No cesan de publicarse nuevos libros acerca de la historia y cultura rusas. Esta decisión parece indicar que la comunidad de lectores a los que nos sigue atrayendo poderosamente ese extenso y complejo país no deja de crecer, e incluso se renueva. Por variados que sean los temas de estas obras ensayísticas, es comprensible que muchas de ellas ofrezcan nuevos enfoques sobre hitos históricos de sobra conocidos como la caída de los zares, la Revolución de 1917, la integración de Rusia en la Unión Soviética y la desintegración de esta última, sin olvidar la microhistoria acerca del día a día en el que la URSS fue el Estado más poderoso del bloque comunista. Otro rubro de ensayos y crónicas recientes rinde homenaje a los artistas, escritores y músicos que han dado forma a la cultura rusa. Y, por último, aunque no por ello de menor relevancia, están los libros que analizan la figura de Putin y su ascenso al poder, cuyas ventas intuyo estratosféricas estos días.
Rusia nos interesaba mucho antes de que Putin invadiera Ucrania el pasado febrero, pero como la Historia con mayúscula inicial tiene por costumbre pillarnos desprevenidos, el colorido de nuestra atracción intelectual hacia el país tiene hoy nuevos matices: ya no podemos ver lejanas en el tiempo las aspiraciones imperialistas de Rusia, y es probable que aplicar el adjetivo “apasionante” a cualquier aspecto sociocultural del país euroasiático nos suene frívolo ahora mismo. En las últimas semanas nuestra relación con el universo ruso se ha vuelto delicada, pero ahí sigue nuestra curiosidad hacia ese país –quiero pensar que intacta–, especialmente hacia cómo las transformaciones que ha sufrido la sociedad rusa en las últimas décadas han cristalizado en la mente de un ser llamado Vladímir Putin, que nos ha llevado a esta situación inconcebible y dolorosa.
Tanto si queremos penetrar en lo que se conoce como “el alma rusa” –término que fue empleado por el gobierno de la URSS con fines propagandísticos– o simplemente volver a acercarnos a un país que, como el dinosaurio de Monterroso, todavía está allí, confío en que este arsenal pacífico de lecturas, que sirven como complemento a las canónicas, cumpla con su cometido.
Empecemos por los escritores y periodistas de habla hispana: el texto más reciente nos lo trae Olga Merino. Se titula Cinco inviernos (Alfaguara, 2022) y es un resumen de los diarios que escribió la autora durante los cinco años que pasó como corresponsal de El Periódico en Moscú, cuando aún no había cumplido treinta años. Otros amantes de la cultura rusa que nos traen su mirada de asombro hacia ese país son Daniel Utrilla y Marta Rebón. En sus dos libros, de títulos tan llamativos como A Moscú sin Kaláshnikov y Mi ovni de la Perestroika (publicados en Libros del k.o. en 2013 y 2021), Daniel Utrilla esboza una crónica sentimental del país en el que trabajó como corresponsal de El Mundo y del que se enamoró cuando de niño veía en los partidos de baloncesto del Real Madrid al alero hispano-ruso Chechu Biriukov. Por su parte, la traductora del ruso Marta Rebón dejó escrito en su libro En la ciudad líquida (Caballo de Troya, 2017) su amor por la literatura de ese país y, por añadidura, su vasto conocimiento de la tradición literaria rusa. En él recorre rincones de las ciudades de diversos países que cautivaron a escritores canónicos como Dostoievski, Chéjov o Pasternak. El libro de Rebón está vinculado en espíritu y temática con el de la escritora turco-estadounidense Elif Batuman: las clases de literatura rusa que tomó en la universidad le llevaron a aprender la lengua y a viajar por Rusia y Uzbekistán, pero, sobre todo, propiciaron que escribiese Los poseídos (Seix-Barral,2011), un cóctel encantador entre ensayo, libro de viajes y crónica acerca de sus lecturas de autores rusos y su arrebatado amor por la cultura escrita en cirílico.
Yendo hacia atrás en el tiempo, la Unión Soviética y su “homo sovieticus” –así denominó Svetlana Aleksiévich en su libro homónimo al ciudadano tipo de la URSS– se han tratado desde todos los puntos de vista, incluido el de la microhistoria. El ejemplo perfecto de este enfoque es un ensayo extenso y deslumbrante de Karl Schlögel, titulado El siglo soviético (Galaxia Gutenberg, 2021). En él asistimos a la vida cotidiana de las kommunalka o viviendas comunitarias, las tiendas “Beriozka” en las que se compraba con divisas o las colas larguísimas para trámites y compras como un fenómeno característicamente soviético, también mencionado por Olga Merino en sus diarios. Volviendo a las viviendas de la Unión Soviética y de todo el Bloque del Este, no hay que dejar pasar el ensayo recién publicado del británico Owen Hatherley acerca del brutalismo arquitectónico típico de numerosos edificios públicos y viviendas en los países comunistas. Además, en Paisajes del comunismo (Capitán Swing, 2022), que así se titula el libro de Hatherley, encontramos varias páginas dedicadas tanto a la arquitectura como a la historia de Ucrania.
Otro de los hitos sobre la URSS publicados recientemente en castellanoes La casa eterna de Yuri Slezkine (Acantilado, 2021). La vivienda a la que se refiere el autor en el título es la Casa de Gobierno de Moscú, diseñada por Borís Iofán en 1931. En sus quinientos apartamentos se alojaba la flor y nata de los intelectuales y dirigentes de la URSS. Muchos de ellos fueron después represaliados por Stalin, y en este libro, protagonizado por el propio edificio y sus inquilinos, Slezkine enfoca convenientemente su microscopio para acercarse a las vidas personales de sus inquilinos a través de cartas, diarios, entrevistas y otros documentos.
Para seguir ahondando en las vicisitudes de los escritores de la URSS es pertinente rescatar el ensayo Ingenieros del alma, de Frank Westerman (Debolsillo, 2009). La obra une dos asuntos aparentemente desconectados, pero con fuertes vínculos: por un lado, las vidas de escritores como Konstantin Paustovski, Maxim Gorki y sus coetáneos durante el régimen estalinista, y por otro, la construcción del Canal Belomor entre Leningrado y el Mar Blanco (que implicó trabajos esclavizantes para 126.000 presos soviéticos), acerca de la cual tuvieron que escribir –siempre elogiosa y épicamente– Paustovski y otros tantos autores de la época.
Yendo hacia atrás en la historia de Rusia, no podemos dejar de leer al autor británico Orlando Figes, uno de los mayores conocedores de la Europa de los siglos XIX y XX y de sus volantazos históricos. En El baile de Natasha (Taurus, 2021) habla de la creación de la identidad rusa tomando como hilo conductor la figura de la condesa Natasha que aparece en Guerra y Paz. En La revolución rusa (Taurus, 2021), su ensayo de más de mil páginas elogiado hasta por Eric Hobsbawm, Figes profundiza en las esferas pública y privada de Rusia en plena toma de poder de los bolcheviques.
Siendo realistas, lo que más nos preocupa en este momento al mencionar Rusia es la mente megalómana de Putin y el comportamiento de la sociedad rusa actual. Para tratar de descifrarlos hay que acudir al periodista ruso-estadounidense no binario Masha Gessen y a su libro El futuro es historia, que recibió el National Book Award estadounidense en 2017 y ha sido reeditado por Turner este mismo año. El hombre sin rostro (Debate, 2012), su biografía de Putin, también nos permite asomarnos a la Rusia opaca y autoritaria de hoy. Nos lo permite igualmente la crónica de la periodista argentina Hinde Pomeraniec titulada Rusos de Putin (Ariel, 2019, versión Kindle), y subtitulada con acierto “Postales de una era de orgullo nacional y poder implacable”. Confiemos, por el bien de la humanidad, en que ese poder se resquebraje antes de lo pensado. ~
Obras mencionadas
Olga Merino
Cinco inviernos
Alfaguara, 2022
Masha Gessen
El futuro es historia. Rusia y el regreso del totalitarismo
Turner, 2022
Daniel Utrilla
Mi ovni de la Perestroika
Libros del k.o., 2021
A Moscú sin kaláshnikov
Libros del k.o., 2013
Marta Rebón
En la ciudad líquida
Caballo de Troya, 2017
Elif Batuman
Los Poseídos
Seix-Barral, 2011
Frank Westerman
Ingenieros del alma
Debolsillo, 2009
Karl Schlögel
El siglo soviético
Galaxia Gutenberg, 2021
Owen Hatherley
Paisajes del comunismo
Capitán Swing, 2022
Yuri Slezkine
La casa eterna
Acantilado, 2021
Svetlana Aleksiévich
El fin del “homo sovieticus”
Acantilado, 2015
Orlando Figes
el baile de Natasha
Taurus, 2021
La Revolución Rusa
Taurus, 2021
Hinde Pomeraniec
Rusos de Putin
Ariel 2019-versión Kindle para España