Expresiones raras I: Como no podía ser de otra manera

Comprendo la imagen semántica pero no la imagen sintáctica. Me dispongo a desplegar la frase paso a paso a la caza del punto fraudulento.
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¿Dónde exactamente me parece que flaquean algunas expresiones que en los últimos años se han convertido en frecuentes? Quiero dar con su punto crítico. Empiezo por Como no podía ser de otra manera, un formato muy alambicado que cada vez que oigo antepuesto a la proposición que da la información me despista de tal manera que no puedo prestar atención suficiente a la frase que lo sigue. Comprendo la imagen semántica pero no la imagen sintáctica. Me dispongo a desplegar la frase paso a paso a la caza del punto fraudulento. Se usa Como no podía ser de otra manera cuando lo que se cuenta a continuación no puede resultar una sorpresa, cuando el resultado que obtenemos es el que más probabilidades tenía (no se podía esperar otra cosa). Es como decir como era de esperar, como es natural, pero suena como si la expresión llevase una contradicción en su seno, contradicción más sintáctica que conceptual. De hecho, la gracia de la frase reside en su sentido tan especular (ser de una manera que es justo la inversa de la que es) como ineluctable (esperábamos una cosa pero por supuesto sabíamos que no había ninguna papeleta, esperábamos una suspensión de la ley). Lo que se hace para expresarlo, siguiendo la intuición del significado análogo, es sustituir el bloque era-de-esperar por no-podía-ser-de-otra manera. La sustitución sería adecuada si las ideas se ofreciesen en dos bloques. En un ejemplo sencillo:

−Mauricio me ha vuelto a traicionar.
−Era de esperar.

O dicho de otro modo:

−Mauricio me ha vuelto a traicionar.
−No podía ser de otra manera.

Ambos casos funcionan si se presentan en forma de diálogo. Cuando este breve diálogo se comprime hasta ser una frase dicha por un único individuo, y siguiendo el primer caso, nos encontramos con “Como era de esperar, Mauricio me ha vuelto a traicionar”. El adverbio como compara dos situaciones −el resultado esperado con la traición de Mauricio− y como consecuencia descubre entre ambas una identidad. Dado que el sentido que tiene en este uso el adverbio como es el de subrayar esa similitud entre las dos situaciones, vamos a sustituir ahora el adverbio como por de la manera en que: “De la manera en que era de esperar, Mauricio me ha vuelto a traicionar”. Una forma aparatosa pero no me atrevería a decir que incorrecta, aunque creo que el matiz del adverbio como tiende más a la necesidad que a la identidad, es como si preparase la consecución. Y ahora con el segundo ejemplo: “De la manera en que no podía ser de otra manera, Mauricio me ha vuelto a traicionar”. ¿Disparatado? Bastante. ¿Hace falta ser capaz de explicar la geometría no euclidiana para asimilar la frase? Puede ayudar. ¿Estamos ante una aberración sintáctica? Pues ahora no estoy segura, a pesar de que esperaba que con este paso quedase revelado el anacoluto. Quizá lo que no funcione sea la cacofonía de la repetición. 

¿Y si el sentido original fuese el de un como que no significase de la manera en que, sino que significase debido a que, ya que? Al igual que se usaría en “Como tiene dieciocho años, responderá ante el juez”, es decir, “Ya que tiene dieciocho años, responderá ante el juez”, es decir, “Ya que no podía ser de otra manera (porque está en su naturaleza), Mauricio me ha vuelto a traicionar”. Con este sentido para el adverbio, la primera fórmula quedaría “Ya que era de esperar, Mauricio me ha vuelto a traicionar”, lo que claramente no tiene ni pies ni cabeza, porque no se puede deducir la segunda cosa de la primera. Habría que reformular en “Ya que es un traidor…”, con resultado tautológico. El adverbio recuperaría su matiz comparativo en la fórmula “Como el traidor que es, Mauricio etcétera”.

Reformulo entonces la frase. “Era de esperar que Mauricio me volviese a traicionar.” Impecable. ¿Funcionaría “No podía ser de otra manera que Mauricio me volviese a traicionar”? Mmm. De entrada, parece que falta introducir otra negación: “No podía ser de otra manera que Mauricio no me…”. Parece claro que lo ideal sería dar con un verbo que quisiese decir no-poder-ser-de-otra-manera, pero ahora que lo escribo me doy cuenta de que bastaría con un verbo que quisiese decir ser-de-otra-manera. La existencia de ese verbo demostraría la limpieza de la comparación. ¿Y no estará el problema en el recurso al verbo ser

Hago un alto en este punto y concluyo por el momento que la identidad semántica no implica identidad sintáctica. “No podía ser de otra manera” es igual pero no es igual que “era inevitable”. El lenguaje así se nos muestra como un sistema de cubos modulares que cambian de forma y de color en cuanto los sacamos de la forma que habían compuesto.  

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Es escritora. Su libro más reciente es 'Lloro porque no tengo sentimientos' (La Navaja Suiza, 2024).


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