Rosa Sala Rose y Plร cid Garcia-Planas
El marquรฉs y la esvรกstica: Cรฉsar Gonzรกlez-Ruano y los judรญos en el Parรญs ocupado
Barcelona, Anagrama, 2014, 512 pp.
Un hilo, un cabo suelto, y a tirar de รฉl. Asรญ empiezan, por lo general, todas las investigaciones. Luego, claro, hay muchas formas de proseguir. La que han escogido Rosa Sala Rose y Plร cid Garcรญa-Planas es la buena, la รบnica que puede dar resultados. Consiste en leer mucho y bien –y, a menudo, muchรญsimo documento anodino–; en hablar con un montรณn de gente; en consultar una pila de archivos; en visitar el lugar o los lugares de los hechos –por mรกs aรฑos que hayan transcurrido entre estos hechos y el presente–; en ir contrastando con el otro –si uno cuenta, como aquรญ, con un colega– la informaciรณn cosechada, a fin de atar cabos y acordar los pasos futuros; y, por supuesto, en tener suerte. El trabajo puede durar mรกs o menos, dependerรก en gran medida de lo ambicioso del proyecto, de los medios disponibles y, si es el caso y no hay prรณrroga posible, de la fecha de entrega convenida con la editorial.
En El marquรฉs y la esvรกstica el hilo, el cabo suelto, el impulso inaugural, en definitiva, son las memorias de Eduardo Pons Prades. Mejor dicho, un fragmento de estas memorias, publicadas en 2002, en las que su autor, un antiguo maquisard anarquista especializado en sabotajes y en el pasaje clandestino a Espaรฑa durante la Segunda Guerra Mundial de civiles y militares que huรญan del terror nazi de la Francia ocupada, refiere un episodio acaecido en la frontera franco-andorrana en la primavera de 1943 y del que no fue testigo รฉl mismo, sino un compaรฑero suyo de guerrilla, Manuel Huet. Huet, acompaรฑado de otros maquisards, encontrรณ entre la maleza, malherido, a un judรญo apellidado Rosenthal que habรญa sobrevivido de milagro tras ser ametrallado, justo cuando iba a ponerse a salvo, por los propios responsables de trasladarle de Perpiรฑรกn a Andorra. Los demรกs miembros del convoy, judรญos todos y entre los que figuraban sus propios padres y una hermana, no tuvieron tanta suerte. Pero la cosa no quedรณ en el mero rescate. Despuรฉs de procurarle a Rosenthal un mรฉdico para que le extrajera la bala que tenรญa alojada en un hombro, Huet viajรณ con รฉl a Parรญs a fin de que le seรฑalara quiรฉn era el presunto agregado cultural de la embajada espaรฑola que le habรญa facilitado, a cambio de una cuantiosa suma, el contacto con la supuesta red de evasiรณn. Ese hombre, con el que Huet no pudo ajustar cuentas, como pretendรญa, porque se esfumรณ al punto, era el periodista y escritor Cรฉsar Gonzรกlez-Ruano.
He aquรญ, pues, el hilo inaugural, que no es, al cabo, sino la hipรณtesis que el libro se propone demostrar. Pero este hilo, al que van a asociarse a lo largo de la investigaciรณn otros muchos, cuenta, claro estรก, con antecedentes notorios. De una parte, en lo que ataรฑe a las redes de evasiรณn pirenaicas y a las andorranas en particular; de otra, en lo relativo a los aรฑos parisinos del propio Ruano. En este segundo apartado destaca, sin duda alguna, Mi medio siglo se confiesa a medias, las memorias que el propio periodista fue publicando por entregas en El Alcรกzar en 1951 y que despuรฉs reunirรญa en volumen. Se trata, sobra precisarlo, de una fuente esencial –junto a dos libros mรกs de Ruano vinculados con este periodo de su vida y a su Diario รญntimo (1951-1965)–. Pero a un tiempo, como sucede tantas veces con la prosa autobiogrรกfica, se trata de una fuente tan incompleta como engaรฑosa. Josรฉ Carlos Llop se enfrentรณ a ella en 2007 en un ensayo que รฉl mismo calificรณ, a saber por quรฉ, de novela: Parรญs. Suite 1940. Con muchas menos armas, eso sรญ, de las que requiere cualquier investigaciรณn, puesto que limitรณ voluntariamente sus fuentes a las aportadas por el propio Ruano en su obra y, en menor medida, a las que puso en sus manos algรบn buen amigo. De ahรญ que su libro ofreciera muy pocas novedades con respecto a las andanzas de Ruano en Parรญs. Casi nada fรกctico, para entendernos. Casi nada que ayudara a explicar quรฉ hacรญa ese periodista espaรฑol, que ya no ejercรญa como tal, en la capital de la Francia ocupada, mรกs allรก de lo ya confesado, a medias, por el propio protagonista en sus memorias.
El marquรฉs y la esvรกstica no aclara tampoco el enigma, pero se acerca muchรญsimo a su resoluciรณn. En otras palabras: no logra confirmar, mediante otras pruebas u otras fuentes, el testimonio de Huet reportado por Pons Prades, pero sรญ ofrece un retrato del autoproclamado marquรฉs de Cagigal y una relaciรณn de sus andanzas en los aรฑos treinta y cuarenta del pasado siglo lo suficientemente novedosos y, en definitiva, completos como para creer que la hipรณtesis inaugural del libro es mucho mรกs que verosรญmil. Desde el recuerdo de su primera corresponsalรญa en Berlรญn en 1933, tras el acceso de Hitler al poder y su admiraciรณn manifiesta por el rรฉgimen nazi y su polรญtica antisemita –unas crรณnicas, esas, que Miguel Pardeza, responsable de la ediciรณn en volumen de la obra periodรญstica de Ruano, no juzgรณ conveniente recoger en su momento–, hasta su colaboraciรณn en los aรฑos siguientes, ya de vuelta a Madrid, con la embajada alemana, de la que cobraba regularmente y para la que escribรญa, firmando con su nombre o con seudรณnimo, cuantos artรญculos encomiรกsticos o ultrajantes conviniese escribir. Desde su nueva corresponsalรญa en Roma para Abc, iniciada en mayo de 1936 y que le permitiรณ pasar tres aรฑos lejos de la Espaรฑa en guerra y a la vera de Alfonso XIII y la familia real –aรฑos en los que prosiguiรณ su colaboraciรณn con la embajada alemana, a la que aรฑadiรณ la redacciรณn de informes sobre la situaciรณn espaรฑola para el Gobierno de Mussolini–, hasta su marcha a Berlรญn, ya en plena Segunda Guerra Mundial, enviado por el diario de los Luca de Tena. Desde su renovada corresponsalรญa en la capital alemana hasta su apresurada salida rumbo a Parรญs, a finales de 1940, tras perder el favor de sus protectores nazis, que ya no estaban dispuestos a consentirle mรกs incumplimientos e infidelidades. Y en todo este periodo, en el que Ruano no cesa de escribir sobre lo divino y lo humano –si bien, circunstancias obligan, lo humano se impone casi siempre–, el desprecio del marquรฉs por lo judรญo y los judรญos resulta notorio.
Tanto, si cabe, como su amoralidad. A medida que el lector va conociendo sus peripecias, se forma una imagen del personaje que no dista en absoluto de la del crรกpula. Y es en el Parรญs ocupado, ciudad en la que permanecerรก otros tres aรฑos –hasta su precipitado y, a la postre, definitivo regreso a Espaรฑa–, donde esa semblanza terminarรก de moldearse. Ante la imposibilidad, debido a su reciente currรญculo berlinรฉs, de seguir colaborando en Abc o en cualquier otra cabecera hispรกnica y de seguir trabajando a un tiempo para los alemanes, Ruano se ganarรก la vida como vendedor de falsas obras de arte y depredador de los bienes ajenos, especialmente si esos bienes han pertenecido a judรญos que se han visto obligados a huir para salvar el pellejo –como fue el caso del propietario de su primer apartamento en la capital–. Y, al decir de Huet y tal y como se desprende tambiรฉn de una entrada de los dietarios de Joan Estelrich fechada a finales de 1943, actuando como enlace de una red de evasiรณn que, lejos de favorecer a los judรญos, no perseguรญa, en el mejor de los casos, sino estafarlos. Ese conjunto de actividades, o acaso una sola de ellas, le llevarรก durante tres meses a la cรกrcel de Cherche-Midi, de la que saldrรก gracias a los buenos oficios de sus amigos espaรฑoles en Parรญs, empezando por los del embajador Lequerica, y a su renovada colaboraciรณn con los alemanes, concretada en esta ocasiรณn en la denuncia de sus propios compaรฑeros de celda, lo que le valdrรก en 1948 un juicio in absentia, en el que serรก condenado a veinte aรฑos de trabajos forzados.
De todo eso y de bastante mรกs trata El marquรฉs y la esvรกstica. Y lo hace a travรฉs de la voz, mรกs o menos alterna, de sus dos autores, que han optado por incorporar el making of del libro a la narraciรณn misma. Esa apuesta, que por un lado posee el innegable atractivo de mostrar las costuras del ensayo y de la propia investigaciรณn, resulta a veces algo tediosa y desconcertante –pienso, por ejemplo, en el capรญtulo en que recorren, en busca de pruebas y junto a un arqueรณlogo amigo, el lugar donde fue ametrallado el judรญo Rosenthal–, en la medida en que distrae al lector del relato en sรญ. Tambiรฉn sorprende que los autores no hayan hablado con ningรบn descendiente del escritor, aun cuando la negativa de la Fundaciรณn Mapfre, que custodia los papeles de Ruano, a permitir la consulta de la documentaciรณn relativa a sus aรฑos parisinos evidencie ya cuรกl podรญa haber sido el grado de colaboraciรณn de los familiares. Una fundaciรณn, por cierto, que el pasado mes de enero anunciรณ la desapariciรณn del Premio Gonzรกlez-Ruano de Periodismo que venรญa otorgando –y dotando generosamente– desde 1975 y su sustituciรณn por uno de Relato Corto, esto es, por un premio sin nombre que manche o pueda manchar. No hay como ser precavido. ~
(Barcelona, 1956) es filรณlogo y periodista. Especialista en el escritor Josep Pla. En 2009 se publicรณ su obra mรกs reciente, 'Filologรญa catalana. Memorias de un disidente' (Barataria).