Sondeo sobre el tiempo que se evapora. Tercera y última entrega

Tercera y última entrega de la encuesta sobre la percepción del tiempo y la actividad.
AÑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

(Entregas anteriores: primera y segunda.)

Con estos testimonios acaba la encuesta sobre la sensación de que el tiempo se volatiliza, de que no nos da tiempo a hacer nada y sobre el cansancio desconcertante en medio del cual afrontamos nuestras obligaciones cotidianas. No todo el mundo está igual de agotado, aunque los trucos para escapar de esta amenaza pueden cambiar en cada caso.

“Justo a mí me pillas en un momento vital en que el tiempo me da para hacer todo lo que quiero hacer, que, básicamente, se reduce a estar tranquila, mirar las ramas de los árboles, leer la prensa, hacer la nada y sembrar reuniones que algún día darán frutos, o no. El tiempo no se me hace corto porque creo que he elegido acortar mis exigencias yo. Y tengo el privilegio de poder hacerlo, ¡que esa es otra!

Yo no estoy liadísima. 

Y hay una cosa maravillosa que me ayudó a parar. Hace poco alguien me dijo: como alguien vuelva a decirme eso de ‘no me da la vida’, exploto. Porque si no te da la vida es sencillamente porque estás sobrepasada y o te tienen que poner más gente para poder hacerlo en caso de que sea de curro o tienes que empezar a decir que no. Y pensé: ¡joder, tiene razón!” [N]

“Aunque a veces yo con la película tengo la sensación de que lo pragmático me quita tiempo para profundizar en lo misterioso. En los rodajes ya ni te cuento. Los rodajes se parecen mucho a la vida moderna.” [G]

“He recordado que una profesora del cole (hace ya mucho tiempo) me regaló un ejemplar de El principito y me escribió una dedicatoria, en la que me decía que un capítulo específico le había recordado a mí, y me pedía que me lo leyera. Me dijo, y cito textualmente ‘dedica más tiempo a domesticar’. En este capítulo, el zorrito le explica al principito, así a grandes rasgos, que las cosas que más merecen la pena son las que llevan más tiempo, y que no hay que centrarse tanto en el producto final sino un poco en todo el proceso. En concreto hablan de una rosa que crece de una semilla y termina germinando y transformándose en una flor, y explican un poco que la rosa es valiosa no por ser rosa sino por todo el proceso de germinación y crecimiento. Creo que en algún punto hace una cierta analogía de la rosa con las amistades. Hoy es mi capítulo favorito. Cuando leí la dedicatoria me hizo mucha ilusión, y por mi costumbre de hacer todo con prisa, fui directamente al capítulo en cuestión. Si te soy sincera lo leí sin el contexto de los capítulos anteriores y con algo de prisa, y la verdad es que no entendí muy bien la conexión entre la dedicatoria que la profesora me escribió y mi interpretación del capítulo. Entonces pensé que era un capítulo sobre la amistad y no le di mucha importancia. No fue hasta que hicimos limpieza para la mudanza que leí otra vez la dedicatoria y el capítulo, sin prisas, que entendí la metáfora y lo que la profesora me intentaba decir. 

Siento que vivimos en un mundo en el que tenemos prisa por terminar las cosas, y ni disfrutamos cuando las estamos haciendo, ni sentimos tanta gratificación cuando las terminamos porque enseguida nos centramos en otra cosa. Pienso bastante en la ironía de la dedicatoria y cómo no la entendí hasta años después.” [B]

“En agosto de 2023 tuve una revelación mientras quitaba piojos a cuatro manos (con mi prima), una hora antes de empezar un cumple infantil, tras compra de tarta, piñata y volviendo de unos meses de Vietnam-rodaje.. y fue una revelación de burnout. Y desde entonces se acabó. Porque ese momento de quitar piojos fue de meditación pura.” [N]

“Yo creo que lo que dices o preguntas tiene algo que ver con que al estar todo más virtualmente conectado, nos da la impresión, que es una ilusión, de que podemos tener o hacer cualquier cosa en cualquier momento, con cualquiera, casi un poco como si fuésemos otra persona. Lo que es un poco cierto, aunque esto es lo que a lo mejor podría hacer el avatar virtual de uno mismo que ya somos.

Y entonces de repente ya estamos creyéndonos que podemos ser o hacer todo y que dentro de ese todo, cualquier pequeña cosa mejorará nuestra vida. Y así empezamos a asumir como propios los deseos de otros y a querer hacer o alcanzar varias cosas a la vez, y a vivir como si fuésemos un poco otros y entonces nuestro tiempo físico vemos que no alcanza para lograr todo lo que se podría ser o hacer en el tiempo virtual superpuesto y multitarea. Y en la medida en que más dependamos o nos hagamos depender de este estar permanentemente conectados, inevitablemente siempre se nos quedará un regusto un poco frustrante. Y esto creo también que se produce de manera más intensa cuanta menos autonomía tengamos en lo material, cultural o afectivo, cuanto menos armados estemos para competir contra nuestro yo virtual. Que es un poco nosotros, al menos para otros.” [R]

“Llevo años con la sensación de que el tiempo no cunde y que hay una dinámica que te arrastra. Muchas veces no es tan fácil decir no, porque estamos en un entorno que lo controla todo y no es fácil escaparse. Sería tomar una decisión enorme de sacrificar muchas, muchas cosas, y hay que ser muy valiente y no nos da tiempo ni a reflexionar sobre ello.

Hace unos años conocí a un señorín en un pueblecillo de la sierra de Gredos y charlando con él le pregunté si siempre había vivido en el pueblo, y nos contó que de joven había vivido en Madrid, pero que se había vuelto porque se dio cuenta de que el día no le pertenecía. Esa frase se me quedó grabada: el día me pertenece. Yo tomo las decisiones de lo que hago, no hago, lo que como, no como… En la ciudad, con las dinámicas que llevamos, es muy complicado hacer que el día te pertenezca.” [D]

“La tecnología se supone que nos ha traído herramientas para facilitarnos la vida, y en lo laboral te acortan el tiempo de trabajo y se supone que aumentas la productividad. Por ejemplo, con el mail las comunicaciones se hicieron mucho más rápidas y se supone que eso te da mucho más tiempo. ¿Qué pasa? Hablando con mi madre sobre cómo trabajaban ellos antes, cómo hacían los planos, se iban a un ordenador (cuando había ordenador; si no hacían todos los planos manuales), los tenías que mandar por carta, le llegaba al cliente, te llegaba la oferta, hasta que contestaba tú tenías un tiempo de paz donde esperabas una respuesta. Y ahora, con el email, tú mandas una propuesta de servicios o lo que sea y enseguida tienes la respuesta del cliente. Yo hago un contrato, que me tiro un huevo de tiempo, haciendo un análisis súper sesudo, lo mandas por email y al segundo ya te han contestado y te han pedido más cosas. Entonces, sí, nos ha facilitado el trabajo pero al final vamos muchísimo más rápido, y como todo el mundo trabaja más rápido, ese ahorro de tiempo no redunda en una ventaja de que tú ganes tiempo para otras cosas, al final, simplemente te genera más estrés, trabajas mucho más rápido y te hace mucho más esclavo que lo que se supone que iba a traer la tecnología. Con la inteligencia artificial vamos a tener herramientas muchísimo más potentes que nos van a hacer ser más productivos, que tú le dices a ChatGPT ‘hazme un contrato de tal’ y te lo saca, pero ¿realmente es en beneficio de las personas, porque eres más productivo y más feliz, o realmente te está haciendo mucho más esclavo? La conclusión es que creo que nuestros padres y abuelos eran más felices trabajando con menos tecnología (en algunas cosas).” [M]

Para terminar, B sigue con sus búsquedas de términos clave, muy gráficos para hacernos una idea del sistema en el que nos hemos acostumbrado a vivir desde hace tiempo. En este caso, la expresión reveladora es a tope. B destaca que hay quien habla de “descansar a tope”:

“Pues te veo a tope, sí; espero que estés fenomenal. Yo sigo a tope pero con un jefe muy majo. Así que bien; Jajaja, no te preocupes, que imagino que vas a tope esta semana; Pues de mierda a tope; Íbamos a bajar pero estamos a tope; yo estoy a tope también, ni te cuento; Pues a tope. Voy a ver si duermo otras 2 horas que estoy con el cuerpo que me arde de cansancio; Me encantaría aprovechar que tengo la agenda en mano para que un día quedemos. Sé que andarás súper a tope pero si comes o desayunas por Madrid y quieres desconectar siquiera 15 minutos, avísame; Podéis llamar vosotras? Estoy a tope; Yo estoy aprovechando el tiempo a tope; Bien. Imagínate a tope a tope a tope; El viernes por la tarde más fácil. El jueves tendría que ser hacia las 20h. Por qué zona estás? O podrías venir a nuestra zona. Lo digo porque estamos cerrando temas para irnos y estamos a tope; Cómo estás? Supongo que descansando a tope; Pero el resto va a tope, fliparías; Yo, a tope, como siempre. Año exigente; voy a tope! Tú? Puedo hacerte una consulta? Un beso baby!; Y jo, perdona que no te escriba más pero estamos a tope de trabajo y apagando fuegos!!!!; A ver si puedo llamarte pronto. Pero ando a tope; He aprovechado a tope la mañana en reuniones de zoom, etc; A tope. Tengo una agenda como el corsé de Escarlata O’Hara; no hay hueco casi ni para mear; Pues ve contándome los huecos que vayas teniendo. Yo sigo a tope con horario de trabajo, así que mis preferencias son los horarios de comer, viernes tarde, entre semana a ultimísima hora y sábados enteros. Por si te es útil.”

+ posts

Es escritora. Su libro más reciente es 'Lloro porque no tengo sentimientos' (La Navaja Suiza, 2024).


    ×  

    Selecciona el país o región donde quieres recibir tu revista: