Tokio y Viena. Este es uno de los programas en los que los participan alumnos de esta promoción, que ofrece la docencia extraordinaria de profesores invitados en el marco del programa de Lecciones Magistrales de la Escuela. A lo largo de este año, también contarán con otros dos grandes maestros del piano, Elisabeth Leonskaja y Alexander Lonquich.
La Cátedra de Piano Fundación Banco Santander tiene dos unidades docentes, la dirigida por el profesor Dimitri Bashkirov, que integra en este curso a nueve alumnos, y el aula a cargo de Galina Eguiazarova, con cinco estudiantes. Desde 1991, cuando la fundación asumió la titularidad de esta cátedra, se han formado 122 alumnos de más de treinta y cinco nacionalidades.
“El talento es imprescindible, es la primera cualidad que aprecio en un joven pianista. Pero también en igual medida el amor por la música. Hay que amar lo que uno hace hasta el punto del sacrificio y la dedicación”, señala la profesora Eguiazarova. “Cuando me preguntan cual es mi idea general sobre el proceso pedagógico -añade Bashkirov- siempre contesto que es una pedagogía dirigida a la futuro evolución del estudiante. Enseñarle cómo trabajar las obras musicales para que posteriormente siga desarrollándose sin la ayuda del profesor”.
Para los alumnos, no hay duda de las muchas oportunidades que ofrecen estas becas, cuyo “único criterio de selección es el talento”, aseguran desde la Fundación Santander. Además de las clases, cada alumno tiene la ocasión de actuar en veinte conciertos al año. El último de ellos tuvo lugar ayer en Madrid, dentro del Ciclo Conciertos de Primavera que se programan en el Auditorio Sony. “He tenido tal cantidad de oportunidades para tocar en el Auditorio Nacional, en el Liceo, en el Palau de la Música…Tantas las experiencias artísticas que nos ha brindado…Realmente lo que necesita un músico, no se puede pedir más”, sostiene Martín García, alumno de la cátedra. “No sólo eres un pianista en clase. Eres un director, un compositor, un profesor de armonía…, añade.
La Escuela Superior de Música Reina Sofía, que promueve la Fundación Albéniz, está considerada entre las mejores escuelas de Europa para jóvenes talentos. Fue fundada en 1991 por Paloma O’Shea como centro de alta formación profesional y con un doble objetivo: apoyar a los jóvenes músicos en su desarrollo y acercar la música a todos.
Colaboración con la Fundación Albéniz
La Fundación Banco Santander colabora desde hace años en los proyectos artísticos y pedagógicos que promueve la Fundación Albéniz. Dentro de estos acuerdos, participa en la organización de conciertos para escolares específicamente diseñados para favorecer la comprensión de la experiencia musical a alumnos de enseñanza primaria y secundaria y acercar la música clásica al público más joven. En 2018 participaron en estos conciertos pedagógicos 101 colegios y más de 4.400 alumnos.
También es mecenas de uno de los conciertos de la final del Concurso Internacional de Piano de Santander que premia a jóvenes pianistas para impulsar sus carreras artísticas y colabora en el Encuentro de Música y Academia de Santander, que permite a jóvenes músicos recibir clases magistrales de figuras consagradas del panorama musical y actuar con ellos en los conciertos programados en distintas localidades de Cantabria. Además, organiza cuatro conciertos anuales destinados a los empleados del Grupo Santander y sus familias en los que participan las orquestas de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. A los conciertos celebrados en 2018 en el auditorio El Solaruco de la Ciudad Grupo Santander asistieron 3.980 personas.
Junto a estos acuerdos, la Fundación es uno de los principales mecenas de la temporada artística del Teatro Real de Madrid; patrocina las funciones populares de temporada que ofrece el Gran Teatre del Liceu de Barcelona; apoya a la Escola Coral del Orfeó Català, un proyecto educativo, artístico y social que proporciona formación musical a más de doscientos niños y jóvenes entre 6 y 24 años; colabora con el Orfeón Donostiarra, una de las agrupaciones amateur más importante del panorama coral europeo, y con el Festival Internacional de Santander, apoyando la celebración del ciclo Grandes Conciertos.
Pero la música no es la única vocación artística de la Fundación Santander, “Somos conscientes de la importancia que tiene promover activamente la colaboración, lo que nos impulsa a trabajar con prestigiosas instituciones culturales y científicas. En el ámbito cultural, contribuimos a la conservación y difusión de nuestro patrimonio artístico, cooperamos con programas que promueven el acceso de todos los públicos al arte, favorecemos la producción artística y la visibilidad de creadores emergentes. Somos también mecenas musicales y recuperamos autores y textos literarios a través de la Colección Obra Fundamental”.
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