La muerte de un poeta, dicen los entendidos, deja siempre un vacรญo en el lenguaje. Delante de las cosas que escribiรณ โy que si son autรฉnticas tendrรกn la contextura de lo perdurableโ se levanta, mรกs nรญtido, el cรบmulo de aquellas que ya no escribirรก. Hasta antes de febrero de 2018 yo pensaba la obra de Antonio Deltoro como un itinerario al que aรบn le restaba mucho trecho; trecho que crecerรญa incluso un poco mรกs si es que lo transitaba con esa lentitud que se volviรณ un principio de su arte, su forma preferida de hacerse sorprender por ese mundo del que le interesaba, mรกs que asir el misterio, alcanzar a acoger su maravilla.
Poquรญsimos dรญas antes del accidente que le sobrevino, lo acompaรฑรฉ en su paso por Xalapa, a donde habรญa llegado junto a Marta, su esposa, y el poeta Juan Carlos Abril. En medio de ese รกnimo festivo en el que trascurriรณ toda su estancia, me dijo, entre bromas y veras, que le angustiaba un poco lo que fuera a decir sobre su libro (unos meses atrรกs me invitรณ a presentarlo en la feria del libro del Palacio de Minerรญa) y que le adelantara si mi lectura era favorable o adversa. Le respondรญ que no tenรญa yo mรกs que admiraciรณn por รฉl y por su obra, y que mi texto, aparte de cariรฑo, le rendรญa pleitesรญa en casi todo, excepto en una cosa. ยฟEn cuรกl?, me preguntรณ intrigado. Ya lo descubrirรกs, le dije gravemente, y despuรฉs de mirarnos y echarnos a reรญr, ambos nos concentramos en nuestros sendos platos de arroz a la tumbada.
Ese reparo, que no llegรณ a saber y que tambiรฉn tenรญa el poeta Adรกn Brand (su otro presentador), era hacia cierto tono o aire de despedida que continรบa en las pรกginas de Rumiantes y fieras (2017) como un recordatorio de la clarividencia que asiste a los poetas y que, de vez en cuando, se cumple de maneras infortunadamente literales. De entonces a la fecha, tuve que acostumbrarme a pensar en su obra como un hecho truncado antes de tiempo por designios igual de misteriosos que los de la poesรญa. Una obra, no obstante, que supo conquistar su madurez muchos aรฑos atrรกs โquizรก desde las pรกginas de Balanza de sombras (1997), donde se redondea su afรกn de lentitudโ y que, en ese sentido, no hizo sino pausarse, adelgazar su voz hasta el silencio. Hoy, cuando nos ha dejado, puede ya proseguir en solitario su tarea de ser para nosotros โcomo un bajorrelieve en el ruido de la รฉpocaโ.
Con eso y todo, aunque una empresa asรญ no es poca cosa, siempre que pienso en รฉl como un gran poeta sabio, consagrado a fraguarla, a atender, en toda su pureza, el Oficio y el mundo, una parte de mรญ se rebela y me dice que, si bien era eso y mรกs, su temple y su figura no eran de iluminado sino de un niรฑo viejo que jugaba a menudo en sus poemas un juego muy difรญcil: hacer de la poesรญa una casa habitada y habitable. Supo como ninguno acercarse a lo hondo desde la sencillez, โsin simbolismos /ni trascendenciasโ, pues concediรณ a las cosas su justa dimensiรณn y persiguiรณ fundar, aquรญ en la tierra, un paraรญso, hecho de la confluencia y la fraternidad de todos esos seres โanimales o plantas, objetos, รกrboles, personasโ que existen y coexisten en sus libros.
No creo que haya otra prueba ni mejor evidencia de su triunfo que la soltura con la que sus poemas logran reconciliarnos con las pequeรฑas cosas, urdir, para nosotros, โdebajo del desordenโ, un espacio โque todos desconocenโ y donde comulgamos en entera presencia con la felicidad, con ese vitalismo que acaso fue su รฉtica, su moral en el mundo y en el arte. En lo que a mรญ respecta, ademรกs de las pรกginas que nos legรณ, y como otra manera de servir y de desempeรฑar su ministerio, nos quedan la paciencia y la dedicaciรณn con que durante aรฑos enseรฑรณ a las legiones de jรณvenes poetas โy me incluyo entre ellosโ a comprender las claves de su oficio desde la autoridad que le otorgaban su altura y su experiencia, pero sin imponer jamรกs sus convicciones, predicando tan solo libertad, amor por la belleza y tesรณn en la empresa de acecharla.
De mรกs estรก decir que a esto se le aรฑade la honda huella que dejรณ en nuestras letras y que lo consagrรณ como uno de los grandes poetas de su tiempo. Donde quiera que estรฉ, puede quedar tranquilo, sabiendo que su obra perdura en este mundo como un lugar que es fรญsico y mental, y que crece en nosotros como un รกrbol cuyas ramas nos guardan del cansancio, โdel tumulto, de la promiscuidadโ. ~
(Xalapa, Veracruz, 1988). Poemas suyos han aparecido en revistas como Sibila, Palimpsesto. Revista de creaciรณn y Literal. Latin American Voices. Es autor de El revรฉs de esta luz (Taller Ditoria, 2015).ย ย ย ย